Caso Marismas
La Junta de Andalucía simuló obras con tuberías sin soldar para cobrar de Europa
Un nuevo informe aportado a la causa sobre el fraude en los sistemas de regadío asegura que se incrementó «artificiosamente» el presupuesto

La instrucción del «caso Marismas», en el que se investiga un fraude a los fondos europeos por parte de la Junta de Andalucía y de la Comunidad de Regantes del Guadalquivir para el proyecto de modernización de los sistemas de regadío ... entre Dos Hermanas y Lebrija, ha vuelto a reactivarse con nuevas declaraciones porque el informe pericial solicitado por el juez Juan Gutiérrez Casillas al ingeniero de la Construcción Francisco Jesús Taguas está a punto de culminarse. El perito ha solicitado la aportación de más documentación a los responsables de la obra subvencionada por los fondos europeos y que nunca llegó a ejecutarse para comprobar si, como sostiene la Guardia Civil, se presentaron certificaciones falsas ante la Consejería de Agricultura para que esta a su vez justificase ante Bruselas el dinero recibido. Pero la investigación ha destapado también que el estudio de la Benemérita no fue el único que se hizo. Los regantes han aportado al sumario otro informe realizado por la empresa de Ingeniería Agrónoma cordobesa Inca en el que ya se destaparon todas las irregularidades, aunque los responsables de este proyecto presupuestado en 60 millones de euros no le hicieron caso.
Incremento «artificioso»
Este documento, al que ha tenido acceso ABC, es incluso más duro que el de la Guardia Civil porque tiene muchos más detalles de tipo técnico. Y la principal conclusión de Inca es que se simularon obras para poder acceder a los fondos generando una apariencia de ejecución que en realidad era falsa. El informe asegura que el proyecto constructivo «se redactó mal, con errores, tarde e incompleto» , por lo que hubo que hacer un proyecto complementario en el que se incrementó «artificiosamente el presupuesto» . Los peritos indican que las obras se desarrollaron sólo «en parte» siguiendo los citados proyectos, pero «su aprobación nunca llegó a producirse», por lo que las obras se desarrollaron «sin proyecto, sin pruebas hidráulicas que permitan verificar la calidad de lo ejecutado, inexperiencia del equipo técnico y de obra, improvisación , defectuosas ejecuciones de obra, desviaciones importantes e incrementos de costes no justificados y posteriormente reclamados, reparaciones múltiples de una misma unidad de obra, acopios inadecuados de materiales , paradas de maquinaria, elementos auxiliares inadecuados o excesivos, caso omiso a las órdenes establecidas por la dirección al no garantizar una correcta instalación y protección de la tubería expuesta a una oxidación permanente ...». Los peritos no encontraron nada que estuviera correcto y se limitan a denunciar que hubo una «inexperiencia o falta de interés» por parte de la UTE que ganó el concurso, Befesa-Alpi, en otro hecho que también investiga el juzgado: el posible amaño de aquella adjudicación .

Pero lo más grave del informe es que había « tuberías reflotadas con numerosos defectos de ejecución » y sin soldar que sólo estaban sobrepuestas. Es decir, eran inútiles. Sin embargo, se certificaron y eso permitió cobrar los fondos europeos. Inca explica que se había hecho un «soldado de ganchos al tubo para su manipulación», que es una técnica provisional, «en lugar del habitual empleo de eslingas para el izado». Además, las «ventanas de los extremos de cada tubo para introducir la máquina de soldadura para ejecutar la conexión interior de los tubos» no estaba terminada, se hallaron igualmente « rasgaduras en la protección de los tubos procedentes de fábrica por una pésima manipulación de las condiciones» y todos los anclajes de las conducciones al terreno se hicieron «mediante tortas de hormigón heterogéneas sin dimensión definida alguna a partir del vertido directo del mismo en altura». Una chapuza.
La mayor parte de la obra está enterrada
El informe concluye que estos «no son más que algunos ejemplos de la mala ejecución de las obras» y advierte de que «es más que probable que cuando se reanuden las obras aparezcan nuevos vicios ocultos no detectados durante la inspección realizada hasta el momento por tratarse de una obra en su mayoría enterrada ».
La Oficina Europea Antifraude investigan también estas irregularidades en las que están imputados responsables de las empresas que ganaron el concurso, varios regantes y el diputado socialista José Luis Sánchez Teruel , que dirigió todo este proceso cuando era director general de Regadíos de la Junta de Andalucía.
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