El Ayuntamiento de Sevilla se desintegra a dos años de las elecciones
Juan Espadas está centrado en su candidatura a la Junta y Beltrán Pérez dejó el viernes la portavocía del PP
Adelante está roto, Ciudadanos se queda fuera en todas las encuestas y Vox apenas tiene incidencia
A veces ocurren cosas en Sevilla que pueden parecer alegóricas, pero que sirven como prueba del algodón del estado de la ciudad. Hace dos semanas se marchó del Ayuntamiento de Sevilla Enrique Fernández , el funcionario de Fiestas Mayores que ha organizado el montaje ... de las últimas ferias tras la jubilación de Rafael Carretero. Es decir, en estos momentos Sevilla no tiene a nadie que se encargue de poner en marcha una de sus fiestas universales, algo que no pasaría de la anécdota si no hubiese coincidido con la desintegración definitiva de la Corporación municipal que viene anunciando este periódico desde hace meses. La Feria está ahora en la Plaza Nueva, donde tampoco se vislumbra el futuro de la institución. Todos los partidos con representación en el Pleno del Ayuntamiento están en fase de transición, renovación, ruptura o incluso desaparición . Los equipos que se formaron a comienzos del mandato para gobernar la ciudad y para ejercer la oposición están en otras cosas y estamos todavía a dos años de las elecciones. Lo previsto es que después del verano se aclare el panorama en todas las formaciones políticas y la ciudad retome otra vez algo de pulso, pero en estos momentos Sevilla tiene un Ayuntamiento en estado de 'shock', bloqueado por completo, en plena salida de la pandemia.
El gobierno, en tenguerengue
La principal tensión está en el gobierno después de la victoria de Juan Espadas en las primarias del PSOE andaluz. El alcalde ha insistido estos días en que compaginará ambos papeles y sólo se marchará cuando el presidente de la Junta, Juanma Moreno, convoque elecciones autonómicas, previstas para noviembre de 2022. Su plan oficial sigue siendo compatibilizar la Alcaldía con la candidatura a la Junta y dejar un sustituto en el Ayuntamiento a partir del otoño del próximo año, dentro de 18 meses, para que gestione los ocho meses que faltarán hasta los siguientes comicios locales. Pero esta dualidad le obliga a ejercer su cargo en Sevilla a tiempo parcial, algo que afectará al día a día del Ayuntamiento. Y además fomentará una división interna para sustituirle que cada vez es más evidente. Los dos mejor posicionados son Antonio Muñoz , que ha tirado del carro de la gestión municipal durante las ausencias de Espadas y tiene un buen cartel como gestor, y Juan Carlos Cabrera , que se ha encargado de trabajar para el alcalde en las agrupaciones socialistas para conseguirle los apoyos necesarios en las primarias. Ambos son personas de la máxima confianza de Espadas, pero con él por delante no podrán mostrar sus credenciales. Y encima están enfrentados. Los dardos entre sus respectivos afines son cada día más visibles y el resultado de ese conflicto lo paga la ciudad en asuntos como la tardanza en la colocación de los toldos, los bloqueos que desde Movilidad (Cabrera) hacen a determinados proyectos urbanísticos (Muñoz) que requieren la ordenación del tráfico o incluso las obras que van retrasadas. En definitiva, Espadas continúa, pero con reducción de jornada porque ahora también tiene que dedicarse a las cosas del partido, y sus dos delfines están a la gresca . La víctima es Sevilla.
El PP busca candidato
No obstante, tampoco están mejor las cosas en la oposición. El principal partido de la bancada contraria, el PP, lleva meses en un proceso de renovación interna que, tras semanas de disputas y desencuentros, ya se ha traducido en la renuncia de su portavoz, Beltrán Pérez , que obviamente no volverá a ser el candidato en las próximas elecciones. Durante lo que queda de mandato será edil con dedicación parcial porque su intención es incorporarse al mercado laboral y dejar definitivamente la política en 2023. Le sustituirá al frente del grupo municipal Juan de la Rosa , que tiene el encargo del partido para tender una alfombra roja al candidato que nombre la dirección. Es decir, su papel es de transición, por lo que tampoco puede ponerse al frente de los grandes temas de ciudad hasta que el PP no designe a su aspirante a la Alcaldía. En principio, el plazo previsto era el mes de junio, pero es muy probable que esa elección se retrase a septiembre. Si el designado es José Luis Sanz, actual alcalde de Tomares , habrá que esperar a que abandone su cargo actual y comience a tomarle el pulso al Ayuntamiento. Si es Patricia del Pozo, actual consejera de Cultura , la situación será idéntica. De hecho, todos los que están en las quinielas se encuentran en la misma disyuntiva. Será complicado, por tanto, que en lo que queda de año el PP le vuelva a coger el pulso a la ciudad.
Todos peleados en Adelante
Sin embargo, de toda la oposición es el partido que está más ordenado. Adelante Sevilla, por ejemplo, es un avispero . Tiene cuatro concejales y tres están peleados entre sí. Las dos ediles que vienen de Podemos, Susana Serrano y Sandra Heredia, no se dirigen la palabra . Ambas están en corrientes distintas del partido y en estos momentos se sitúan en posturas irreconciliables. Pero a su vez, las de Podemos no tienen buena relación con los dos concejales de IU, Daniel González Rojas y Eva Oliva . La pugna entre ellos se debe al turnismo acordado en la Portavocía a comienzos del mandato. En principio, la responsable del grupo era Susana Serrano, pero a los dos años tenía que pasar el testigo a González Rojas. Pero ese pacto se firmó cuando Podemos estaba unido. Ahora Serrano no le otorga validez y mantiene su puesto. En consecuencia, han llegado a incluso a votar cosas distintas , como pasó el pasado mayo con el Plan de Movilidad que presentó Espadas al Pleno. Serrano se abstuvo, permitiendo así su aprobación, frente a los otros tres, que votaron en contra. En estas circunstancias, la lista sufrirá una renovación total en mayo de 2023 y lo previsible es que ambos partidos vuelvan a presentarse por separado, pero hasta entonces...
Ciudadanos agoniza
Pues aún peor están en Ciudadanos. La caída del partido a nivel nacional ha abierto en canal a la formación en todas partes. Y Sevilla no es una excepción. El lío interno es de tales dimensiones que ya es imposible adscribir a los concejales en una u otra corriente . El portavoz, Álvaro Pimentel , llegó al número uno de la lista gracias al entonces secretario de organización del partido, Fran Hervías , que tras la moción de censura de Murcia se fue al PP. El papel del partido naranja ha quedado reducido en el plano institucional a ser muleta de Juan Espadas. Poco más.
Vox, el único tranquilo
Por último, de todos los partidos con presencia en el Pleno, el más tranquilo es Vox . En la formación hay también discrepancias internas con el responsable provincial, pero la portavoz, Cristina Peláez , ha logrado mantenerse al margen. El problema es que por propia esencia, la formación que dirige Abascal se centra principalmente en temas generales —la inmigración, la violencia machista...— y eso apenas importa a nivel municipal.
Conclusión: el Ayuntamiento de Sevilla está desintegrado y todavía faltan dos años para la cita con las urnas . La noria de los candidatos aún no tiene organizador. Pero la ciudad no puede esperar.
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