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El estadio recupera actividad

La Cartuja entierra para siempre su viejo sueño olímpico

El plan para eliminar las pistas de atletismo que contempla la Junta abre una nueva etapa en la actividad del coliseo

El diseño original del estadio recoge ya la opción de rebajar el terreno de juego y ganar más graderío

Partido amistoso entre el Betis y el Athletic en la Cartuja en 2001 J. M. Serrano

Eduardo Barba

La ambiciosa apuesta de la Junta de Andalucía por reflotar el Estadio de la Cartuja de Sevilla va tomando cuerpo después de que los responsables del recinto (las Consejería de Educación y Deporte y también la Dirección de Patrimonio del ejecutivo andaluz) se hayan comprometido y hayan incluso acordado con la Federación Española de Fútbol la organización de las cuatro próximas finales de la Copa del Rey . La de esta edición, que se celebra el sábado 18 de abril, y las tres siguientes nada menos. Ese potente compromiso es el horizonte sobre el que ya trabajan los gestores del estadio, la entidad Deporte Andaluz, para preparar las instalaciones, que llevan clausuradas veinte meses después de que se detectaran desperfectos en la cubierta (textil tensada) que impedían a la empresa que cada año supervisa la seguridad expedir el certificado para que se mantuviera abierta al público.

La Junta va a afrontar una reparación inicial con la que poder abrir en dos meses el estadio para la final futbolera y después los grandes conciertos que se han anunciado (Extremoduro, Manuel Carrasco, Marc Anthony...), pero será sólo el principio de una profunda reforma con la que se pretende resucitar del todo al coliseo para erigirlo en una referencia del ser de Europa como escenario de grandes partidos de fútbol. Para ello, un objetivo muy significativo y que ya se ha señalado como alternativa sólida por parte de Deporte Andaluz es la eliminación de las pistas de atletismo que rodean el terreno de juego.

El propio consejero del ramo, Javier Imbroda (Ciudadanos), ya ha asegurado que el planteamiento de arranque del Gobierno regional es ese: asegurarse un uso regular del recinto para retirar en 2021 el tartán y redistribuir los espacios para mejorar las condiciones del estadio cartujano como escenario de partidos de fútbol, para lo que las pistas de atletismo suponen una evidente rémora. De hecho, los acuerdos comerciales y las normativas sobre soportes publicitarios que manejan Federación, promotores y operadores televisivos obligan a quienes han organizado partidos de fútbol en este estadio a no poder vender al público las tres o cuatro primeras filas de asientos (las más cercanas al nivel del terreno de juego) porque la visibilidad no es buena; en el caso de la primera fila, nula. Acabar con las pistas solventaría esa cuestión y mejoraría notablemente las prestaciones como campo de fútbol.

El asunto poseería una indudable carga simbólica, ya que supone a todos los efectos enterrar de manera definitiva aquel viejo sueño olímpico que fue el germen de este estadio . Sevilla, de hecho, fue precandidata para los Juegos Olímpicos de 2004 e incluso después los de 2008, aunque en esa segunda ocasión cayó antes en la criba por la creciente competencia de Madrid. La capital andaluza albergó el Mundial de Atletismo de 1999 como lustroso estreno de las instalaciones y, después, también un Campeonato de España de ese deporte, pero luego apenas sirvió como escenario de evento atlético alguno. Sí de partidos de fútbol, alguno de ellos de cierto fuste como dos finales de Copa del Rey o una de la copa de la UEFA, pero siempre con el reparo en torno a las pistas y a la lejanía de la grada con respecto al césped.

Asegurar el retorno de la inversión

Fuentes autonómicas explicaron a ABC que ese proyecto de retirada de las pistas es una opción seria en la que se está trabajando para el año que viene, de modo que la siguiente final de la Copa del Rey, la de 2021, se pudiera ya disputar sin el tartán; que, por otra parte, presenta a estas alturas un deterioro importantísimo. Podrían aprovecharse, de hecho, los conciertos que se van a celebrar este año para retirarse antes y poder cubrir toda la superficie del terreno de juego. Eso sí, el planteamiento de la Junta pasa por condicionar esa obra a garantizarse más eventos de primera magnitud y no sólo las cuatro finales de la Copa del Rey atadas. Supeditar la eliminación de las pistas a que el recinto tenga más uso futbolístico. De esta manera, se esperan nuevos contactos con la Federación Española para negociar la posibilidad de que la selección española dispute más partidos en la Cartuja o incluso pueda convertirla en recinto más o menos permanente del equipo, al menos de cara a la fase clasificatoria del próximo Mundial de 2022. También se sondearán las posibilidades de ser sede de alguna final de la UEFA en años venideros si se acometen las obras para rebajar la cota del terreno de juego. La cuestión es asegurarse, a cambio de la reforma, un retorno económico y un uso frecuente de las instalaciones para el fútbol.

