El autor con más publicaciones en Scopus
Un ingeniero de Sevilla lidera la investigación mundial con drones
Aníbal Ollero ya diseña ornitópteros que se usarán también en logística para llevar paquetes

Para hablar de drones hay que hacerlo de Aníbal Ollero Baturone. Porque este ingeniero industrial, catedrático en la Escuela de Ingenieros de Sevilla, que sigue compatibilizando sus clases en la universidad con sus investigaciones de última generación, no es sólo una autoridad. Es simplemente el ... primero, el autor con mas publicaciones sobre drones a nivel mundial en Scopus , la conocida base de datos. Eso sin contar sus múltiples premios y reconocimientos en robótica.
Sus trabajos junto a un equipo de 80 miembros en un laboratorio escondido en la sevillana isla de la Cartuja se centran en una docena de proyectos del programa marco de investigación y desarrollo europeo y otros cuatro españoles de menor presupuesto, todos con vehículos aéreos o drones. « Somos líderes europeos en investigación en robótica aérea y vehículos aéreos no tripulados . Se sabe menos de lo que debería y quizás sea bueno divulgarlo», admite apostando por la instalación de más empresas en Sevilla. Para que esa tecnología se siga transfiriendo a empresas.
La última generación, una de las líneas de I+D en la que está volcado, es una nueva remesa de drones bioinspirados (inspirados en pájaros u ornitópteros). Esto es, drones que en lugar de propulsarse con rotores, baten las alas y planean como si fueran aves y que visualmente se asemejan a los pájaros. «Aprovechan mejor el viento y las corrientes de aire para ganar energía y son más seguros en el contacto de las personas», explica el ingeniero entusiasmado. Y pueden llevar pequeñas cargas como medicinas o muestras analíticas, por ejemplo pruebas del Covid. Su única limitación, de momento, es el peso, ya que los actuales sólo trasladan menos de un kilo. Pero la idea es que carguen más. Por otra parte, los multi-rotores transportarán decenas de kilos. E incluso personas.
«Los taxis aéreos también los veremos en Sevilla, no sólo en Nueva York», dice el ingeniero
«En el futuro servirán para la movilidad urbana», explica haciendo alusión a los futuros taxis aéreos. Es algo que requiere un desarrollo «algo más complejo» pero que no ve tan lejano. «Los taxis aéreos también los veremos en Sevilla, no sólo en Nueva York», vaticina asumiendo que el coste de ese taxi también será mayor . Y que el futuro está más cerca de lo que parece. Quizás en 2030 estén volando por la ciudad esos taxi-drones. Mientras eso llega, de sus investigaciones ya hay aplicaciones en logística e inspección y mantenimiento.
Actualmente los drones salidos del laboratorio sevillano se utilizan en inspección de infraestructuras civiles y en industria. Por ejemplo, para analizar el estado de una estructura, una tubería elevada o comprobar si hay grietas en un puente mediante inspección por contacto. Un uso que evita también los accidentes laborales ya que los trabajadores no tienen que realizar trabajos en altura y se evitan riesgos.
Precisamente la pasada semana hicieron pruebas en el centro de vuelos Atlas de FADA-CATEC en Villacarrillo (Jaén), donde un equipo de vehículos aéreos no tripulados de diferentes tipos realizando, fuera de la lista de vista, la inspección de líneas eléctricas de alta y media tensión de Endesa. Son los primeros experimentos de inspección coordinada de este tipo.
Aunque ahora la inspección y mantenimiento de infraestructuras han sido objeto de más aplicaciones, también trabajan para avanzar en aplicaciones para la logística y que, en un futuro, envíen paquetes más grandes. Hay empresas interesadas en la «logística de última milla» , que consiste en que el dron lleve el paquete hasta el usuario final. Algo que también se investiga: para ver cómo podrá llegar hasta la puerta de casa o si funcionará con puntos de distribución. También cómo hacer que sean seguros y se integren en el espacio aéreo. Y se piensa ya en regular el tráfico.
Ollero está convencido de que esos drones generarán mucho empleo. Hay estudios europeos que hablan de que en los próximos diez o quince años se van a generar 100.000 puestos de trabajo relacionados con estos vehículos aéreos . Y que en 2050 se generarán 400.000 puestos de trabajo o que sólo en inspección de infraestructuras se aplicarán 100.000 drones en 2035.
Por eso uno de los objetivos fundamentales de sus investigaciones es conseguir tecnologías que les permitan volar más tiempo utilizando el viento y las corrientes de aire. Y que les permitan posarse automáticamente. E incluso ya tienen algunos que, una vez posados, utilizan garras para mantener el equilibrio .
En esas investigaciones le avala la experiencia de más de veinte años. El primer proyecto europeo que dirigió sobre el tema se remonta a 2002. «Antes eran helicópteros, más pesados y más peligrosos», explica el ingeniero que incluso participó en algún proyecto para detectar el mal uso de estos aparatos. Pero lo que tiene claro es la necesidad de más fondos. Porque a veces compiten en Europa con otros países con mayor financiación. Pese a todo, les va muy bien y las empresas a las que transfieren sus investigaciones repiten y vuelven a contratarles. Y ya tienen cantera para sus proyectos. En su laboratorio trabajan jóvenes investigadores de la ciudad pero también de España y Europa. Sevilla atrae gente de fuera por sus drones. Sólo falta que se invierta un poco más.
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