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CRÓNICAS DE UN BARRIO

«El Comisionado del Polígono Sur es un instrumento político, no una ayuda»

Para los vecinos de esta zona de Sevilla, la comisaría sigue siendo la principal reivindicación, convencidos de que la presencia policial ahuyentaría la delincuencia

Aparatos de gimnasia para mayores del bulevar de la avenida de la Paz, sin uso tras meses desvalijados PEPE ORTEGA

CRISTINA AGUILAR JAENES

Sevilla buscaba la forma de erradicar el chabolismo que en los años 60 seguía diseminándose por la capital. En esa década, continuaban llegando muchas familias que habían decidido abandonar el cada vez más infructuoso campo por una oportunidad en la ciudad, aunque la mayoría lo hacía con muy pocos recursos. En Torreblanca, El Vacie, en terrenos junto al campo de la Feria o en el propio Polígono Sur emergieron esos núcleos de construcción irregular . El Ayuntamiento, entonces, quiso regularizar la situación de estas familias ofreciéndoles una vivienda en las nuevas barriadas que se construyeron hasta mediados de los 70: Martínez Montañés, Murillo, Antonio Machado, Las Letanías, La Oliva y Paz y Amistad.

El diseño de las Tres Mil Viviendas, como se conoció a esta zona desde sus inicios, era idílico : diáfanas plazoletas, numerosas calles peatonales y amplias avenidas que, en un principio, favorecían la convivencia vecinal. O al menos así lo recuerda Manuel Picón, uno de esos primeros vecinos de las Tres Mil y actual presidente de la asociación de vecinos El Sur. Sin embargo, lamenta que los servicios sociales, en aquel momento, no hicieran hincapié en controlar y seguir a las familias . «Hicieron un batiburrillo. Todos vinieron para acá, y en ese “todo” había familias normalizadas y otras que no sabían convivir. Y ahí comenzó el descontrol ».

A principios de los 80, se iniciaron distintos movimientos vecinales para reivindicar más equipamientos, presencia policial y asistencia social, que confluyeron en la plataforma Nosotros somos Sevilla. «Por lo que se empezó a luchar casi todo se ha quedado en el tintero. Hay más infraestructuras, pero los grandes problemas, la inseguridad, el absentismo escolar, el paro, continúan y cada vez van a peor ».

Cuestionan el trabajo de Asuntos Sociales a la vista del alto absentismo del 70% en estudiantes de Secundaria

En este sentido, ven en la creación del Comisionado del Polígono Sur, en 2003, «un instrumento político más que una ayuda. Es otro organismo en el que se dilapida el dinero. Los problemas de fondo de las Tres Mil no se solucionaron en los diez años que estuvo Jesús Maeztu y con la nueva comisionada, María del Mar González, está siendo más de lo mismo ».

La inseguridad y la delincuencia encabezan la lista de preocupaciones. Por eso consideran que la comisaría del Polígono Sur debe ser el primer objetivo en hacerse realidad. «Queramos o no, la Policía es la primera que tiene que poner orden», y añade Manuel Picón: «La comisaría es un proyecto aprobado y presupuestado . Comenzamos a dudar de que realmente vaya a hacerse. Es más, nuestra impresión es que quieren dejarnos encerrados en este gueto y que los males que aquí existen, el tráfico de drogas y de armas, no salgan hacia otras zonas de Sevilla».

Respecto de esto, la avenida de la Paz actúa como muro de contención para la barriada Paz y Amistad. Aun así, según relatan los vecinos, tienen contabilizados dos puntos de venta de droga, además de otras prácticas fruto de la carente presencia policial. Una de ellas es la prostitución , que se ejerce en la confluencia de la citada avenida con la carretera Su Eminencia. Una práctica que sufren los vecinos de las viviendas más cercanas al polígono industrial. Aseguran que desde sus ventanas ven a estas mujeres y a sus clientes manteniendo relaciones sexuales entre los coches y, a veces, en los propios portales de los bloques. Por otro lado, apuntan a una zona de botellón junto a los juegos infantiles del bulevar de la avenida de la Paz. «Cuando cae la noche, la gente trae sillas, neveras; meten los coches en el bulevar y ponen la música a todo volumen; así hasta que se cansan».

Programas sociales

La integración de las familias en exclusión social es otra de las prioridades, siendo la educación y la salud la base de sus protestas. Señalan que la mayoría de los profesores se implican con los niños del Polígono Sur, pero que, al final, la realidad de las familias es la que se impone. «El absentismo escolar ronda el 70 por ciento una vez que pasan a Secundaria. Hay adolescentes que no saben leer ni escribir y, mucho menos, comportarse en clase. Y en el plano sanitario —continúa Manuel—, hay niños que van al colegio sin ducharse, con los pies negros de andar descalzos por la calle que no es, ni más ni menos, que el comportamiento que ven en sus padres».

Por eso, estiman que la educación de las familias es fundamental, cuestión de la que Asuntos Sociales no acaba de sacar rédito. «Las actuaciones, que son muchas, se realizan por programas que suelen durar entre seis y doce meses. En ese tiempo, los trabajadores sociales se adentran en las familias y cuando consiguen dar un paso al frente, se termina el programa y todo acaba en la basura . Es necesaria una actuación continuada y eficaz que incida en la educación de las familias. Todo lo que no sea eso conlleva malgastar inútilmente el dinero».

Regulación de las viviendas

En ese «abandono» de las administraciones públicas se encuentran también el estado de conservación y la regulación de las viviendas. En relación a esto último, pese a ser los pisos propiedad de la Agencia andaluza de Vivienda y Rehabilitación (AVRA), aseveran que siguen vendiéndose y alquilándose al margen de la Junta, por lo que reclaman a la agencia un control y una regulación de para saber quién vive en el barrio .

De otro lado, apuntan a un pésimo estado de conservación de los bloques, algo que está afectando de lleno a los vecinos de Paz y Amistad. «La barriada se construyó a toda prisa, con materiales de poca calidad y de forma deficiente. Incluso tenemos un documento de la Junta que reconoce estos fallos. En cuanto vienen las primeras lluvias, se estanca el agua en las galerías de los sótanos, atrayendo a ratas y mosquitos. Además del problema de humedad que existe en las últimas plantas al calarse el agua».

Aun así, cuentan que recientemente tuvieron que hacer frente a una denuncia del Ayuntamiento por el desprendimiento de parte de la cornisa de un bloque como consecuencia de esa humedad. «Son pisos de la Junta, quien reconoce que hay defectos de obra y, sin embargo, la Gerencia de Urbanismo multa a los vecinos y no a AVRA , que es la propietaria. No tiene ningún sentido». Por eso, solicitan una reforma integral de los edificios.

Los vecinos de Paz y Amistad, por otro parte, ponen el punto de mira en el bulevar de la avenida de la Paz. Basta un simple paseo por este entorno para comprobar la falta de conservación , cuestión que corroboran desde la entidad vecinal El Sur. «Llevamos pidiendo tres años al Consistorio que se poden los árboles. En 2015 se cayeron dos, uno sobre el paseo, que no causó daños personales ni materiales, y otro sobre el aparcamiento, dejando siniestro total a un vehículo».

Desde esta asociación, también han pedido la sustitución de los aparatos de gimnasia para mayores «inutilizados tras ser desvalijados». Ante esto, proponen que se coloquen en una zona vallada para evitar actos vandálicos. Y, por último, ante el problema de falta de aparcamiento , sugieren el cambio del estacionamiento en cordón al de en batería. «Se ganarían plazas y el bulevar no perdería espacio vital», concluyen.

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