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MOVILIDAD

Jesús, el taxista sevillano del Maserati de los 130.000 euros

Desde hace cuatro meses circula por las calles de Sevilla un taxi que no deja indiferente a nadie: le llaman el «taxirati»

Sale ardiendo en Sevilla Este el taxi Maserati

El taxista sevillano Jesús Lobo junto con su Maserati frente a la Giralda JUAN FLORES

MARTÍN LAÍNEZ

Montarse en Sevilla en un coche deportivo de lujo como un Maserati Ghibli de 275 caballos de potencia y 3.000 V6 diésel, aunque sea tan sólo para acomodarse en sus asientos de piel diseñados por Ermenegildo Zegna durante pocos kilómetros está al alcance de cualquier bolsillo: 3,6 euros. Es el precio de la carrera mínima que hay que pagar si se coge uno de los 2.037 taxis existentes en Sevilla, ya sea un Picasso o un Maserati. Porque, aunque no lo crean, hay un taxi de esta centenaria marca italiana que circula por las calles sevillanas desde hace cuatro meses.

Jesús Lobo es un sevillano de 33 años que lleva como taxista en Sevilla una década, aunque no siempre ha tenido la oportunidad de conducir un taxi de estas características, y menos aún de su propiedad.

De hecho, empezó su carrera como taxista a bordo de un Citroën Picasso . «Hace once años y tras quedarme en paro, un vecino mío me dijo que si quería compartir su taxi porque pronto se iba a jubilar, así que acepté sin pensármelo. Primero lo conducíamos entre los dos y hace cuatro años le compré la licencia, aunque para ello tuve que ir ahorrando y pedir un préstamo para pagar los 78.700 euros que cuesta», recuerda Jesús sobre sus inicios como taxista.

Hasta aquí todo normal. Una persona que antes de ser taxista trabajaba en una clínica privada pequeña y que vio cómo esta echaba el cerrojazo dejándole en la calle. Entonces se reinventa y entra a formar parte de la familia del taxi hasta que decide que su vida laboral debe dar un paso más.

De pasar de conducir un Picasso a hacerlo al volante de un Maserati propio, por el que paga 130.000 euros , aunque —aclara— «lo estoy pagando poco a poco como si fuera la hipoteca de una casa. Al no tener ni cargas familiares ni pagar la hipoteca de la casa, pedí un préstamo al banco».

Lo compró en Marbella

Asegura que sus padres le prestaron «algo de dinero» para comprar este coche, algo que hizo en un concesionario de Marbella , que lleva abierto muchos años —en Sevilla hay otro concesionario que vende esta marca italiana— «aunque cuando les dije que lo quería para que fuera un taxi no se lo creían al principio».

A parte de realizar sus servicios estipulados por la Asociación del Taxi, «especialmente en la zona del Centro», Jesús invierte su tiempo libre en poner su Maserati a disposición de empresas de primer nivel de Sevilla para clientes especiales. Es la forma de amortizar la inversión, muchas horas al volante: «Incluso, manejo algunas ofertas para poner publicidad en las puertas del coche».

Asegura que sus compañeros no sienten envidia cuando coincide con ellos en alguna parada, «incluso me han reconocido en algunas provincias como Granada, Málaga, Madrid. Un día recibí un whatsapp de un compañero de Brasil para decirme que le gustaba mucho el coche porque me había visto por internet».

Acerca del consumo de un coche de tal cilindrada, Jesús confirma que en ciudad gasta unos quince litros a los cien kilómetros, si bien por autopista el consumo desciende hasta los ocho. Otro gasto que debe asumir, como cualquier propietario de un coche, es el seguro del vehículo.

Sin querer citar la empresa aseguradora con la que ha firmado el seguro, este taxista sevillano comenta que este primer año el todorriesgo le ha salido «entre 4.000 y 8.000 euros », así evita decir la cantidad precisa, si bien fuentes consultadas por este periódico a una correduría de seguros, el precio podría rondar los seis mil euros.

Para evitar disgustos, el Maserati duerme en su garaje , donde lo hace también su Mustang, aunque para sustos, el que tuvo hace unas semanas en Torneo. «Un pivote andaba suelto por la calle y este le hizo al coche un ligero roce en una llanta y en el paragolpes», algo por lo que ha reclamado al Ayuntamiento esta incidencia.

Tal es su pasión por Maserati que cuando tenía 18 años intentó comprarse un deportivo de esta marca, incluso recuerda que fue con su padre hasta Jerez de la Frontera para ver uno en concreto y cumplir su sueño . Pero no fue posible entonces. Ahora, a los 33 años ya puede decir bien alto que posee uno. Y se lo ha comunicado a la propia marca italiana. Le mandó hace poco un mail para decirle que su sueño se había cumplido por fin y la respuesta de Maserati no se hizo esperar. Los italianos le han invitado este verano a conocer sus instalaciones.

Negocios con un jeque

Cuenta Jesús Lobo que de entre todos sus clientes, destaca a uno por una curiosa anécdota que tuvo y que se atreve a contar ahora con el paso del tiempo. Recogió a un jeque árabe para un servicio y casi acaba haciendo negocios con él. El jeque quedó impresionado con el Maserati pero más aún cuando le comentó el taxista que en su garaje tenía otra joya, su segundo coche.

Se trata de un Mustang GT 500 del año 1967, por el que el jeque árabe le dijo que le pusiera precio porque se lo quería llevar a su país . Para ello, Jesús previamente tuvo que ir hasta su propio domicilio de la Macarena para enseñárselo. «Ni por un cheque en blanco se lo vendo», le comentó el taxista sevillano al árabe. «Me dijo que él se dedicaba a coleccionar coches de lujo y que tenía varios Porsche, Ferrari, Jaguar e incluso cuatro Maserati ».

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