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OBESIDAD INFANTIL

Doce de cada cien menores sevillanos tienen problemas de obesidad

Los expertos alertan de los riesgos para la salud que genera el sobrepeso infantil y reclaman mayor concienciación ante esta epidemia

El niño obeso es presa fácil para el acoso escolar y el aislamiento y tiene peor estima ABC

AMALIA F. LÉRIDA

Un niño obeso será un adulto enfermo. El aserto no admite discusión en la comunidad científica, que asiste perpleja y preocupada al avance de la obesidad en el mundo, convertida ya en una verdadera epidemia .

Y Sevilla no se queda atrás. Es más, Sevilla es la capital de la comunidad autónoma que «tiene a los niños más gordos de Europa» , dice el prestigioso cardiólogo del Virgen del Rocío, Gonzalo Barón Esquivias , que apuesta por un debate social similar al del tabaquismo para que se tomen medidas pues «es un problema terrible y un factor de riesgo para numerosas enfermedades».

Alude al Estudio Carmona que se presentó en 2004 y en el que se conluyó que los niños de esa localidad tenían entonces el sobrepeso más alto de España. También se averiguó que la tasa de sobrepeso de la provincia de Sevilla estaba por encima de la media europea. «Nosotros —dice con preocupación— hacemos mucha prevención pero no tenemos dinero para hacer publicidad y es el Estado el que debe hacerla porque no cala, no cala el mensaje de la obesidad».

ABC ha querido saber cómo está contemplando la Consejería de Salud este grave problema y qué datos maneja sobre la incidencia y prevalencia de la enfermedad.

Afirma que aunque los últimos datos de la Encuesta Andaluza de Salud (2015-2016) sugieren una estabilización de la epidemia, tanto en la población adulta como en la población infantil, la obesidad todavía afecta al 16,7% de las personas adultas y al 11,9% de los menores de Andalucía , unos datos que extrapola a la provincia de Sevilla. En los hospitales de la capital andaluza, se trata a los niños con problemas de obesidad en las unidades de endocrinología pediátrica . En el de Valme, por ejemplo, se atendieron 81 nuevos casos y se hizo el seguimiento a un total de 265 pacientes .

Sin embrago, la identificación y tratamiento de la mayoría de los niños se realiza en Atención Primaria, donde se trata de modificar los estilos de vida. Así, el pasado año los menores atendidos por sobrepeso u obesidad en los centros de salud de Sevilla ascendieron a 6.590 con una edad media de entre 6 y 14 años .

Ante este panorama la Junta de Andalucía está tramitando la Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada . Salud recalca que es la primera vez que una comunidad autónoma le da el máximo rango normativo a la prevención de la obesidad y de los trastornos de la conducta alimentaria en general. Entre las medidas concretas de este anteproyecto, en cuya elaboración han participado unas 250 personas de distintos colectivos, se encuentran el derecho a disponer de agua potable gratuita y de menús saludables y de diferentes tamaños en los establecimientos de restauración, a la prohibición de la publicidad en los centros educativos o la necesidad de que los lugares de trabajo con más de 50 trabajadores tengan aparcamiento de bicicletas en el propio centro o los alrededores.

Tanto para las personas que padecen obesidad o trastornos de la conducta alimentaria, se reconoce el derecho a una atención sanitaria integral y continuada , a la vez que tienen derecho al pleno respeto a su dignidad personal y a la no discriminación social, laboral o sanitaria por razón de su problema de salud, con una consideración preferente hacia los menores de edad.

Otra iniciativa, para la que se establece un plazo máximo de cuatro años, es instaurar en los colegios un tiempo mínimo recomendable de cinco horas efectivas semanales de actividad física. En estos centros, que estarán libres de publicidad de alimentos y bebidas hipercalóricas, se fomentará que los menús y dietas sean saludables, usándose los productos locales y regionales y de temporada, con la base de la dieta mediterránea.

Efectivamente, los niños engordan porque no se mueven ni comen bien . O, dicho de otra forma, por el sedentarismo y una alimentación hipercalórica y procesada, afirma Eugenio Fernández Hernández, pediatra endocrinólogo y doctor en Medicina y Cirugía, del Grupo Instituto Hispalense de Pediatría. Afirma que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud más serios a los que se enfrenta la sociedad española y que su prevalencia ha aumentado hasta el punto que, hoy en día, cuatro de cada diez niños está en situación de sobrepeso u obesidad, según los datos publicados en los estudios Aladino de 2013 y 2015 realizados en niños entre 6 y 9 años de toda España. «Concretamente, en sobrepeso está el 23.2% y en obesidad el 18.1% de los niños. Y eso es una seria amenaza para la salud. Solo las cifras de sobrepeso muestran una leve tendencia a la regresión en los últimos 4 años», asevera. Cada vez se ven niños obesos a edades más tempranas, pero la edad crítica son los 6-7 años . Los niños que desarrollan obesidad antes de esa edad es posible que tengan algún otro factor genético predisponente. El principal mensaje que traslada a los padres es que, como responsables que son de la salud de sus hijos, deben solicitar ayuda profesional en el momento que ellos mismos o el pediatra en los controles periódicos de salud, detecten que el niño está iniciando un sobrepeso u obesidad.

El segundo paso será estar dispuestos a adoptar cambios en los hábitos de vida que pudieran estar favoreciendo esa situación, ya que los padres son el principal modelo para sus hijos. «Es absurdo —dice— pretender que el niño se comporte de manera diferente a lo que observa en sus padres». En este sentido, hay que recalcar que la escuela es otro ámbito educativo en el que, además, los niños almuerzan. José Manuel Nieto , presidente de la Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, recuerda que esperan como agua de mayo la presencia de la enfermera escolar, una figura que aprobó el pasado mes de junio el Parlamento Andaluz a propuesta de Cuidadanos y con el voto favorable de todos los grupos, menos del PSOE.

Para Fernández Hernández el abordaje de la obesidad infanto-juvenil debe implicar a las administraciones públicas, las sociedades científicas, los colegios de profesionales de la salud y a los medios de comunicación. «Creo que todos los estamentos de la sociedad —sigue— son conscientes de la magnitud del problema, pero llama la atención que los resultados son, hasta la fecha, bastante pobres». Recalca que las áreas en las que se tendrían que avanzar son la del estudio con la industria alimentaria del tipo de alimentos que ponen a disposición de los niños así como las estrategias de publicidad que utilizan y apuesta por la iniciativa inglesa de gravar los alimentos poco saludables que «puede ser una buena idea ya que sí funcionó con el mal hábito del tabaco».

La presencia de dietistas/nutricionistas y psicólogos en los centros de Atención Primaria para que, a través de programas se aborde el problema en su extensión médica, psicológica, social y nutricional, sería otra medida que tomaría este doctor.

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