Eurocopa en Sevilla
«El estadio de la Cartuja lo encontramos cerrado hace dos años y ahora puede ser la casa de la selección de España»
Isabel Sánchez, directora de Instalaciones de la Consejería de Educación y Deporte, destaca la apuesta que la Junta de Andalucía hace por ese recinto deportivo que el anterior Gobierno abandonó a su suerte

Isabel Sánchez Fernández (Sevilla, 1976), es licenciada en Medicina y Cirugía, máster en Gestión y Administración de Empresas Deportivas, entrenadora titulada y profesora asociada en el Centro Universitario San Isidoro. Fue jugadora profesional de baloncesto desde 1997 hasta 2013 y llegó a jugar durante ... un año en la NBA femenina. Ha sido 92 veces internacional con la selección española, subcampeona de Europa, campeona de la Euroliga, Supercopa de Europa, Copa de la Reina y Liga francesa. Tiene la medalla de oro y brillantes de la Federación Andaluza de Baloncesto, la medalla de bronce al Mérito Deportivo, medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla y el título de mejor deportista andaluza concedido por la Junta de Andalucía.
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También ha sido entrenadora ayudante de la selección española absoluta de baloncesto y en la selección española U17 y en la U18. Con ella fue Medalla de Oro en los Europeos de Francia y República Checa, Plata en los Juegos de Río de Janeiro y Plata en los Mundiales de Turquía y Tenerife.
El estadio de la Cartuja ha acogido tres finales en los últimos meses, dos copas del Rey y una supercopa. Y en pocos meses recibirá la Eurocopa. ¿Cómo se encontraron el recinto hace dos años?
Lo encontramos cerrado y con muchas incógnitas. Vengo del mundo del deporte, del barro, como digo. Y en la Consejería, tanto el consejero como el secretario general y la codirectora, sabemos muy bien lo que es el sentimiento de un deportista. Como sevillana tener un estadio tan impresionante cerrado lo vivimos como un fracaso. El estadio ahora es un éxito pero encontramos otras muchas instalaciones deportivas poco cuidadas y actualizadas. Es nuestra obligación ponerlas en valor.
El estadio estuvo dos años cerrado.
Sí, y eso le ha hecho mucho daño, como haría ese cierre a una piscina olímpica o cualquier otra instalación deportiva.
El Gobierno anterior dijo que hacía falta mucho dinero para ponerlo en marcha y se deslizó la cifra imposible de s 15 millones de euros. ¿Tanto dinero le han echado?
Cuando vimos el estadio nos dimos cuenta de que no hacía falta ni mucho menos ese dinero para reabrirlo y ponerlo en valor. La reparación de la cubierta dañada, lo más grave que tenía, la ha pagado el seguro. Hacía falta echarle cariño y cuidado más que dinero, peroo sobre todo hacía falta dotarlo de contenido. En cuanto lo dotas de contenido y proyectos, todo se va resolviendo y es lo que hemos hecho. Estamos agradecidos a todas las instituciones que forman parte del consejo de administración del Estadio y que confiaron en nosotros para sacarlo adelante.
¿Podría convertirse en la sede más o menos permanente de la selección española de fútbol?
Todos estos logros nos hacen sentirnos satisfechos y nos animan a seguir trabajando. Tenemos buena sintonía con la Federación Española de Fútbol y nos encantaría que el estadio de la Cartuja fuera la casa de España. Ya hubo una época en que la selección venía a jugar siempre a Sevilla, a los estadios del Betis y del Sevilla.
Y no perdió ni un partido en muchos años.
Y con el estadio de la Cartuja vamos por el mismo camino. Le damos suerte a la selección y en el mundo del deporte somos muy supersticiosos. El estado tiene un gran potencial y capacidad.
¿Tienen algo más a la vista para darle un mayor uso?
Queremos que el estadio de la Cartuja no sea sólo la casa del fútbol sino también de otros deportes. Creemos que puede acoger partidos de rugby y ya estamos hablando con la federación. Es un deporte con mucha tradición en Sevilla. Estudiaremos todo lo que quepa en el Estadio de otros deportes y trataremos de que se convierta en casa de todos ellos. Queremos más deportes para el estadio, aparte del fútbol.
¿Por qué no hay público en los estadios del fútbol españoles y sí en otros deportes como el tenis?
En Andalucía hemos demostrado que haciendo las cosas bien y adoptando las medidas de seguridad, no es necesario paralizar el deporte. De hecho, no lo hemos parado durante la pandemia. Hay que ser valiente, no temerario, y nosotros lo fuimos. Al principio la gente tenía sus dudas pero hemos demostrado que, con una buena gestión, es posible. Hay que tener respeto al virus pero no miedo.
En los estadios alemanes e ingleses hay público. En la Cartuja no se permitió en ninguna de las finales celebradas. ¿Lo entiende?
Hay público en todos los partidos de Segunda B de Andalucía. Nosotros lo hemos metido de acuerdo con la Consejería de Salud y las normas de seguridad sanitaria y protocolos establecidos, nivel 1, nivel 2 y nivel 3. En la Cartuja se podría haber metido público pero según la ley del Deporte que, a mi juicio, está obsoleta, sólo es deporte profesional el fútbol masculino de primera y segunda división y el baloncesto. Los demás son amateurs y tienen público porque no dependen del Consejo Superior de Deportes sino de las comunidades autónomos. En el caso concreto de las finales de Copa, el cierre perimetral impedía venir al público de fuera de Sevilla y por respeto a las aficiones de Barcelona, Bilbao y San Sebastián no se dejó entrar a nadie. Sin embargo, podría haber entrado público de Sevilla en condiciones absolutas de seguridad.
