Patrimonio
Espadas rehabilitará el patrimonio industrial, los cortijos y molinos de Sevilla
Las naves abandonadas y las haciendas tendrán un uso que recreará lo que fueron en el pasado

El Plan Director del Patrimonio Municipal de Sevilla tiene una hoja de ruta prevista para los edificios abandonados más desconocidos, aquellos que están vinculados al pasado industrial y también los que se encuentran en las zonas rurales de la propia ciudad, ... como son los cortijos y haciendas y los molinos de la ribera del Guadaíra. Si bien es el plan es en sí mismo un esbozo de lo que debería llevarse a cabo con los inmuebles propiedad del Ayuntamiento, sí marca cuál es el futuro que tendrán una vez que haya fondos suficientes para su restauración.
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El documento, elaborado por la Universidad de Sevilla por encargo del gobierno municipal, tiene un criterio fijo: los edificios históricos de Sevilla tienen que mentener no sólo su arquitectura sino también el contexto para el que fueron creados . Así, el plan desarrolla -no sin polémica- el proyecto ‘Patrimonium Hispalense’ que creó el gobierno local de Juan Ignacio Zoido y proyecta la creación de un museo municipal descentralizado en 29 edificios, que además de su rehabilitación tendrán un uso acorde a su pasado. Junto a este ambicioso plan, el Plan Director especifica concretamente qué hacer con los inmuebles más desconocidos, como son las naves industriales y las viejas estructuras campestres que llevan criando malvas décadas sin que se les haya dado una solución definitiva.
Industrias creativas
Por un lado, reúne en una lista a un total de catorce edificios que tuvieron un carácter industrial, no simplemente fábricas, sino también los espacios vinculados a la creación y a la producción. Se trata de las naves taller en San Jerónimo, el teatro Alameda, la nave Singer, el convento de Santa Clara, la torre La Única, el Centro de la Cerámica de Triana, Altadis, la Fábrica de vidrio de La Trinidad, el silo de Cruzcampo, la nave Santa Bárbara, la Fábrica de Artillería, la antigua estación de Cádiz-San Bernardo, la nave de la calle Campamento y el Garaje Laverán.
El gobierno de Juan Espadas quiere que esos espacios generen en su entorno industrias creativas y usos relacionados . Se propone localizar cuál de estos edificios que estén infrautilizados puedan ser ocupados para que alberguen estas industrias. En este filtro se descartan de antemano el Centro de la Cerámica, Altadis, el silo de Cruzcampo y la estación de Cádiz, que tienen ya un uso específico o al menos un proyecto en firme.
Otro criterio es el de localización , es decir aquellos que puedan generar un ecosistema creativo en su entorno y crear «sinergias con los clúster existentes». Por último, está el criterio de adaptabilidad, es decir, «calibrar el tipo de industria creativa para cada inmueble o zona concreta» viendo la capacidad espacial que tienen, ya que se requieren espacios diáfanos.
De esta forma, de entre los catorce edificios de esa lista, nueve de ellos cumplen todos los criterios para recuperarlos para este fin: Las naves de San Jerónimo, el teatro Alameda, la nave Singer, el convento de Santa Clara, la torre La Única, la Fábrica de Vidrio, la nave Santa Bárbara, la Fábrica de Artillería y el Garaje Laverán . Algunos de ellos, como Artillería o las Naves de Renfe, están ya en obras y a corto plazo se transformarán en centros culturales que generen industrias creativas. Otro, como es el caso de la Fábrica de Vidrio, tiene ya un proyecto aprobado para tal fin.
El patrimonio territorial
Por otro lado, respecto a los edificios históricos que se encuentran en zonas periféricas y lejos de las zonas urbanizadas, el Ayuntamiento quiere recuperarlos y ponerlos en valor con un doble objetivo: descentralizar las alternativas de ocio y culturales y, también, resucitarlos para crear rutas vinculadas entre sí. El Plan Director del Patrimonio identifica tres potenciales redes de patrimonio territorial formadas por bienes culturales en las afueras de la ciudad.
Así, la primera de ellas es ‘Los molinos del Guadaíra: los paisajes del agua’. Son las edificaciones que se encuentran en el cauce de este río y que están dispersas desde Alcalá hasta la capital: el molino de Aljudea, el de San Juan de Teatinos o la Torre Blanca . La idea es crear una ruta con los que se encuentran en el término municipal de Alcalá de Guadaíra y que son los molinos Hundido, de la Aceña, de la Benarosa, de Oromana, el de San Juan, El Algarrobo, de la Tapada, El Arrabal, del Realaje, de Pelay Correa y el de las Cerrajas; así como el parque de Oromana, el conjunto histórico y el castillo de Alcalá.
La segunda de las redes territoriales son ‘Los cortijos y haciendas de la campiña de Sevilla: los paisajes de la agricultura’ . En este caso, se trata de conectar la Hacienda El Rosario, la Hacienda Miraflores y el Cortijo de San Ildefonso , junto con otros edificios similares que no son propiedad del Ayuntamiento de Sevilla.
En estas redes, la mayoría de los edificios se encuentran en un estado de ruina, por lo que requieren una inversión alta. No ocurre lo mismo con la tercera de las redes, que denominará ‘El patrimonio y el Guadalquivir’. Son los bienes relacionados con el río, como son el monasterio de San Jerónimo, las Naves de Renfe, la Torre La Única, el puente de Triana, el Castillo de San Jorge, la Casa de las Columnas, la antigua Tabacalera y los pabellones de la Exposición Iberoamericana . Además, se la unirían otros bienes culturales que se ecuentran aguas arriba o abajo de la ciudad y cuya construcción e historia están ligadas al Guadalquivir.
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