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EL HOSPITAL DICE QUE YA LE LLAMARÁN

Un hombre con invalidez lleva 16 meses esperando cita del Virgen Macarena

Tuvo que recurrir a la sanidad privada y pagar de su bolsillo porque no soportaba el dolor

José Luis en el sofá de su casa mostrando la rodilla afectada ROCÍO RUZ

Amalia F. Lérida

José Luis Márquez Ocaña vive casi postrado por una dolencia que no se alivia por falta de recursos. Desde noviembre de 2017 está esperando una cita de la Unidad de Rodilla del hospital Virgen Macarena y tomando «Frenadol para calmar el dolor, que es lo que me han prescrito».

Hace años empezó a perder fuerza en la pierna izquierda como consecuencia de unas lesiones en la espalda que precisaron intervención quirúrgica.

«Me pusieron una placa con cuatro tornillos en la columna —relata— y después, al cabo del tiempo, empecé a notar que se me aflojaba la pierna izquierda y luego, más adelante, un dolor intensísimo en la rodilla».

Tras realizarse las pruebas pertinentes, el facultativo diagnosticó lesión del menisco y lo derivó a la unidad de Rodilla del Virgen Macarena.

La petición de esta consulta se realizó el 23 de noviembre de 2017 y aún no le han llamado a pesar de que el 9 de febrero de 2018 registró una reclamación en el hospital solicitando ser visto a la mayor brevedad posible dado el dolor que arrastraba.

La respuesta del centro sanitario llegó pronto, el 23 de febrero, pero poco o nada aportaba. «Desde este servicio de Atención a la Ciudadanía —decía la carta que le mandaron— hemos pedido a la unidad de Traumatología que intente en la medida de lo posible adelantar su cita, dadas las circunstancias».

La respuesta de la dirección del hospital a ABC tampoco ha aportado más luz a la demora. «Que esté tranquilo —dijeron— que va a recibir su cita porque ahora se están solventando los atrasos que hay».

Así las cosas, a finales del pasado año, José Luis Márquez Ocaña decidió recurrir a la sanidad privada para que le atendieran.

Aunque la paga que le ha quedado es de 1.700 euros por su jubilación e invalidez del 67 por ciento, tuvo que abonar de su bolsillo la consulta médica y la infiltración de rodilla que le hicieron «y de momento voy tirando, pues dice el médico que a unas personas les dura más y a otras menos».

La función de la infiltración es eliminar o reducir de una forma rápida la inflamación de la articulación inyectando directamente un medicamento en la zona afectada.

Con esto se consigue que llegue antes y en mayor cantidad. Normalmente en estos casos, además de realizar una infiltración, se suele aspirar ese líquido.

José Luis espera con impaciencia la cita del Macarena porque a sus 58 años tiene que valerse de muletas para sus quehaceres diarios, que distan mucho de los que fueron antes de jubilarse: conductor-repartidor en una empresa de reciclados de disolventes.

Sin embargo, cuando le llamen, tendrá que volver a esperar hasta 180 días si es que lo indicado en la unidad de Rodilla es que sea intervenido quirúrgicamente, ya que son los plazos que marca actualmente la normativa.

Es lo que le ha pasado a Ricardo Bernal , un hombre con 80 años y una misnuvalía que llevaba catorce meses esperando cita con esa unidad. Cuando lo denunció en ABC al día siguiente se la dieron para una semana después, y ya lo han visto.

Ahora le dicen que tiene que esperar hasta cinco o seis meses para que le operen.

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