Coronavirus Sevilla
Emprender entre crisis: Víctimas de la recesión, golpeados por la pandemia
Varios sevillanos que se reconvirtieron entre 2010 y 2015 vuelven a sufrir por las consecuencias de la pandemia que arruina sus previsiones

Hace una década que iniciaron el negocio o empezaron a darle vueltas a una idea que es hoy su medio de vida y que la pandemia ha puesto patas arriba. Muchos de los emprendedores surgidos de la anterior crisis económica se ven de nuevo ... en la cuerda floja sin una fecha clara para la recuperación. Esta vez no hay despilfarro ni negocio del pelotazo al que culpar de la mala suerte. Una situación sin precedentes que ahoga a los que se reconvirtieron sin renunciar al espíritu emprendedor.
Mariló Ortiz (Noon)
«Los palos no salen gratis. Son la mejor manera de aprender», como comenta Mariló Ortiz , copropietaria de la marca de moda Noon . No es la única. Los emprendedores que crearon sus negocios en los años duros de la recesión económica no contaron con la generosa financiación bancaria ni con las oportunidades de los tiempos de opulencia. Con mucho esfuerzo recompone las cuentas mientras prepara la próxima colección de la firma de la que es copropietaria . La pandemia llegó en plena expansión cuando empezaban a tener presencia en las principales ciudades españolas y especialmente en Sevilla, donde cuentan con tres puntos de venta.
«Ha sido un duro golpe, pero no el peor que he encajado», comenta esta licenciada en Ciencias de la Educación , que levantó un primer negocio de mercadotecnia. «Aquella fue una época de muchísimo crecimiento con campañas enormes para ayuntamientos, la Junta y grandes empresas como Airbus. De la noche a la mañana todo se paralizó y nos cogió con mucha inversión hecha y con mucho dinero en la calle . Más de dos años tardó en pagar la administración, no había manera de seguir adelante«, comenta.
Cerrojazo y a otra cosa. «Lo primero fue pagar lo que debíamos y lo pusimos todo en venta. No fue fácil, pero tampoco un drama. Si algo tengo bueno es que veo las cosas claras y soy práctica», señala. Y ahí empezó la idea de crear Noon. Mariló encontró un filón en el mercado adolescente, un nicho que nadie estaba explotando y junto a su marido y un amigo de toda la vida pusieron en marcha la primera tienda de la calle Muñoz Olivé que todavía conservan. Desde este lugar empezaron a distribuir diseños de fabricación nacional, con patrones adaptados a las jóvenes de 14 a 20 años y materiales de calidad. La compañía ha alcanzado una facturación de cuatro millones al año gracias al esfuerzo de sus creadores que ahora resisten con una economía saneada y la esperanza de la vacuna.

Manuel Llerena (Restaurante La O)
Manuel Llerena descubrió su auténtica vocación gracias al anterior parón económico. «Aquello nos obligó a repensarlo todo y a empezar desde cero», reflexiona este cocinero, propietario del restaurante La O , que fue su último proyecto como arquitecto. En 2011 cambió definitivamente el lápiz y el caballete por la sartén con bastante éxito y mantiene abierto el negocio adaptado a las restricciones sanitarias. «Cuando me matriculé en la escuela de hostelería de Archidona no pensaba montar un local y, de hecho, eso vino mucho después. Estuve haciendo prácticas en el hotel Santa Paula de Granada y después pasé por Aponiente , de Ángel León , en El Puerto. Fue allí donde empecé a planteármelo«, explica. En los ratos libres entre turnos le dio forma al establecimiento, situado a los pies del Guadalquivir.
Su experiencia al frente de un estudio de arquitectura le sirvió para gestionar el proyecto y montar la estructura que mantiene con menos personal. «La situación ahora es muy distinta, hemos tenido un frenazo, pero cuando bajan los contagios el público regresa, en la anterior nos quedamos completamente sin nada. Ahora veo a antiguos compañeros que siguen sin remontar, no se ha recuperado el nivel de 2007, pero en la hostelería es otro mundo «, considera.
Su mejor baza en esta nueva etapa es que se ha dirigido a una clientela local, sin tener una excesiva dependencia del turismo. «Eso nos mantiene vivos». Con las restricciones el negocio ha caído entre el 25 y el 30 por ciento pero, afortunadamente, el local es propio y no arrastra deudas que lastren el futuro.

