Hazte premium Hazte premium

Coronavirus Sevilla

La historia de Mario, el policía local de Sevilla que estuvo 70 días con el coronavirus

Este agente que estuvo ingresado en el Virgen del Rocío y conectado semanas a un respirador se reincorpora al trabajo más de dos meses después

Mario Tinoco, este martes, en su reincorporación al trabajo Raúl Doblado

Javier Macías

Se llama Mario Tinoco Paredes y ha vuelto a nacer. Este policía local de Sevilla, a sus 42 años , ha pasado las de Caín desde que a principios de marzo una fiebre alta comenzó a darle la cara y las pruebas acabaron confirmando que había contraído el coronavirus antes de que se supiera que la pandemia estaba ya extendida en España.

Este agente , sin patologías previas y deportista aficionado al kárate y al crosfit, estuvo conectado a una máquina respiratoria durante semanas, tanto en el hospital como en su propio domicilio. Y lo que él dice que fue peor: que se lo contagió a su familia hasta el punto de que su madre llegó a estar ingresada en su misma habitación en el hospital Virgen del Rocío.

Así lo relata Mario, justo el día en que se ha reincorporado al trabajo en la comisaría del Cerro del Águila , donde presta servicio, 70 días después de que el Covid-19 apareciera en su vida. «A principios de marzo pasé un fin de semana en un hotel de Huelva , donde tuve contacto con gente de Madrid. El lunes 2 fui con mi mujer y mis dos hijas a visitar a mis cuñados en Alicante . Esa noche empecé con la sintomatología, con 39 grados de fiebre», señala a ABC.

Allí, acudió al centro de salud tras varios días en los que no le bajaba la fiebre. No vieron nada. Por aquel entonces, el coronavirus parecía estar demasiado lejos. «En el viaje de vuelta me dio fuerte y comencé a ahogarme . Llegué a casa y me llevé tres días tumbado bocabajo en la cama. Mi mujer me insistía en ir al hospital pero yo soy muy cabezón. Acabé yendo a Urgencias y, nada más llegar, me tiré al suelo porque no tenía aire. Me pusieron oxígeno , me hicieron la placa y me dijeron que tenía una pulmonía bilateral con especial afectación en el lado derecho». Mario Tinoco iba comprendiendo que aquella neumonía no era normal y que aquello que sonaba tan lejano como el coronavirus estaba en su organismo.

El policía continúa contando su experencia: «Me metieron en planta y me dieron un tratamiento que funcionó bien . Me faltó el canto de un duro para entrar en la UCI, hasta me presentaron al equipo que me iba a tratar. Pero no hizo falta». Su «mantra» diario era volver con su familia y trabajar, agradecer a todos los médicos y al personal sanitario del Virgen del Rocío, que es «de matrícula de honor», todo lo que han hecho por él y por su familia.

Aún quedaba para eso. Doce días estuvo ingresado y, luego, vino la recuperación en casa atado a una máquina de oxígeno. Otros catorce días. Después, ya pudo moverse. Entró con 82 kilos y salió con 74.

¿Cómo se contagió?

No lo tiene claro. Mario Tinoco cuenta que, con el baile de cifras que han ido dando las autoridades sanitarias estas semanas, se ha planteado constantemente esta pregunta sin encontrar una respuesta clara . ¿Pudo ser en el trabajo, el hotel en Huelva y el personal de Madrid con el que coincidió? «Al principio la fiebre la achaqué a una ducha de agua fría que me di pero, al persistir, empecé a temer que era algo más grave: me ahogaba».

Cuando detectaron la enfermedad, comenzó el protocolo con su familia. «Informé de todas las personas que estuvieron conmigo durante los últimos 13 días y los llamaron para hacer las pruebas. Mis padres dieron los dos positivo, mi mujer también , pero fue mucho más leve y lo pasó en casa. Mis cuñados igual, se tuvieron que encerrar con sus hijos. Mis hijas...». Esto fue lo peor, «pensar que fui yo quien les contagió», dice, y añade que «no ver a tu familia por el aislamiento es terrible».

Sus padres llegaron a estar ingresados, su madre hasta en dos ocasiones, una de ellas junto a él en la misma habitación. «La miraba y me temía lo peor. Ahora me pregunto por qué siendo yo joven, he estado peor que mis padres, que son mayores».

«La estupidez humana»

Ahora, cuando echa la vista atrás y habla de su experiencia, no entiende algunos comportamientos sociales: «No deja de sorprendeme la estupidez humana. Parece mentira que hasta que no sean tus muertos no vamos a caer lo que es esto. Mi mujer y mis padres ingresados, mis cuñados... hasta que no lo sientes en tu cuerpo... si la gente hubiera pasado el coronavirus no se hubieran tirado a la calle de esta forma» .

Ya se pasó y, por fin, esta semana ha vuelto a su «nueva normalidad». Sus compañeros le han dado un recibimiento que no olvidará nunca. «Me engañaron entre todos. Me pidieron que entrara un poco más tarde. Llegué al distrito y el primero que estaba allí era mi compañero, que me recibió en la puerta. Encaré el pasillo y vi a todos estos sinvergüenzas, que son una maravilla. Nunca me han dejado solo. Tengo que agradecer a los compañeros, la jefatura... Me mandaron un vídeo que estaba ingresado que fue energía pura, se me cayeron las lágrimas. Mi madre, de hecho, aún no ha podido terminar de verlo».

Mario Tinoco ha vuelto a nacer . Hoy, de nuevo, vuelve a patrullar las calles del Cerro. El Covid ya se fue...

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación