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Navidad

La carta a los Reyes Magos de un preso de Sevilla: «Pido salud para mi familia, la libertad ya llegará»

La Obra Social la Caixa, la Fundación Padre Leonardo Castillo y la pastoral penitenciaria cumplen 25 años acercando a sus majestades de Oriente a la cárcel de Sevilla I

Un preso de Sevilla I saluda al rey Gaspar en su visita a la cárcel Manuel Gómez

Jesús Díaz

Juan Francisco tiene 35 años y cumple su décima Navidad privado de libertad. El decenio que lleva entre rejas y los siete años más que tiene por delante en la misma situación son la condena que ha de cumplir por el grave delito que cometió. Ayer los Reyes Magos llegaron al centro penitenciario Sevilla I y Juan Francisco, en su carta, prefirió mirar a su familiar que hacía él mismo:«Pido salud para mi familia, la libertad ya llegará. Llega sola».

Juan Francisco es uno de los más del millar de reclusos que ayer recibieron un regalo de manos de Melchor, Gaspar y Baltasar , quienes hicieron una parada en este centro, donde también visitaron a los internos del hospital psiquiátrico penitenciario. Era la vigésimo quinta ocasión en la que la Obra Social la Caixa , de la mano de la Fundación Padre Leonardo y de la pastoral penitenciaria de la Archidiócesis de Sevilla hacen realidad este paréntesis de ilusión en la monotonía de la cárcel, donde los Reyes Magos ofrecieron su regalo de Navidad: «Un mensaje de esperanza» .

Precisamente, esperanza es lo que refleja el tiempo que lleva Juan Francisco en la cárcel, que en este país tiene como propósito dar una segunda oportunidad a quienes en su trayectoria vital se desvían y caen en la delincuencia en sus distintas vertientes. Este interno nacido en Triana , en su evidente camino a la reinserción social , ha ganado a su familia. «Estoy más unido a mi madre y mi hermana, quien me ha hecho tío. Además soy el ahijado». Sigue con la misma novia desde hace 17 años.

Pero no sólo en el terreno personal ha progresado. Está estudiando el tercer curso del Grado de Filosofía tras aprobar 24 asignaturas. Orgulloso dice que, gracias a la terapia, tiene una personalidad menos impulsiva, menos agresiva, más tolerante.

Un deseo de esperanza

Aún recuerda sus primeras Navidades en la cárcel tras entrar un 12 de diciembre. «Fueron más tristes y estaba más débil. Las peores de mi vida». En éstas, aunque las tiene que vivir también entre rejas, siente cómo todos los reclusos ofrecen más compañerismo, más unión.

Aunque, Juan Francisco advierte que a la cárcel nunca se acostumbra nadie:«Uno se desacostumbra a la calle». Confía en que tres o cuatro años poder obtener la condicional . Antes quiere obtener el tercer grado . Ya tiene un precontrato de trabajo en una empresa especializada en marketing olfativo . A pesar de sus avances, su petición a los Reyes Magos es para los demás porque sabe que su libertad ha de llegar sola si su comportamiento continúa los derroteros que ha decidido tomar para tener una segunda oportunidad en esta vida.

Una bolsa llena de regalos

Gracias a la Obra Social la Caixa, la Fundación Padre Leonardo Castillo y de la pastoral penitenciaria , este lunes entre 1.000 y 1.200 internos en Sevilla I y en el hospital psiquiátrico penitenciario recibieron una bolsa llena de regalos: una toalla, una agenda, unos guantes, varios pares de calcetines, mantecados y una equipación del Sevilla Fútbol Club . El año pasado la recibieron del Real Betis , pues su presidente encarnó a unos de los reyes de Oriente.

«Feliz Navidad» , su versión en inglés, «Campana sobre campana» o «Los peces en el río» fueron algunos de los villancicos que pusieron el hilo musical a este emotivo acto celebrado en un salón de uno de los tres módulos de la cárcel, al final de los fríos y desangelados pasillos. Algunos presos, sin pudor, se atrevieron a bailar mientras se tocaban y cantaban estos villancicos.

El Rey Melchor , que hizo de portavoz de sus majestades de Oriente, tomó la palabra para anunciar «la magia de los Reyes». «Venimos cargado de ilusión y con un deseo de esperanza» , subrayaron Gaspar y Baltasar . Entonces algún interno pidió «un milagro». Otros fueron más realistas y reclamaron algo menos utópico: «doble merienda», «doble paga» o «unos botines». Melchor insistió en hacer llegar a los que pasan sus días entre rejas «un mensaje de esperanza, optimismo y alegría» a pesar de vivir sin el regalo de la libertad. «La vida es dura, pero siempre tiene un lado positivo. Hay que ver la parte positiva de la misma».

En palabras de la directora territorial de CaixaBank en Andalucía Occidental, María Jesús Catalá , el acto celebrado ayer supone «un día muy importante» para la entidad bancaria y que sobresale por encima del resto de iniciativas que desarrollan sus voluntarios entre los muros de la cárcel. La implicación de este grupo de trabajadores y jubilados de la Caixa evidencia el trabajo de los voluntarios. Sólo en Sevilla existen 800 voluntarios .

Con la finalidad de llevar «la ilusión entre rejas», los Reyes Magos se valieron ayer de un séquito de hasta 50 voluntarios, entre ellos, Juan Reguera, ex director territorial de la Caixa y sobrino del padre Leonardo.

Después del primer grupo de doscientos internos, fueron pasando otros grupos del primer módulo de la cárcel para recibir su regalo. Más tarde, los Reyes se trasladaron a los dos módulos restantes de la prisión y al psiquiátrico penitenciario. Ya entonces, la charanga, que amenizó los primeros momentos con villancicos, cambió el registro y comenzó a tocar «Paquito chocolatero» como si de un cotillón de Nochevieja se tratase. También cumplía su papel en el plan de hacer del día una fiesta, algo distinto dentro de la monotonía de los casi mil hombres que se despiertan cada mañana entre rejas.

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