Elías Zamora: «Sentirse parte de un grupo y tener a otro enfrente es esencial en Sevilla»

La fuerza del fútbol en Sevilla tiene también una explicación sociológica y antropológica. De hecho, los dos principales equipos de la ciudad gozan de un enorme apoyo incluso en etapas en las que no cosechan éxitos deportivos. El catedrático de Antropología Social y profesor de la Universidad de Sevilla Elías Zamora explica que el caso hispalense es «una forma moderna de lo que denominamos sociedad partida en dos mitades, en dos partes iguales , en las que cada una de esas dos mitades tiene un referente totémico que le sirve de guía, que da sentido a las características de esa mitad. Los clubes de fútbol actúan como tótems en muchos lugares, y en este caso de manera muy acentuada».

Para Zamora, en sociedades homogéneas «como las que existen en Andalucía», está muy extendida «la estructura social de división en dos partes , que se sustenta, a su vez, en un fuerte sentimiento de pertenencia a un grupo para dar sentido a la vida. Y así, sitiendo que se forma parte de un grupo y teniendo a otro grupo enfrente, en el lado opuesto, un o se siente alguien importante, en términos relativos». Este fenómeno «es muy andaluz, vinculado normalmente a las cofradías, con dos rivales en el pueblo, pero en Sevilla capital es muy potente en relación con el fútbol puesto que los dos elementos totémicos tienen mucha fuerza . Este deporte es un poderoso referente para el sentimiento de pertenencia a un grupo, y eso en Sevilla, formar parte de un grupo, es esencial. Unos y otros precisan de un antagonista para sentirse alguien, como les pasa a béticos y sevillistas aunque no siempre lo reconozcan. Son lo que son porque tienen al otro enfrente, porque tienen un oponente que justifica su pertenencia al grupo contrario».

Explica Zamora que «existen también sectores poderosos en la sociedad actual que están muy interesados en que se fortalezca ese modelo de dos mitades con referentes, como los propios clubes de fútbol, evidentemente, pero también los mismos medios de comunicación, que han encontrado un filón en la información de estos equipos de fútbol. Y se alimenta el modelo día a día». Lo que también parece evidente es que «no se trata de un sentimiento o un fenómeno aplicable sólo a una clase social, sino que afecta a todas las clases sociales. Hay gente con nivel académico muy alto que, sin embargo, es muy futbolera y se pone a pelear con el vecino por este asunto».