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ENTREVISTA

«La gente joven bebe mucho y bebe mal, pero la soledad es su mayor problema»

Francisco Herrera del Pueyo, presidente de Proyecto Hombre en Sevilla, advierte del cambio en los patrones de consumo de alcohol y en la incidencia de las nuevas tecnologías

Francisco Herrera del Pueyo Juan José Úbeda

Jesús Álvarez

A Francisco Herrera del Pueyo , que nació en Triana, lo bautizaron sus padres en la iglesia del Cachorro, de la que fue párroco durante casi veinte años. Este médico especializado en aparato digestivo logró que Soledad Becerril, entonces alcaldesa de Sevilla, le cediera un solar al lado de su parroquia para la sede de «Proyecto Hombre», donde trabajan varias decenas de profesionales de distintos ámbitos y más de ciento veinte voluntarios. Por sus aulas y talleres pasan a diario casi cuatrocientos chicos con problemas de drogas y otras adicciones.

¿El incremento del consumo de cocaína en Sevilla es preocupante?

Muy preocupante. La cocaína ha crecido mucho en Sevilla y en toda España. Cuando empieza la guerra de Afganistán, el gran proveedor de drogas de Europa, se dejan de introducir muchos opiáceos en Europa y las mafias de la droga vuelven con la cocaína. Ahora se está introduciendo de nuevo la heroína en Sevilla. Este fenómeno, que es general está produciendo mucha preocupación en Estados Unidos, incluso Donald Trump ha hablado de esto porque allí ha entrado a través de los opiáceos que que se recetan para el dolor. Se ha creado un mercado negro muy potente. En Europa está entrando menos porque aquí ese mercado está muy regulado.

El consumo del alcohol también está creciendo y provocando problemas de salud pública por el cambio en su forma de consumirlo.

La botellona empieza acada vez antes y el patrón de consumo no es el mediterráneo anglosajón. La gente joven bebe mucho y bebe mal. Es verdad que a nuestros padres los meterían ahora en la cárcel por cosas que hacían entonces con los niños como darles en Navidad un chupito de anís o de vino ; pero ahora el consumo es diferente porque muchos jóvenes no beben nada de lunes a viernes y el fin de semana procuran beber la mayor cantidad de alcohol en el menor tiempo posible. Hemos tenido en Proyecto Hombre a un chico que tuvo tres comas etílicos en el mismo verano.

¿Por qué cree que esto es cada vez más frecuente?

Porque no tienen la cultura de beber moderadamente. Se habla de que los jóvenes hacen botellona porque no tienen dinero para comprar copas en bares o discotecas, pero nosotros tampoco lo teníamos y no lo hacíamos. Nos tomábamos una copa o dos y nos aguantábamos. No era este consumo desaforado.

¿La tecnología influye en el cambio de patrones de algunas adicciones?

Influye en la soledad en que caen muchos jóvenes. El mayor problema que tratamos aquí es la soledad. Los chicos llegan aquí muy solos. L as tecnologías han creado paradójicamente esta soledad. Y tampoco tienen límites, no saben lo que está bien y lo que está mal. Son muy inseguros por esto. La sociedad les exige que sean triunfadores pero se han perdido figuras de referencia. Y no saben cómo conseguirlo. El mensaje que les lanza la sociedad es el de los tronistas y concursantes de Gran Hermano. Esto es frustrante para muchos.

¿El voluntariado puede ser una salida para esa soledad?

Cualquier actividad puede serlo. Estamos muy agradecidos a nuestros voluntarios. La mayoría son mayores pero también los tenemos jóvenes. Se comprometen menos porque tienen menos tiempo libre.

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