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El día que Lady Di lloró en Sevilla

La malograda princesa, recibida por el público al grito de «guapa», derramó lágrimas camino de la Expo 92

La foto de los príncipes de Gale sne la Expo 92 de Sevilla EFE

MERCEDES BENÍTEZ

Han pasado veinte años de su muerte y algo más de veinticinco de su visita a Sevilla. Porque Lady Di también estuvo en la capital andaluza cuando aún no se había convertido en la princesa del pueblo, el apodo con el que fue bautizada tras su salida de Buckingham Palace. Corría el año 1992 (el mismo que luego se convertiría en annus horribilis para la familia real británica) y los príncipes de Gales aceptaron la invitación de España y acudieron a la Expo 92 .

Fue en el mes de mayo cuando Carlos y Diana pusieron sus reales pies en Sevilla para presidir los actos del día nacional del Reino Unido en la Exposición Universal en una visita relámpago de apenas dos días (21 y 22 de mayo) que bastaron a la princesa para causar sensación. El público, que se agolpó para poder verla de cerca en la isla de la Cartuja, la llamó «guapa» y la aplaudió con fervor. Y, una vez más, eclipsó al heredero del trono del que, según cuentan las crónicas de la época, el respetable se fijó, sobre todo, en el tamaño de sus orejas.

Diana pudo tomar el sol en la terraza del Alfonso XIII a salvo de fotógrafos y sin que nadie la molestara

Diana, convertida por aquellas fechas en icono de la moda y en el blanco de todas las cámaras, se saltó el protocolo y apareció en los actos oficiales en Sevilla sin medias , luciendo una piel bronceada después de haber pasado por Egipto y por la terraza del hotel Alfonso XIII, en cuyas habitaciones se hospedó. De hecho, cuentan que la princesa, seguramente cansada de las brumas inglesas, quiso tomar el sol en los jardines del lujoso hotel. Y, para que pudiera hacerlo con tranquilidad, el establecimiento decidió dejarle la terraza para ella sola cerrándola al resto del público.

El vestido estampado en tonos azules azules, fucsia y amarillo que eligió para acudir a la Cartuja realzaba su silueta. Claro que el que de verdad le sentaba como un guante fue el escotado traje negro rematado con flecos con el que aterrizó en el aeropuerto de San Pablo y que lució en la catedral de Sevilla durante el concierto de la Royal Liverpool Philarmonic Orchestra . Una velada musical en la que estuvo acompañada de las autoridades de la época, entre ellas, el entonces alcalde, Alejandro Rojas-Marcos, y el presidente de la Junta, Manuel Chaves, y su esposa.

Pero, sin duda, lo más destacado de aquel viaje fue que la crisis entre la pareja (cuya separación sería anunciada unos meses después) se hizo patente en aquellas jornadas. Los tabloides británicos especulaban por aquellas fechas con las desavenencias conyugales del matrimonio más famoso del planeta, pero todavía no había saltado ninguna noticia oficial al respecto. Diana, que tuvo tiempo para interesarse por las causas humanitarias y hacer una visita en solitario al pabellón de la Cruz Roja, se mostró indiferente mientras el príncipe pronunciaba su discurso. E incluso en algunos momentos miraba para otro lado. Se le notaba aburrida. Como si no le interesara lo que decía su aún esposo, el heredero de la corona británica.

La princesa enjugó sus lágrimas con un pañuelo que le prestaron y que devolvió al día siguiente lavado y planchado

El recorrido por Sevilla no fue uno más. Fue el periplo en el que los fotógrafos pudieron captar aquella imagen que daría la vuelta al mundo del matrimonio real, sentado a menos de un metro, mirando cada uno para un lado . Eran el vivo retrato del distanciamiento que sólo unos meses después sería oficial.

Sin embargo, pocos pudieron darse cuenta de otra anécdota del viaje. Lady Di se echó a llorar en Sevilla . En un momento de la jornada, la princesa no pudo más y dio rienda suelta a su pena durante uno de los traslados, por lo que la entonces directora de Días Nacionales en la Expo le ofreció discretamente el pañuelo que llevaba en el bolso para que se limpiase las lágrimas. Pese a su tristeza, la princesa demostró su exquisita educación: al día siguiente se lo devolvió lavado y planchado. Sólo unos meses después de aquella visita a Sevilla, se haría oficial la separación de los príncipes de Gales.

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