Ha habido conciertos musicales con 5.000 asistentes.
Y no entendemos que a una sala de conciertos puedan entrar cinco mil personas y a un estadio de fútbol no. No creo que el virus actúe diferente en un lugar y otro.
Público en los partidos: «No entendemos que a una sala de conciertos puedan entrar cinco mil personas y a un estadio de fútbol nadie»
El Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja se lo encontraron abierto y con un gran prestigio nacional e internacional. ¿Han podido hacer algo para mejorarlo?
Cuando llegamos hace dos años, comprobamos deficiencias en la nutrición de los deportistas que viven en la residencia y cambiamos la empresa que se ha encargado de ello en los últimos veinticinco años. Le hemos dado una vuelta a toda la residencia en formación y condiciones. Como deportista he pasado gran parte de mi vida fuera durmiendo en muchos hoteles y sé que para los deportistas lo más importante es tener una buena cama y una buena comida. Si esas dos cosas las tienes bien, el resto va fluido.
¿Han cambiado las camas de la residencia de deportistas?
Sí, todas. Eran muy incómodas y en algunas no cabían los deportistas. Visitamos varios centros de alto rendimiento de España y comprobamos que no valía la misma cama para un piragüista, que sale mojado de su actividad, o un jugador de baloncesto. El material de la cama debe ser diferente. Buscamos la excelencia y eso se nota mucho en el rendimiento deportivo. Comer y dormir bien es clave para un deportista.
Se quejan algunos piragüistas de que el tráfico de barcos en el río no está bien ordenado y les causa algunos problemas en sus entrenamientos. ¿Hace falta una regulación?
Antes de la pandemia tuvimos una reunión con la Autoridad Portuaria y creemos que se puede mejorar la actividad deportiva en el río. El río es de todos pero se puede regular mejor y hay que hablar con todos los sectores para ver cómo se puede aprovechar todo mejor. Tenemos la mejor lámina de agua quizá del mundo, de quince kilómetros y con un clima inmejorable, y aquí podrían venir los mejores a entrenarse.
¿Siguen viniendo deportistas de toda Europa?
Sí, de Europa y de todo el mundo. Es una referencia internacional de deportes como piragüismo y remo. Perdimos un poco hace algunos años porque nuestras instalaciones se quedaron un poco obsoletas y tenemos un proyecto para convertirlo en uno de los mejores centros de alto rendimiento de Europa y del mundo.
¿La Maratón de Sevilla puede convertirse también en una referencia internacional?
La Maratón ha adquirido un gran protagonismo en Sevilla y como todas las actividades deportivas tiene un margen de mejora. Estamos aquí para que todos los eventos deportivos de Andalucía sean mejores.
El deporte base es una de las apuestas de la Consejería. ¿Qué deporte cree que nos puede dar más alegrías en el futuro, aparte del fútbol y la mesa?
El deporte base es nuestra prioridad. Es lo más bonito aunque importante es todo. Creo que vamos a destacar de aquí a unos años en el rugby. He visto muchos niños y niñas practicando rugby y eso me ha sorprendido gratamente.
«He visto muchos niños y niñas practicando rugby y creo que en unos años vamos a destacar en ese deporte de nuevo»
El baloncesto, el deporte en el que triunfó, ha sido discontinuo en Sevilla. Tuvo su época de gloria con el Caja San Fernando y Cajasol pero nunca ha logrado consolidarse como un deporte de masas, a diferencias de otras ciudades. ¿El fútbol pesa tanto con el Sevilla y el Betis que no deja casi espacio para que crezcan los demás?
En Salamanca, donde jugué, se llenaba el pabellón todos los partidos. Era un día de fiesta. En las ciudades donde el equipo de fútbol no es muy poderoso suele pasar eso con otros deportes. Una vez que la gente se engancha con los jugadores, esa afición suele mantenerse. En Valencia también ha pasado, a pesar de tener un equipo de fútbol muy potente, lo que demuestra que no son incompatibles esas dos aficiones.
¿Cómo ve el auge del fútbol femenino en España?
Estoy encantada y me lo veía venir. Yo estuve en el equipo de Detroit de la WNBA y todas las franquicias tienen allí su equipo femenino, aunque le cambian el apellido. Compartíamos el mismo estadio, los mismos vestuarios y la misma taquilla que los chicos. La conexión y la cohesión de los equipos masculinos y femeninos está en Estados Unidos desde hace mucho tiempo y ha llegado más tarde a España. El ciudadano está pidiendo el deporte femenino.
Estudió en el colegio Entreolivos. ¿Que es lo más importante que aprendió allí?
Allí surgió mi afición al baloncesto. La primera vez que cogí un balón fue allí. Siempre estaba corriendo y mi madre me apuntó a gimnasia rítmica pero me echaron a las dos semanas. Yo necesitaba un deporte más movido, dar patadas a un balón o tirar a canasta. Me apuntaron a atletismo porque corría mucho, pero me tiraba más el baloncesto y allí vieron mis cualidades. Me hicieron varias pruebas en baloncesto y me ficharon. Con 15 años me fui de Sevilla.
Y acabó en Detroit con la WNBA.
Ese equipo había sido el campeón el año anterior al que yo llegué. Quise vivir esa experiencia e intenté compatibilizarla con la selección española.
¿Qué le impresionó más allí?
La competitividad. El baloncesto era más físico que en España y menos táctico. Ahora tiene más peso la táctica y se está europeizando.
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