Rodolfo del Río (Quesería Well Done)
Tampoco tiene las cosas fáciles Rodolfo del Río , un economista reconvertido en artesano que ha recuperado la antigua tradición de los quesos cremosos del Aljarafe. Desde su casa en Espartinas elabora estas delicias que ha bautizado como Well Done Láticos y que han ganado concursos internacionales.
Del Río formaba parte de la plantilla de una multinacional de la que salió durante la anterior crisis. Con 50 años recién cumplidos no quiso perseverar en su sector que ya le ofrecía pocas salidas . El dinero de la indemnización por despido le sirvió para financiar su estancia en Francia donde pudo formarse y plantear su proyecto. No fue casualidad que eligiera la fabricación de quesos para reciclarse, «era un negocio con demanda y poco explotado y coincidió con un momento en el que la Junta quería promocionar la cría de ganado autóctono que da, además, leche de mucha calidad«. Tampoco necesitaba maquinaria ni grandes instalaciones, el sótano de su casa era ideal para empezar a producir.
Hoy es proveedor de restaurantes como Eslava o Ispal en Sevilla, un negocio que se ha visto paralizado, pero «no hay que pararse nunca», asegura. El empresario ha empezado a repartir a domicilio, realiza catas on line y vende a tiendas gourmet de Madrid y Barcelona. «Eran líneas a las que antes no podía atender y ahora me sirven para mantenerme a flote», comenta.

Javier Benítez (Globotur)
Poco se podía imaginar Javier Benítez que iba a terminar creando una empresa de viajes en globo cuando era un simple estudiante de Derecho. Eligió esta titulación para hacerse cargo de la harinera de la familia, pero la pasión por volar pudo más . Desde 2004 ejerce como piloto de globo aerostático, aunque siempre lo había hecho por cuenta ajena y la crisis de 2008 también afectó a esa actividad.
Animado por varios amigos se lanzó definitivamente en 2011 a crear su propia empresa en Carrión de los Céspedes , su pueblo natal, pero decidió que no sería una empresa de viajes, sino de soporte publicitario. «Entonces nos veían más como un espectáculo que como otra cosa y yo quería darle un aire más abierto«, dice. Benítez hizo un máster de planificación publicitaria y comenzó a difundir el proyecto que tuvo buena acogida. » No hubo beneficios inmediatos, pero volvíamos a andar «.
Fue después cuando se metió de lleno en los paseos turísticos que ahora la pandemia de Covid-19 tiene paralizados. «Claro que tenemos miedo, pero no pienso parar. Perseverar es la única clave para tener éxito», comenta. En estos años se ha convertido en un referente de esta actividad, llegando a organizar el XXI Campeonato de Su Majestad el Rey de Globos Aerostáticos y ya prepara el XXII.

María José Morón y José Pablo García (A tomar por mundo)
Del periodismo a la gestión y organización de viajes. María José Morón y José Pablo García crearon la empresa «A tomar por mundo» tras viajar durante un año por los cinco continentes con un gasto medio de veinte euros al día. La experiencia fue una auténtica catársis y el germen de un proyecto mucho más ambicioso. Ambos se enrolaron en el proyecto empresarial al que hoy están dedicados por completo. Además del asesoramiento a gestores de destinos y negocios turísticos han creado el Club de la Aventura , una serie de expediciones con las que recorren países acompañando a viajeros que buscan un servicio personalizado. Es la primera vez en siete años que pasan más de un mes en el mismo lugar . «La pandemia nos vino por sorpresa, pero por suerte habíamos iniciado una línea de consultoría que nos ha ido bien », comenta José Pablo García, que en este tiempo ha asesorado tanto a empresas privadas como a instituciones públicas. El final de la pandemia marcará el inicio de una nueva etapa para la que se sienten preparados, asegura.
Para el retorno contarán con un nuevo compañero de viaje y, tal vez, una líne»", comenta, este experto en turismo. Con una estructura pequeña y gastos contenidos aguantan al embestida de esta nueva crisis que parece tener un final anunciado con la deseada vacuna, prevista para el próximo verano.
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