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Mujer y Ciencia

Cuatro ingenieras que mandan mucho en Airbus en Sevilla

Cuatro mujeres que cursaron Ingeniería Industrial en Sevilla explican su experiencia en altos cargos en la planta que ensambla el avión militar A400M

Paloma Peinado, Cristina Aguilar, María Mora-Figueroa y Silvia Bonete delante de uno de los aviones Rocío Ruz

Mercedes Benítez

Son mujeres, afincadas en Sevilla, e studiaron Ingeniería Industrial en la Universidad de Sevilla y las cuatro tienen puestos de gran responsabilidad en Airbus, en la capital hispalense, donde además mandan sobre equipos mayormente masculinos. Forman parte de ese 20 por ciento de mujeres que la división de aviones tiene actualmente en su plantilla. Paloma Peinado, Cristina Aguilar, María Mora-Figueroa y Silvia Bonete son cuatro ejemplos de mujeres que han roto ese techo de cristal desde puestos que hasta hace años eran prácticamente impensables para las mujeres.

No sólo estudiaron una carrera en la que la presencia femenina sigue siendo minoritaria, sino que han logrado escalar hasta puestos de responsabilidad en un sector todavía con mayoría masculina. Están cambiando las cosas y haciendo que la presencia femenina sea una realidad.

Peinado: la primera al mando del taller

Paloma Peinado es uno de esos ejemplos. A sus 42 años y tras estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad de Sevilla en unos tiempos en los que eran sólo dos mujeres e n su clase en la escuela, Peinado es ahora CIO en España de Airbus. Es la primera mujer que ocupa ese puesto en España. Pero ése no es el único puesto en el que ha sido pionera. «Rompí el techo de cristal cuando fui la primera mujer al mando del taller en la planta de Puerto Real», confiesa orgullosa.

Ocurrió en el año 2003 y en la localidad gaditana se encontró con un grupo de operarios que no estaban acostumbrados a tener una jefa que les diera órdenes. Aun así y pese a las bromas iniciales (a veces le decían piropos) porque no estaban acostumbrados a una directiva, Peinado admite que la situación «se ha normalizado» y lanza un mensaje de aliento para otras en situaciones similares. Porque esta ingeniera industrial, que tiene a su cargo a unas 200 personas , cree posible que las mujeres lleguen donde quieran, también en una carrera técnica. Quizás por eso, cuando llegó al puesto que ahora ocupa y se encontró que ella era la única, decidió cambiar las cosas.

Ahora el 40 por ciento de su equipo son mujeres y un 30 por ciento en su área. ¿Una revolución en la empresa?: «Ha sido una evolución natural», dice restando importancia a algo que considera que ha sido muy fácil. Como sus compañeras, a Paloma Peinado no le gustan las cuotas. Y ella, que pasó seis años trabajando en Toulouse, asegura que lo que tienen que hacer otras mujeres es generar necesidad. «Nos encontramos que hay divisiones en la que los jefes piden mujeres», explica.

Cristina, en el comité de dirección

Cristina Aguilar, también ingeniera industrial salida de la Universidad de Sevilla es, a sus 45 años, directora de Programas de Aeroestructuras . Empezó en Airbus en Alemania en la división de helicópteros. Allí se encontró que la presencia de la mujer estaba menos normalizada ya que era la única mujer en su departamento de Munich. Y lo mismo le pasó en la universidad alemana. «Un día llegué dos minutos tarde y en la clase, en la que eran todo hombres , el profesor me dijo, señorita, se ha equivocado», cuenta bromeando sobre su experiencia cursando sexto curso en Alemania.

Anécdotas aparte, Aguilar tiene un trabajo de mucha responsabilidad ya que se ocupa de controlar la calidad, el tiempo y el coste de la producción antes de entregar la pieza al cliente y controlar la cuenta de resultados y los beneficios. Ademas, Aguilar es una de las dos únicas mujeres en el comité de dirección de Aviones Militares de Airbus España y la primera directora de Programas en Aviones Militares. Y está orgullosa de ello ya que recuerda que ese 20 por ciento de presencia de mujeres baja hasta el 13 por ciento cuando se trata de encontrar mujeres en puestos de dirección en su empresa. En cualquier caso, Aguilar, madre de tres hijos, admite que todavía son pocas.

Pese a ello, es de la opinión de que las cosas han cambiado mucho ya que antes había menos mujeres. Y se da cuenta de que, en general, cuanto más se sube de nivel, menos hay. «A veces pienso, qué pena que no haya más mujeres» . Aún así, esta ingeniera que viaja constantemente y que gestiona un equipo de hombres, es capaz de conciliar el trabajo con su vida personal. Porque siempre ha tenido apoyo de su familia en casa para desarrollar su carrera y dedicarle el tiempo necesario.

María, charlas a las niñas

María Mora-Figueroa, de 39 años e igualmente ingeniera industrial de la Universidad de Sevilla, es responsable de Industrialización de la planta de Tablada. Es consciente de que se encuentran pocas mujeres en las carreras técnicas. «No me he sentido un bicho raro» , dice esta mujer que, en la compañía tiene un equipo formado por dos hombres y dos mujeres.

Y ha conseguido que sus dos hijas identifiquen la planta como «el trabajo de mamá» pese a que su marido también trabaja en Airbus. «Cuando pasamos por delante, mis hijas dicen, ahí esta el avión de mamá» , comenta entre risas. Pero Mora-Figueroa está muy comprometida con la visualización de la mujer en la empresa. Por eso ha participado en un programa que han puesto en marcha para ir a los colegios a que las niñas vean las mujeres ingenieras. «Las niñas y los niños deben ver que es normal que haya mujeres ingenieras», dice.

Silvia, un referente

Silvia Bonete, de 29 años y que también estudio Ingeniería Industrial en la Universidad de Sevilla es industrial manager en la compañía y no se siente un bicho raro pese a pertenecer a ese 13 por ciento de mujeres en puestos de dirección. Para ella, el trabajo que tiene es también «una oportunidad de ser un referente en institutos o en otras personas que no tiene uno en su entorno más cercano» ya que apuesta por la igualdad de oportunidades y porque pueda elegir lo que quiera, lo que le guste.

Bonete, que se dedica a la coordinación de proyectos y el seguimiento diario de la producción, no tiene la percepción de ser una privilegiada y está cómoda en los foros en los que se encuentra y ve «con naturalidad» que hay más mujeres. «Cada vez hay más normalidad y naturalidad» , dice. Al ser más joven, en su promoción hay más ingenieras. Cada vez son más, aunque aún les haga falta visibilidad.

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