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El joven de la muleta del derbi del 2002 fue quien murió el domingo en la playa de Cádiz

La imagen de Bayron Castro, con 17 años, agrediendo al vigilante en el Ramón Sánchez Pizjuán, dio la vuelta al mundo

El joven de la muleta del derbi del 2002 fue quien murió el domingo en la playa de Cádiz

El joven sevillano fallecido la madrugada del pasado sábado en la playa de Cádiz, Bayron Castro, fue quien agredió en 2002 a un vigilante en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán durante el transcurso del derbi Sevilla-Betis, una imagen que dio la vuelta al mundo y que salió en todos los telediarios españoles y en los de otros muchos países. Corría el 6 de octubre de 2002 cuando este joven agredió, junto a otras tres personas, a un guarda de seguridad en el estadio sevillista. Los hechos, ampliamente difundidos, le supusieron al entonces menor de 17 años, una condena impuesta por el Juzgado de Menores por la cual fue internado en un centro de régimen cerrado por un periodo de ocho meses. Además, según indicaron ayer a ABC fuentes policiales, posteriormente a este suceso intervino en otros de los que constan antecedentes en los registros de las fuerzas de seguridad. Las otras tres personas que participaron en la agresión, delante de las cámaras de televisión y que pudieron verse ent oda España, fueron condenadas en 2004 a dos años de cárcel cada uno y una multa de 540 euros, además de una indemnización para el agredido de 6.000 euros. La Audiencia de Sevilla confirmó dicha sentencia en todos sus extremos y reprochaba en su resolución a los tres condenados su «violenta agresión conjunta, tan cobarde como gratuita».

El vigilante agredido, Antonio Orrego, mientras se recuperaba de sus heridas, se lamentaba a los medios de comunicación de «que un chaval de menos de 18 años pueda hacer esto, me parece increíble: yo me podía haber quedado allí». El día del partido Orrego fue encomendado a «disuadir» a algunos jóvenes que se llevaban algunos balones de entrenamiento que tenía el entonces portero del Betis, Prats. Así, explicó, «empezaron a escupirme y yo sólo les dije que por favor pararan. De pronto se abalanzaron sobre mí varios individuos que comenzaron a golpearme. Eran muchos chavales... A partir de ahí no puedo contar más». Uno de los jóvenes era Bayron Castro, que el domingo perdía la vida tras clavarse una navaja durante la celebración de las clásicas «barbacoas» del Carranza.

Ahora nadie entiende en Los Pajaritos, donde vivía Bayron, qué sucedió para que muriera de una forma tan incomprensible en las playas de Cádiz. La versión que circula por las calles del barrio, en el que «todo el mundo lo conocía», coincide con la investigación policial y con el testimonio prestado por las personas que le acompañaban cuando sucedieron los hechos en la playa, hacia las 3 de la madrugada. Bayron sufrió la herida mortal de una navaja o algún objeto similar, que presuntamente se clavó él mismo mientras conversaba con un amigo íntimo.

En una panadería cercana a la calle Gaviota, donde residía junto a su compañera sentimental y sus dos hijas, una de 4 años y la otra de menos de uno, confirmaban esta teoría. Una amiga de la familia aseguró ayer a ABC que se dirigió a dicho amigo diciéndole: «yo te quiero a ti como a un hermano, lo que te pase a ti, que me pase a mí», para manifestarle su apego y su cariño, tras lo cual se clavó el objeto punzante con el que se causó la grave lesión que le causó la muerte poco tiempo después. Según los testigos y los amigos del barrio, el joven trató de restarle importancia a la herida sufrida, e incluso estuvo caminando varios metros, pero unos minutos después, comenzó a sangrar, lo que ocasionó que perdiera el conocimiento. Después de esto, los servicios de emergencias del 112 que se encontraban en la zona para asistir a las más de 70.000 personas que acudieron al evento, se personaron en el sitio donde se había desvanecido el joven. A las cuatro menos veinte de la madrugada se recibió la llamada.

Una vez en el lugar, los trabajadores del servicio sanitario lo encontraron en parada cardiorespiratoria y sin pulso por hemoneumotórax y procedieron a su reanimación. El joven ingresó aún con vida en el Hospital Puerta del Mar, pero su situación fue degradándose a lo largo del domingo hasta fallecer a principios de la tarde.

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