GERENA
Un grupo inversor hará un hotel de súper lujo en la finca La Caprichosa en Gerena
Perteneció a Joanne Hearst, nieta del empresario americano que inspiró la película Ciudadano Kane
Su último dueño ha sido el propietario de una de las principales cadenas de casinos de México

Un nuevo proyecto hotelero constata que el atractivo del sector turístico en Sevilla no se limita solo al casco histórico de la ciudad, y existen otros enclaves en la provincia que también están en el foco de los inversores. Según fuentes consultadas por ABC , ... el grupo ARD Investments —liderado por el empresario Jaime Ardid— está negociando la adquisición de la finca La Caprichosa en Gerena , un cortijo cuyo diseño se atribuye al arquitecto Aníbal González, y que permitiría desarrollar un proyecto vinculado al turismo internacional de gran lujo. Esta edificación preside una finca de recreo con una superficie de más de 140 hectáreas, y tiene entre sus grandes atractivos que acoge una joven yeguada en unas modernas instalaciones hípicas. También cuenta con una plaza de toros.
La Caprichosa se construyó en 1929 de la mano de la familia sevillana Marañón (que también poseía otros inmuebles en la ciudad, como La Casa de la Moneda). La época en la que cortijo adquirió más notoriedad fue a partir de 1984, cuando fue comprada por la ciudadana estadounidense Joanne Hearst Castro , nieta de Willian Randolph Hearts (el magnate de los medios de comunicación que inspiró la película Ciudadano Kane).
Joanne Hearst remodeló a su gusto este edificio en las estribaciones de Sierra Morena, que tiene más de 3.000 metros cuadrados construidos y numerosos dormitorios y baños, naves, y diversas viviendas para el servicio. Hearst vivió en esta casa haciendo gala de una gran discreción, aunque su presencia era muy conocida en Gerena. Se convirtió, de hecho, en mecenas de algunas de las iniciativas de esta localidad, pagando su alumbrado navideño y premiando con 3.000 euros a la vivienda mejor adornada del pueblo (donde le apodaban de manera cariñosa como ‘Juanita’).

Tras su fallecimiento en 2011, la Caprichosa inició una nueva etapa de la mano del millonario mexicano Javier Rodríguez Borgio , dueño de una de las mayores cadena de casinos del país azteca denominada Big Bola, y que adquirió en 2013 esta propiedad por cuatro millones de euros. El empresario americano era un apasionado de los caballos y realizó una inversión muy relevante para modernizar todas las instalaciones del cortijo (como la reforma del jardín, la construcción de una piscina d e 500 metros cuadrados y una capilla). Para Javier Rodríguez Borgio la ‘joya de la corona’ era la yeguada , que inició a partir de ejemplares comprados a Luis Castel (propietario de Torreluna), y que le sirvió de base para crear nuevas yeguadas en distintos ranchos de México. En sus redes sociales difundió fotografías con sus caballos enla finca sevillana.
En 2018, apenas cinco años después de su adquisición, Rodríguez Borgio puso de nuevo el cortijo en venta. Si se cierra la operación, La Caprichosa iniciará una nueva etapa de la mano de un grupo inversor , y dejará de estar vinculada al disfrute de una familia para convertirse en un proyecto para turistas internacionales de alto poder adquisitivo. ¿Qué tipo de proyectos se pueden realizar en esta finca? La familia Ardid Martínez-Bordiú ha intensificado su actividad en la compraventa de activos hoteleros en los últimos años en el negocio hotelero. Una de sus más recientes operaciones ha sido el Palacio de Lavra y Las Pedrosas en Lisboa, dos edificios que se restaurarán para que puedan ser operados por la cadena Six Senses.
La Caprichosa encajaría bien en el concepto turístico de cadenas de lujo. Esta futura inversión no es el primer intento por liderar proyectos de alto lujo en torno a cortijos históricos de Andalucía. A lo largo de la historia reciente ha habido otros casos como el de Hacienda Benazuza, en Sanlúcar la Mayor, que tuvo como uno de sus principales atractivos que El Bulli —el restaurante de Ferrán Adriá— era el asesor de la restauración del hotel. Pese a que tuvo un inicio prometedor, pasó numerosas vicisitudes y llegó a estar en concurso en 2011.

Otra de las grandes apuestas por el turismo de lujo en un cortijo reformado fue el de La Boticaria, impulsado en Alcalá de Guadaira por José Antonio Saénz Sánchez , propietario del grupo Horus Magnum. Este establecimiento contaba con 37 habitaciones, piscinas cubiertas, un circuito de aguas termales, un helipuerto, un lago artificial y un moderno centro ecuestre. Sus planes iniciales también naufragaron y el establecimiento entró también en un concurso de acreedores que culminó en liquidación y subasta.
Una de las diferencias del proyecto en La Caprichosa con respecto a estos precedentes es que el grupo inversor que negocia la adquisición quiere que su gestión esté a cargo de una cadena internacional especializada en rentabilizar este tipo de activos singulares. La fórmula para rentabilizar un hotel de pequeñas dimensiones en el que el precio de la habitación tiene un coste elevado es encontrar una compañía que conozca cómo funcionan los circuitos del turismo de gran lujo. Estos hoteles no se limitan a comercializar habitaciones de hotel, sino que construyen experienicias completas en torno a las mismas.
Y no es la única operación que ha afectado a esta finca. El cortijo se denomina «La Caprichosa» porque Joanne Hearst Castro se antojó de este enclave en la falda de Sierra Morena que era ideal para la práctica de la hípica. La nieta de ‘Ciudadano Kane’ escindió una parte de la finca y edificó un cortijo de similares líneas arquitectónicas para regalársela a su hija y, en esta ocasión, lo denominó ‘La Consentida’, sobre una finca de diez hectáreas. El pasado año el diestro Roca Rey adquirió este retoño de La Caprichosa por algo más de un millón de euros.
Diestros, magnates de leyenda, millonarios americanos, matadores... la historia de estas 140 hectáreas entre Gerena y El Garrobo se ensanchará ahora con el turismo de lujo internacional.
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