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Coronavirus Sevilla

«Operación destete»: así ayudaron los fisioterapeutas a los enfermos de coronavirus a salir de las UCI

En el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla empezaron a trabajar con ellos el Lunes Santo con el objetivo de preparar su musculatura respiratoria para la desconexión de los respiradores mecánicos

Antonia López Hervás y Fernando Díaz Gutiérrez en la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ABC

Jesús Álvarez

No es el nombre de ninguna operación de la Guardia Civil o la Policía Nacional pero facilitar el «destete» (el delicado momento de la retirada de los respiradores artificiales a los pacientes de las UCI) es uno de los objetivos de los fisioterapeutas que han trabajado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla con pacientes con coronavirus.

Ya no queda ninguno (el último salió el 15 de mayo) pero fueron 45 entre el 15 de marzo y ese día, dos meses que se hicieron muy largos a todos los profesionales sanitarios que trabajaron en condiciones muy difíciles con estos enfermos . Primero, por los equipos de protección individual (EPI) que debían usar para no contagiarse y que complicaban su movilidad. Y segundo, por lo desconocido de este virus y sus impredecibles efectos. Sólo un veinte por ciento de los pacientes hospitalizados con Covid-19 acabaron en ellas pero muchos debutaron con un distrés respiratorio agudo que es difícil de manejar con la ventilación mecánica.

Los fisioterapeutas pueden empezar a trabajar desde el segundo o tercer día en UCI si el paciente no tiene ninguna hemorragia o contraindicación. Lo hacen tanto si están conscientes como si no por la medicación. Se les pone boca abajo, en posición "de cubito prono" porque está demostrado que es la mejor manera para ventilarlo y realizar los necesarios cambios posturales.

El equipo de fisioterapeutas que forman Antonia López Hervas, Miguel Ángel Granado, José Manuel Poison y Fernando Díaz Gutiérrez, se encontraron en las UCI Covid del Virgen del Rocío con pacientes con una gran debilidad muscular fruto de su inmovilización, no solo a nivel musculoesquelético sino también en la función respiratoria. «Por un lado hubo que hacer el drenaje de las secreciones pulmonares , los mocos para entendernos, para evitar bloqueos o posibles infecciones; y, por otro, lo que llamamos el "destete", que es la preparación de la musculatura respiratoria para cuando se les quite la ventilación mecánica y deban respirar por sí mismos», cuenta Fernando Díaz Gutiérrez.

A los pacientes se les puso «de subito prono» (boca abajo) para mejorar su ventilación. Se les activó la musculatura pulmonar para poder respirar por sí mismos

Para ello han trabajado todos los días con los enfermos, incluso festivos y fines de semana. Empezaron el Lunes Santo y acabaron su trabajo en la UCI Covid el 15 de mayo con la salida del último paciente, Rafael, de 88 años, que salió en su camilla con el pulgar hacia arriba de su mano derecha.

Los fisioterapeutas trabajaron muy cerca de los pacientes y ayudaron a los intensivistas y enfermeros en las extubaciones y decanulaciones. Durante una de ellas, la más compleja que abordaron, se contagiaron tres sanitarios de la UCI Covid del Virgen del Rocío. « No nos ha faltado ningún material de protección y entre los fisios no se ha producido ningún contagio», cuenta este profesional.

Con la fisoterapia se trata disminuir el tiempo de estancia en la UCI de los pacientes, pues cuanto más permanezcan allí menos posibilidades tienen de salir con vida. «Los procedimientos en las UCI son agresivos y el cuerpo se va deteriorando a medida que se prolonga su estancia allí. Nosotros ayudarmos a combatir eso», cuenta Díaz.

