Bienvenido a Sevilla: la lamentable primera impresión
Ante la inminente recuperación del mercado turístico, tres de los principales puntos de entrada a Sevilla, San Pablo, Santa Justa y Plaza de Armas, ofrecen imágenes de tremenda suciedad y abandono

La limpieza de las calles es una de las asignaturas pendientes más criticadas por los sevillanos en relación a la labor del gobierno de Espadas. Las redes sociales y los viandantes se hacen eco a diario de este aspecto, uno de los principales ... que deberían cuidarse más ante lo que parece el inminente regreso del turismo tras meses de pandemia.
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El interés que despierta el destino andaluz ha sido suficiente para levantar la cifra de pernoctaciones en el sector, como muestra la coyuntura hotelera que hace unos días hizo pública el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los alojamientos de la ciudad hospedaron a 144.005 personas el pasado mes de julio que contrataron 263.393 noches, lo que supone un 60% de la actividad de antes de la pandemia . El público que se ha alojado en los hoteles sevillanos -se excluyen en este balance tanto los clientes de apartamentos como de viviendas turísticas- ha sido eminentemente nacional. Casi siete de cada diez procedían de alguna provincia española. Y ahí está también la clave de esta reactivación: el volumen ha superado incluso al del mismo periodo de 2019 con casi 14.000 visitantes más .
Sin embargo, la imagen que se ofrece a la llegada de los visitantes en el aeropuerto de San Pablo , la estación de autobuses de Plaza de Armas o la estación de trenes de Santa Justa deja mucho que desear en lo que se refiere a la primera impresión que se llevan quienes se acercan a Sevilla. No hay más que dar un paseo por estos puntos para comprobar in situ el estado de las zonas aledañas de estas tres principales puertas de entrada a la ciudad.
Plaza de Armas
La estación de Autobuses de Plaza de Armas ha cumplido 29 años de su puesta en marcha en 1992 , cuando fue inaugurada el 31 de Marzo por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves , y el alcalde de Sevilla, Alejandro Rojas-Marcos en presencia de numerosas personalidades. Por la nueva estación de autobuses de Sevilla pasaron una media de once millones quinientos mil viajeros y cuarenta y dos mil vehículos en su primer año.
Hoy, lo que se puede ver a través de los grandes ventanales que antaño ofrecían vistas de la Expo 92 (Juan Cuenca -arquitecto- hablaba entonces de ‘ventanas paisaje’) ofrecen vistas a un parking vandalizado con vallas semi derrumbadas, cubierto de grafitis, jaramagos, malas hierbas y mantas abandonadas. En medio de la pista de skate varios árboles secos en los que las hojas han sido sustituidas por varios pares de viejas zapatillas de deportes. La fachada de Torneo ofrece losetas y alcorques levantados por las raíces y en el suelo, latas de refresco, paquetes de tabaco, papeles y manchas bajo las papeleras.
Todo ello paradójicamente situado en la misma manzana que el Centro de Educación Ambiental de Lipasam.

Santa Justa
El Colegio de Arquitectos de Sevilla y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla formalizaron un escrito conjunto a mediados del mes de junio, en el que solicitaban a la Consejería de Cultura y Patrimonio histórico que la estación ferroviaria de Santa Justa, diseñada por los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz y que el pasado mes de mayo cumplía 30 años de servicio, sea protegida como bien de interés cultural (BIC).
La propuesta de inscripción de la estación de Santa Justa como BIC goza del respaldo del I nstituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) y la Fundación Docomomo , creada en torno al movimiento arquitectónico moderno. Sin embargo, si se acerca este mes de agosto podrá comprobar que aunque el interior permanece impecable, fuera se ha secado la vegetación de algunas de las pérgolas recuperadas de la Expo, las paradas de autobuses se presentan llenas de pegatinas y carteles, mascarillas en el suelo, etc. En la misma puerta de salida, junto a la parada de taxis, atravesamos una alfombra de colillas junto a alguna lata, botellas de agua, cuchara y hasta hilo dental, mientras el viento arrastra viejos tickets de compras, que dan fe del incivismo vigente en nuestra sociedad.
«Faltan dirigentes dedicados a cuidar la ciudad», afirma el presidente de Adepa, Joaquín Egea
Varios alcorques de los alrededores aparecen reventados por las raíces, así como la valla que guarda los vehículos de una empresa de alquiler o un tocón junto a la rotonda en la que se da la bienvenida con el nombre de la ciudad.
Aeropuerto
El Aeropuerto de Sevilla fue inaugurado un 11 de julio de 1991 en presencia del entonces ministro de Obras Públicas José Borrell . Se vivió una jornada muy especial en la capital hispalense. Fueron muchos los sevillanos que no quisieron perderse tal avance en la ciudad. La creación de un aeropuerto de tales características y dimensiones en la capital supuso la puesta de largo de la que sería la principal puerta de entrada a la Exposición Universal de 1992. Desde entonces, el terminal ha sido testigo privilegiado de la importante transformación que ha vivido el aeropuerto de Sevilla, y la ciudad en general.
En julio, el aeropuerto de Sevilla puso en servicio el nuevo vestíbulo de llegadas de la terminal , así como una parte de la que será la sala de recogida de equipajes, una vez que culmine la ampliación del edificio. Sin embargo, como se puede apreciar en la fotografía junto a estas líneas, la terminal de llegadas ofrece a menudo un aspecto de suciedad y abandono, que no solo hay que reprobar a los responsables de limpieza, sino también a la actitud de muchos de los que por allí pasan cada día.
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