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Tribunales

Se jubila «Pepín», el escolta de las personalidades en Sevilla

Habla José López Domínguez, el Policía que escoltó a la juez Alaya: «Era muy reservada», dice el hombre que ha protegido al Papa, Fidel Castro, Rainiero o Diana de Gales

José López Domínguez, rodeado de fotos de personalidades que ha escoltado Juan José Úbeda

Mercedes Benítez

Se llama José López Domínguez y era miembro del Cuerpo Nacional de Policía hasta que el pasado lunes entregó la placa al cumplir los 65 años. Ha servido en el País Vasco, en Logroño y en Sevilla y trabajado en unidades antiterroristas, e n la primera compañía antidisturbios de España o en el famoso Grupo 7 que luchaba contra la droga y los atracos en los barrios más desfavorecidos de Sevilla, entre otros destinos. Pero es conocido por una de sus últimas tareas. Fue escolta de la juez Mercedes Alaya y se convirtió en su sombra durante casi cinco años. Pero López Domínguez no sólo ha escoltado a Alaya. Estuvo con Soledad Becerril o con Juan José López Garzón . Y realizó numerosas tareas de protección a visitantes ilustres en Sevilla.

A Juan Pablo II lo custodió en Sevilla y en El Rocío y éste le regaló un rosario, mientras que FidelCastro le entregó un puro que aún guarda. De la familia real española ha estado con casi todos. A la infanta Elena la acompañaba a Pineda a montar a caballo y a Cristina también la escoltó alguna vez. Ya la madre de don Juan Carlos, doña María de las Mercedes, también la acompañó en ocasiones.

En los últimos tiempos, hasta que el Gobierno retiró la protección a la juez de los ERE, «Pepín», como se conoce a este veterano agente, era la sombra de Alaya. La llevaba al juzgado y la recogía después. Fueron cinco años de protección a la juez más famosa de España desde que el Gobierno decidiera poner escolta a la instructora tras un escrache en los juzgados. Durante todo ese tiempo ha pasado largas jornadas protegiendo a la juez.

«Pepín voy a salir tarde del juzgado»

Como buen escolta es discreto. Admite que Alaya era «muy reservada» y muy «tímida» y nunca le hablaba del macrosumario. Sin embargo, según reconoce, le daba alguna «pista» porque la advertía cuando la jornada se iba a alargar. «Pepín, hoy voy a salir tarde del juzgado», le avisaba.

El escolta define a la que fuera su jefa como «una gran juez y una gran señora» con la que todo el mundo quería fotografiarse. Fue testigo de cómo la paraban por la calle para saludarla. «Le daban la enhorabuena y le decían que la querían mucho» , explica. Ycuenta que una vez una señora la paró por la calle y le dijo: «mi marido tiene una foto suya en la mesilla de noche». La juez le dio las gracias y dejó que la mujer la fotografiara y besara.

«No era mucho de hablar», dice «Pepín» cuando se le pregunta por los temas de conversación con la juez durante los trayectos que compartían. Pero no sólo la llevaba a los tribunales. También la escoltaba cuando salía a cenar o a cualquier otra actividad. Eincluso cuando Alaya iba de compras, se le acercaba gente a pedirle un selfie . De hecho, casi todos los recuerdos que tiene de su tiempo como escolta de la juez son buenos momentos. Quitando «algún majareta» que la insultó alguna vez, casi siempre recibía elogios, según el policía.

Con Felipe de Bélgica también tiene anécdotas para contar. El hoy rey de los belgas estuvo en una finca en la provincia de Sevilla cuando aún era príncipe para acudir a un tentadero. En un momento dado una vaquilla se soltó y se fue derecha para embestir al príncipe. «Lo sacamos en volandas y lo subimos encima de un LandRover» , relata. Luego tuvo que «jugársela»porque la vaquilla iba directa a por él.

Diana y Rainiero

En otra ocasión que protegía a la fallecida reina Fabiola tuvo que llamar a los servicios sanitarios. «La reina salió, me dijo que tenía fiebre y me pidió una pastilla», rememora. Tiene anécdotas para escribir un libro porque, durante la Expo 92, también protegió a Diana de Gales, la reina de Holanda, Rainiero de Mónaco, Naruhito, Ricardo Portabales . A los expresidentes González, Aznar o Zapatero o a Alfonso Guerra cuando viajaban a Sevilla.

Ahora cuelga la placa pero no se quedará en casa. Tras graduarse como perito calígrafo (Alaya fue a su graduación) ejercerá como tal. Y seguirá en la escuela de pilotos privada . Vale más por lo que calla que por lo que cuenta. Aún así seguirá con sus secretos bien guardados. Como el álbum que tiene repleto de fotos con personalidades de todo tipo.

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