Eva Lozano Cabeza, fisioterapeuta motora ABC

Los fisios han trabajado con una media a unos seis o siete pacientes cada uno y les han dedicado al menos una hora a cada enfermo. Cuando empezaron, en la UCI había 23 enfermos, entre ellos, un matrimonio. «Cuando despertaban, te contaban lo mal que lo habían pasado, el miedo que habían tenido a morir. A algunos los intubaron precozmente y no se imaginaban que estarían tanto tiempo en UCI». Juan Ignacio Valle , un enfermero de 60 años del área de Cardiología del Virgen del Rocío, fue uno de ellos. Estuvo 35 días en la UCI y ahora está en su casa recuperándose. Perdió 17 kilos durante su estancia en el hospital.

«La mayoría de ellos no recuerdan nada cuando recuperan la consciencia, lo cual es lo mejor que les puede pasar », dice Fernando Díaz, que advierte del desconocimiento sobre las secuelas a largo plazo que les pueden quedar a estas personas. Entre sus pacientes hubo jóvenes sin patologías previas, aunque fueron los menos. «Debe de haber factores o variables que desconocemos aún y que hace que en algunas personas curse con mayor gravedad este virus. Algunos tenían menos de 50 años », dice.

El tiempo medio de su estancia en UCI fue de 21 días. Algunos sufrieron traqueostomías e intubaciones muy prolongadas . «Cuando se les sube a planta, aunque sea con una ventilación mecánica, pueden ver a algún familiar y eso les permite mejorar mucho su ánimo y también su estado de salud, aunque estén aislados», cuenta Díaz. No se subió a planta a ningún paciente de UCI con traqueostomía.

Muchos pacientes no podían ni teclear en el móvil cuando salían de la UCI. El tema psicológico es muy importante en esta enfermedad y la soledad es una de las dolencias más asociadas a la Covid-19

Uno de los fisios con un enfermo de la UCI del Virgen del Rocío ABC

A Eva Lozano Cabeza , fisioterapeuta motora de planta del Virgen del Rocío, le sorprendió el número de gente joven que trató con Covid-19 : « Salió una chica con 39 años y uno de los que estuvo en la UCI más tiempo fue un hombre de 49 años. También me sorprendió que no caminara porque no podía levantar sus pies. Me chocó bastante», cuenta.

Ella ha tratado a los pacientes con coronavirus que salieron de la UCI. «Me sorprendió encontrar pacientes muy recuperados porque ya habían hecho un gran trabajo de fisioterapia en UCI. Hemos comprobado que si se empieza a mover al paciente y a hacer ejercicios respiratorios desde que el paciente Covid está en UCI,se adelanta mucho en su recuperación », cuenta.

Al estar el cuerpo tanto tiempo inmovilizado, se queda rígido, lo cual afecta también a nivel cardiaco y pulmonar. El aumento de mucosidad en los pulmones es otro efecto colateral con los riesgos de infecciones que conlleva. « Nosotros ayudamos a que las expulsen con las movilizaciones. Al llevar tanto tiempo paralizado, los músculos pierden tonicidad y las articulaciones se vuelven rígidas, incluso la actividad del resto de los órganos internos se ve afectada negativamente. A todo el cuerpo le beneficia nuestro trabajo», cuenta Eva.

En la UCI se mueven todas las partes del cuerpo del paciente, desde la cabeza a los pies. También hay que cuidar la postura. «Cuando estás mucho tiempo en la cama, el pie se te va hacia abajo y eso puede lesionar el nervio, lo cual puede hacer que no se pueda caminar después de una manera correcta por no poder levantar los pies.Para evitar esta lesión colocamos unas almohadas al final de la cama y así conseguimos que sus pies estén corregidos en una posición de 90 grados.

Con cuidados posturales y movilizaciones articulares se trata de evitar secuelas y que no sufra ningún tipo de dependencia . «Que llegue a ser el mismo que antes», dice Eva.

«He notado que algunos pacientes nos decían que lo peor no era el coronavirus sino la soledad. Están muy deprimidos porque su familia no está con ellos. Los sanitarios hemos sido un gran apoyo para ellos, casi su familia cuando estaban en el hospital o en la UCI, donde algunos dicen haber visto la muerte», cuenta Eva.

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