Reloj de arena
Benito Delgado Parra: Dulce Venganza
Fue un seductor y un consistente fabulador de historias increíbles. Fundó Dulce Venganza para divertirse, ser famoso y ganar dinero

Hay un corredor generacional en los ochenta donde los pasotas y progres de los setenta se atascan para ver cómo las tribus urbanas más novedosas asaltan el poder de la calle, la moda y los escenarios. Fue la dulce venganza generacional de los hijos ... que parieron los hijos del agobio . Una generación instalada en el bienestar, el hedonismo y el desenfado más absoluto. Su lema podría ser: ¿trabajas o diseña?, porque el furor por ser diseñador o artista fue tan ciclónico que te convertía en vulgar si no estabas en esa onda. Las únicas normas que se implantaron fueron las que servían para no seguirlas. Y así, gente que no sabía cantar, ni tocar, por ejemplo, se subían a los escenarios avalados por el tremendo acierto del nombre de un grupo ingenioso: La Polla Récord , para no ir más lejos. O Glutamato Ye-Yé. Aquel nuevo tiempo, que siempre lo quiso monopolizar Madrid, con Tierno Galván a la cabeza para liderarlo políticamente y Paloma Chamorro en la tele con su programa 'La edad de oro' , fue absolutamente nacional. Y en Sevilla, según revela Pive Amador , el personaje que mejor la supo interpretar fue Benito Peinado , más conocido por Benito Venganza , el hombre que quiso matar a una chica y que tenía un hipopótamo en la bañera. Hoy no habría podido cantar ninguno de ambos temas. Las feministas lo habrían convertido en eunuco y los animalistas le habrían volcado pintura roja en el escenario.
Benito fue un seductor y un consistente fabulador de historias increíbles. Fundó Dulce Venganza para divertirse, ser famoso y ganar dinero . Como todos los hitos de su época. El grupo tenía un directo potente, buenos teclados y guitarras con mucho paladar. A lo largo de su existencia los integraron músicos como Andrés el Pájaro , Juanjo Pizarro (DEP) Miguel Ángel Montero , Jesús Arispón , Pive Amador , Manuel Sutil y Francis Romo (baterístas), Juan Acuña y Lola Olmedo en los teclados. El que fuera su mánager, José María Pachón , rememora que hicieron una versión del ‘Te estoy amando locamente’ de Las Grecas que rompió el techo de sus previsiones. En esa versión aparecía la bailaora gitana Elena Andújar, que posteriormente emigró a Nueva York y se inmortalizó en una película de Al PaTcino . Así que la movida presuntamente madrileña tuvo en Sevilla su bandera local, que flameó en las manos siempre habilidosas de Benito Peinado, el hombre que se negó a hacer la mili aunque, con los años, fuera por ahí diciendo que había sido paraca. Sus dotes simulatorias eran realmente meritorias.
El día que le llegó la carta para hacer la mili en Cartagena es posible que Benito Peinado sintiera realmente lo incómodo que es tener un hipopótamo en la bañera. Porque coincidía con un contrato que sobrevolaba sus ambiciones. Para no espantar al contratista le dijo que no iba a hacerla, que se iba a Murcia con su padre a montar una gasolinera y que estaría a disposición de la discográfica sin ningún tipo de problemas. Como no podía ser de otra manera, chupó más mili que el carnero de la Legión y, un día, vestido de infante de marina, se lo encontró uno de la discográfica en la calle San Eloy. Pero siempre fue el mejor Messi para regatear situaciones comprometidas . Y ya en San Fernando, destinado al frente del club de oficiales, intervino activa y decisivamente para montar, con su casa discográfica, un concierto el día del España-Malta. En el concierto intervinieron Brigada Ligera , Tononotae , Dulce Venganza y Paco Gandía . Benito metió más goles aquel día que la selección española. Y se lo recompensaron con un pase de salida para cuando tuviera que tocar con su grupo.
En una de sus tormentas imaginativas quiso uniformar a Dulce Venganza buscando el glamour que pedía la época. A Pive le quiso quitar su bigote, reliquia intocable de su imagen desde que San Fernando conquistó Sevilla y se preguntó lo que se preguntó. Pive no superó la prueba y se montó en el elevatore para buscar a Silvio en los cielos del rock sevillano, con su bigote en el sitio. A Andrés el Pájaro lo invitó a colorearse el pelo de amarillo, como si fuera un miembro más de los peroxidados rubios de Police . Andrés, que lo conoció en la sala Xanadú de Triana y se quedó impactado por los pantalones bombachos y la puesta en escena de Benito Peinado, se quedó en el grupo y puso a disposición del impenitente fabulador toda su capacidad musical, que es abundante. El Pájaro recuerda aquellos días como un tiempo bonito, donde se lo pasó genial, porque la banda tuvo mucha aceptación en el levante español. Fueron teloneros de los dulces vengadores gente como Alaska y los Pegamoides y Fabio y McNamara , este último el futuro director de cine manchego Pedro Almodóvar . Grabaron un disco llamado ‘Sadomasodiscoshow’ y las noches fueron suaves, divertidas y ebrias de juventud. Benito y Andrés coincidieron en otras bandas. Una de ellas, Malasangre , en la que Andrés actuó con el dedo destrozado y cosido en urgencias del Macarena tras pillárselo con la puerta del coche. Mientras duró la anestesia, el Pájaro pudo tocar. Benito dejó el escenario y se entregó a la publicidad y al diseño gráfico. Fue el mejor intérprete de unos tiempos que vendieron más diversión que agobio, más diseño que progresía, más radio futura que pirenaica. Aquella década prodigiosa…
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