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SUCESOS

Aumenta la violencia en el barrio de Los Pajaritos

En apenas un mes, una anciana es brutalmente agredida en su casa y una toxicómana es apuñalada

Los servicios funerarios sacan el cuerpo de la víctima del número 25 de la calle Perdiz Rocío Ruz

SILVIA TUBIO

Arrancaba el mes de marzo con la petición de ayuda desesperada de unos vecinos de Los Pajaritos , que denunciaban a a través de las páginas de ABC cómo los traficantes se estaban apoderando de su barrio, expulsando a los residentes que seguían viviendo en sus calles dándole la espalda a la droga. Desde el anonimato por miedo a las represalias de los narcos, advertían que el clima de violencia iba en aumento al mismo ritmo que se deteriora la convivencia en un barrio que está a dos pasos de un punto neurálgico de la capital como es Nervión.

Esta denuncia vecinal viene refrendada con lo ocurrido en las últimas semanas, cuando se han registrado dos hechos muy violentos en este punto de la ciudad : la brutal agresión que recibió una anciana a la que le fracturaron el cráneo en su casa y el homicidio de una toxicómana. En ambos casos la droga está muy presente.

El episodio más reciente es de ayer mismo . En el barrio la conocían como Flor. Cada mañana la veían deambular por las calles de la barriada de Los Pajaritos, cargando con una mochila donde iba guardando lo que encontraba en los cubos de la basura o lo que le quisieran dar los vecinos. «Se buscaba la vida como podía para pagarse su vicio» . La adicción había llegado a su máximo grado, cuando el toxicómano está dispuesto a todo a cambio de una dosis. Y Flor «se acostaba con otros hombres» con tal de obtener algo de dinero.

María se acababa de enterar que su amiga y compañera de fumadero había aparecido muerta en una vivienda del número 25 de la calle Perdiz . Sobre las 9.30 horas llegaba una llamada al 061 que informaba del hallazgo del cuerpo. La víctima, de 41 años y que hacía poco que había salido de prisión, había sido golpeada y apuñalada. En concreto presentaba dos heridas por arma blanca a la altura del cuello y del tórax.

La víctima acababa de salir de la cárcel y se prostituía para poder financiarse su adicción

Consumida hasta los huesos y agarrando con sus dedos de alambre un cigarrillo liado, esta mujer relató a los periodistas las últimas horas con vida de la víctima. La noche anterior habían estado juntas en otra vivienda que los traficantes dejan a su clientela para que consuman su mercancía.

«Estaba bien. Ella no tenía enemigos». Pero se dedicaba a un peligroso negocio, comprar y vender droga para terceros. Una suerte de machaca o intermediario en el último eslabón de la cadena del narcotráfico que tiene que luchar, además, contra su propia adicción.

¿Ajuste de cuentas?

María admite que su amiga pudo quedarse «con el dinero de alguien» o con la droga. «Pero aunque sea una yonqui no hay derecho a que le quitaran la vida de esa manera. Ella era una persona muy buena». María rompe a llorar para recomponerse al instante cuando se le pregunta si Flor vivía sola. «Ésa es la casa de una amiga suya, pero ella no aparece».

Su testimonio, en el que se reafirma como amiga de la víctima y está cargado de detalles, llamó la atención de la Policía. Dos agentes se entrevistaron con ella en busca de más datos de la fallecida .

Hasta el corazón de Los Pajaritos se desplazaron agentes del Grupo de Homicidios, de la Policía Científica y de Seguridad Ciudadana, que acordonaron el acceso al bloque de viviendas hasta pasada la una de la tarde.

Sobre las doce del mediodía salía la comisión judicial de la vivienda y minutos después los servicios funerarios sacaban el cuerpo de la víctima, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.

Los vecinos salieron a sus ventanas a ver qué ocurría en la calle Rocío Ruz

En el barrio, la muerte violenta de una toxicómana no genera sorpresa. Llevan años conviviendo con la droga en sus calles . Una vecina que vive junto al piso donde apareció muerta Flor apenas aportó datos cuando la interrogó la Policía: «Yo me levanto temprano para ir a trabajar y eso ha ocurrido después de que yo me fuera. No he escuchado nada». Es habitual que los muros se vuelvan sordos en zonas conflictivas como ésta.

Fuentes oficiales del Cuerpo Nacional de Policía señalan que l os investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis . Si bien, desde el primer momento ha cogido fuerza que el crimen esté relacionado con el mundo de la droga. La actual pareja de la fallecida, según su amiga María, sigue en prisión y el único hijo que tenía murió hace unos años en un accidente.

La última redada

La Policía acude con cierta frecuencia a hacer registros en pisos que son usados como punto de venta de droga; unas viviendas sociales que debían estar en manos de familias sin recursos y que están en poder de clanes que controlan el tráfico de droga al por menor. Fuentes policiales confirmaron a ABC que la semana pasada los agentes de la Udyco realizaron una nueva batida por varios de esos puntos que se reactivan a pesar de la presión policial. Y una de las últimas sentencias dictadas por los juzgados sevillanos contra el tráfico de drogas en las calles de Los Pajaritos hace referencia a un punto de venta en el bloque que linda con la finca donde la toxicómana fue presuntamente asesinada ayer.

La droga parece que también estaba detrás de un intento de homicidio ocurrido el 22 de febrero en otra vivienda de la barriada. La víctima, una anciana de 75 años, ayudaba frecuentemente a una pareja de toxicómanos, que fue finalmente detenida, y a la que le prestaba dinero o le compraba cosas de segunda mano.

El día antes de la brutal agresión, la sospechosa, de 38 años, acudió a la casa de la víctima a venderle un queso. La mujer se ofreció a ayudarle una vez más. Sacó el dinero de un cajón y de esa manera la implicada supo dónde guardaba unos 900 euros. La detenida se lo contó a su pareja, de 43 años, y ambos idearon un robo en casa de la vecina.

La Policía interviene regularmente en los puntos de venta para presionar a los traficantes

Éste se coló en la casa de la anciana pero fue descubierto en pleno robo. Para evitar que pidiera ayuda y alertara a los vecinos, el asaltante comenzó a golpearla en la cabeza hasta provocarle una fractura en el cráneo. También le tapó la boca con la manos y con una almohada para que no pudieran oírla. La anciana se hizo la muerta; lo que le salvó la vida porque su agresor dejó de golpearla.

Fuentes policiales confirmaron a ABC que en los últimos años el deterioro de este barrio es alarmante , a pesar de que el problema de la droga y sus nefastas consecuencias vienen de lejos. En 2014, un traficante de hachís apareció también muerto en su piso de la calle Mirlo. Se trataba del mismo inmueble donde un joven acabó con la vida de su pareja sentimental de un disparo nueve años antes.

En 2011, una reyerta acabó con un muerto y dos heridos, también por arma blanca, en la calle Golondrina. Una sucesión de hechos que sólo viene a acrecentar la fama de barrio conflictivo. «Otra vez vamos a salir en la tele y no por algo bueno», se lamentaba ayer una vecina mientras tiraba del carrito de la compra. El estigma de Los Pajaritos.

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