Sevilla
El georradar halla el primitivo palacio almohade bajo el Gótico del Alcázar
Descartan la existencia de una cripta medieval pero sí han aparecido otras tumbas superficiales dispersas en la capilla Real similares a la de la niña

Debajo de la capilla Real del Palacio Gótico del Alcázar de Sevilla no hay ninguna cripta medieval. El georradar ha descartado la teoría de los arqueólogos sobre la existencia de un recinto específicamente destinado a enterramientos, que se vio ... reforzada tras la aparición el año pasado de un sarcófago con los restos de una niña junto al altar mayor. Sin embargo, esta técnica no invasiva para detectar objetos en el subsuelo sí ha confirmado la existencia de restos de estructuras del primitivo palacio almohade sobre el que Alfonso X edificó el Gótico, no sólo en la sala de la capilla sino en el resto de estancias de esta zona del Alcázar. Además, también se han descubierto nuevas tumbas dispersas en capas superficiales similares al enterramiento de la niña en el recinto religioso.
Estos nuevos hallazgos suponen un cambio de rumbo en las investigaciones sobre esta zona del monumento sevillano, ya que hasta ahora sólo había una serie de indicios y suposiciones del equipo de arqueólogos, dirigidos por Miguel Ángel Tabales , que apostaban por la existencia de una cripta, algo muy habitual en este tipo de espacios religiosos. De hecho, el informe preliminar que se hizo público en julio del año pasado ofrecía como primera hipótesis que se encontraba junto a las galerías subterráneas del crucero y bajo un arco de medio punto. Es decir, que la diferencia de nivel existente entre el suelo del Palacio Gótico y los niveles almohades circundantes (oeste y sur) ubicados a varios metros por debajo, podría haber permitido la construcción de una cripta subterránea bajo dicha nave. Los arqueólogos pensaban que «no es lógico que se desaprovechara la oportunidad topográfica que ofrecía dicho desnivel, echando un relleno de al menos cuatro metros de espesor sobre una estructura construida necesariamente hasta los niveles inferiores. Y esto es aún más ilógico cuando la nave en su nivel actual se diseñó con una clara funcionalidad religiosa».
Por eso mismo, Tabales propuso la realización de un análisis con georradar que permitiera, por un lado, detectar la presencia de fosas de enterramiento casi en la superficie y, por otro, la confirmación de la existencia de un recinto funerario en el subsuelo. Una vez contrastados los resultados de este examen, se ha podido determinar que sí hay más enterramientos en los niveles inmediatamente inferiores al pavimento, no se sabe aún si removidos como estaba el de la niña del sarcófago o no, pero en cualquier caso similares. Y, también, que no hay ninguna cripta medieval construida, una posibilidad que no descartaban los arqueólogos, que se extrañaban de que «no existen referencias conocidas sobre dicha cripta y es extraño que algo tan importante haya podido ser borrado de la memoria del lugar» . Aunque, en este caso, «dado el historial de terremotos de la ciudad anteriores al siglo XVI, sobre todo el muy dañino de 1356, no debe descartarse que dicho espacio, de existir, fuese obstruido y desestimado en una época inmediatamente posterior a dicha fecha», explicaba el informe preliminar del pasado julio.
El palacio islámico
Lo que sí se han encontrado son elementos de interés como las evidencias que señalan que debajo de la capilla y otros lugares del recinto gótico hay restos de estructuras del antiguo palacio almohade. Según explica el que fuera director-conservador del Alcázar y aparejador José María Cabeza , el palacio que levantó Alfonso X en el siglo XIII se construyó sobre una estructura meridional que había en el de la época almohade. «El palacio islámico tenía dos crujías importantes : una septentrional , que es el actual Cuarto del Maestre -donde se encuentra la biblioteca, se reúne el consejo y donde se cuenta que murió el Rey San Fernando- otra meridional , que desaparece cuando Alfonso X decide hacer su palacio», detalla Cabeza. «En ambos extremos -añade- había un jardín rehundido, que es el actual patio del Crucero y, en el centro del mismo, se construyó una pasarela para conectar las dos salas, que es donde se encuentran los Baños de María de Padilla» . Este espacio, que sigue existiendo, no se ve desde arriba porque se cegó en el siglo XVIII.
La intención del monarca con su palacio medieval era transformar el Alcázar y pasar de unas zonas de contemplación residencial a una gótica más solemne y cortesana. Según el citado informe preliminar de los arqueólogos, «la operación supuso la destrucción de la galería almohade y del primer tramo de la arcada, lugar en el que se levantó la galería gótica subterránea. En esta nueva, en el sector central, se adecuaron dos escalerillas, hoy cegadas pero visibles, para comunicar los dos niveles».
De esta forma, las estructuras de lo que fue esta zona meridional del palacio islámico que derribó Alfonso X han aparecido en el georradar, cuyos resultados definitivos se conocerán en los próximos días cuando se celebre una reunión con todos los técnicos involucrados en el proceso.
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