En ese sentido, también será importante conocer la predisposición de los dos principales clubes de fútbol de la ciudad, Betis y Sevilla , para utilizar el estadio en las fases en que se necesite, especialmente en el caso del primero, que tiene previsto —aunque aún sin fecha— derribar su vieja tribuna principal para terminar la remodelación del Benito Villamarín . Esa reforma del estadio verdiblanco está pendiente de presupuestos y planes del club, que también ha estado mirando de refilón la disponibilidad del Estadio de la Cartuja por si tuviera que trasladarse a él por unos meses. Para dar cabida a su amplia afición, la viabilidad del coliseo cartujano es indispensable, sobre todo si afronta esa reforma de la eliminación de las pistas y pasa de sus 60.000 espectadores actuales a los 70.000 que entrarían con la rebaja de la grada. Justo la cifra que necesitaría el club verdiblanco para poder trasladarse temporalmente a la Cartuja en caso de obras en su estadio.

Deporte Andaluz tiene muy presente la posibilidad de que el Betis use el estadio cuando decide derribar la tribuna del Villamarín

Queda, por tanto, definir el retorno que tendría ese proyecto y detallar un plan financiero para afrontarlo en el que la Administración andaluza pediría la colaboración en otras instituciones en lo que a financiación se refiere. Porque a pulmón sería bastante complicado. Eso sí, se sigue buscando el apoyo de inversores privados porque no se ha descartado la fórmula de la concesión administrativa a una multinacional que estuviera interesada en explotar las instalaciones. En la tesitura actual, desde luego, lo que sí necesita Deporte Andaluz es una planificación y un estudio de costes para lanzarse del todo a la obra de eliminar esas pistas de atletismo, una iniciativa para la que todavía no se ha calculado una inversión aproximada pues dependerá de todos esos factores.

Básicamente, la Junta, socio mayoritario del estadio, seguiría el modelo del Olímpico de Londres , donde se han retirado las pistas en las que se disputaron los Juegos del año 2012, para transformarlo en estadio de fútbol. Lo mismo ha ocurrido con el estadio Luzhniki de Moscú para adaptarlo al fútbol y que pudiera ser sede en el último Mundial de fútbol. O, en una dimensión algo más modesta, el caso de Anoeta, en San Sebastián , donde la Real Sociedad ahora disfruta de un estadio mucho más ardoroso tras la obra mediante la que se ha suprimido el tartán que alejaba a la gente del terreno de juego. Ese anillo de pistas ha desaparecido y se han ganado precisamente 10.000 asientos, habiéndose invertido en esa obra unos 8 millones del total de 50 que ha costado la obra de todo el estadio, mucho más profunda al haberse cambiado hasta las cubiertas y haberse construido dos gradas nuevas. En este caso, la Real Sociedad ha recibido el apoyo financiero del Gobierno vasco y de la Diputación de Guipúzcoa, aunque se tratara de reformar el recinto de una sociedad anónima.

Obra de reforma del Metropolitano ABC

No se trata de un proyecto de una enorme complejidad técnica, por otra parte. Tanto es así que en el propio diseño original, el estudio de los Cruz y Ortiz, encargados de construir el coliseo, ya contemplaban la posibilidad de modificar la «cota cero» para transformarlo en campo de fútbol con las gradas junto a la hierba, siguiendo el modelo del Metropolitano de Madrid —también diseñado por el estudio de arquitectura sevillano—, donde ya se ha hecho para convertirlo en casa del Atlético de Madrid. Esa posibilidad de rebajar el terreno de juego y ganar varias filas de graderío aprovechando el sitio que dejaría el anillo de atletismo está contemplado ya en el proyecto inicial, en el que se incluyó un muro de hormigón —ahora invisible— que llega hasta las margas al quedar el ras por debajo del nivel freático del río. En ese aspecto técnico, el tema está resuelto desde hace años y no sería excesivamente caro.

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