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Una joya de 2.000 años rescatada por la Policía en Sevilla

Recuperan un documento jurídico en bronce de la época de Tiberio comprando en un anticuario de Sevilla y que iba a ser subastado ilegalmente

Fragmento de la placa epigráfica que ha sido rescatada por la Policía Nacional ABC

Andrés González-Barba

Agentes de la Policía Nacional han evitado que se subaste de forma ilegal en Madrid un documento jurídico único en su género, ya que se trata de una pieza de bronce que tiene más de 2.000 años de antigüedad y que pertenece a la época de Tiberio . La placa fue rastreada a través de internet hace un año y las alarmas saltaron cuando la Policía se dio cuenta de la importancia del hallazgo.

El origen de la placa hay que situarlo en una tienda de antigüedades de Sevilla , donde los responsables de la subasta lo adquirieron. Se da la circunstancia de que el dueño de dicho establecimiento carecía de la documentación de rigor que avalara su procedencia legal.

Por otra parte, las pesquisas realizadas también constataron que la pieza de bronce no había sido incluida en el inventario de bienes arqueológicos que establece la Ley de Patrimonio Histórico . La rápida intervención de los agentes evitó que esta joya arqueológica se pudiera subastar de forma ilegal. Además, si la puja se hubiera llevado a efecto este documento jurídico, que tiene un valor incalculable, podría haber sido adquirido por un comprador internacional, lo que hubiera propiciado la salida de España, a la vez que se hubise difucultado aún más su recuperación posterior..

Intervención cautelar

Tras la investigación que se ha llevado a cabo, la autoridad judicial acordó la intervención cautelar de la placa de bronce y solicitó la colaboración de la Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura , para la designación de técnicos que a partir de ahora llevarán a cabo los estudios oportunos de la placa. De ese modo, se pretende que se le dé el uso más adecuado.

Esta placa de bronce es un documento romano inmediatamente posterior a la muerte de Octavio Augusto, justo en la época en la que estaba gobernando el emperador Tiberio. El documento hallado tiene un carácter jurídico, ya que se trata de un decreto imperial que regulaba los privilegios y la financiación de los soldados y los veteranos.

Se trata de un fragmento de placa epigráfica en la que se puede observar dos tipografías distintas, una primera con letras que presentan un mayor cuerpo y otra segunda —más abundante— con letras en un cuerpo inferior.

Asimismo, la placa presenta unas grietas en su parte superior y en la zona central. Cuando la pieza se deposite en el Ministerio de Cultura será estudiada a fondo por los técnicos, que determinarán que actuaciones deberán efectuarse para que esta joya arqueológica sea reparada en un breve plazo de tiempo.

La placa que ha rescatado la Policía Nacional evidencia los grandes privilegios que tenían los militares romanos en aquella época. No en vano, el origen de la colonia de Itálica hay asociarlo a dicha condición, pues Escipión el Africano otorgó unas tierras a militares retirados tras vencer en la batalla de Ilipa .

Algunas prerrogativas

Dentro del Derecho romano, hay que tener en cuenta que los militares contaban con una serie de prerrogativas en lo concerniente a sus privilegios. En ese sentido, los soldados podían invocar el error de Derecho y usar medios de defensa que hubiese obviado por desconocimiento del derecho. También estaba el domicilio , es decir, que se consideraba domicilio militar cualquier lugar que habitara sin necesidad de que tuviera un carácter permanente. Igualmente se añade el derecho de ausencia por causa de la República. A esto había que añadir la representación (el Derecho romano clásico no admitía la representación propia) y el que los soldados no estuvieran obligados a pagar deudas ultra vires, esto es, las deudas y cargas que se adquirían por herencia.

Otro privilegio importante era el que se le otorgaba a los legionarios , cuerpo integrado por soldados que provenían de cualquier parte del imperio, por lo que era normal que se le concediera la ciudadanía romana a peregrinos o latinos que habían puesto su vida en juego por Roma.

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