La Madeja: Lo que diga la superioridad
Aquí estamos todos impacientes por saber si Pedro Sánchez le sube o le baja el pulgar a la línea 3 del metro
Sevilla está como la famosa chirigota del Selu que en el estribillo de los cuplés cantaba «y yo voy a hacer, y yo voy a hacer lo que diga mi mujer». La capital andaluza va a hacer lo que diga la superioridad, Pedro Sánchez, que ... en su cesarismo innato nos tiene pendientes de su decisión con la línea 3 del metro . La Junta de Andalucía ya ha cumplido su parte en la reactivación de esa obra, que consistía en actualizar los proyectos de ejecución, apolillados tras tantos años en el cajón del anterior gobierno autonómico, y licitar las obras. Pero la parte fundamental, que es la guita, corresponde al Gobierno de España. Según la ley franquista aún vigente, el Estado tiene la obligación de sufragar todas las infraestructuras del metro que se acometan en Sevilla. La línea 3 discurre íntegramente por el término municipal de la capital. Conclusión: Fomento tiene que apoquinar los mil millones que cuesta este proyecto crucial para el desarrollo de la ciudad. ¿Cuál es el problema? Sencillo: Pedro Sánchez tiene firmado un pacto con catalanes y vascos que le permite mantenerse en el poder a cambio de regar sus territorios de infraestructuras. Y en este punto es donde entra en funcionamiento la ley de la manta: lo que le tiene que dar a ellos, nos lo quita a nosotros.
Hay dinero, se ha actualizado el proyecto y existe mucha demanda, pero la política va por otro carril
El Estado dispone de fondos suficientes para abonar la línea completa, la Junta ya ha terminado su trabajo y Sevilla padece un déficit de infraestructuras de décadas. De hecho, es la única ciudad de su tamaño que no tiene red de metro en toda Europa . Además, la línea 1 del metro es la que más ha crecido en usuarios del país, lo que demuestra la alta demanda que existe aquí. Según estos detalles, la operación es facilísima. Pero... en política lo de menos es lo que nos hace falta a los ciudadanos , lo más importante es lo que necesitan los políticos. Y ahora hay que resolver si el PSOE de Juan Espadas puede permitirse que la Junta del PP saque adelante un proyecto tan crucial, aunque también necesita dilucidar si el PSOE de Antonio Muñoz podrá resistir en el Ayuntamiento si el Gobierno de Sánchez le vuelve a dar la espalda a Sevilla. El rompecabezas es interesante. Y patético. Las dos cosas. Porque no deja de conceder un halo caudillista al presidente del Gobierno , de cuya arbitrariedad depende el progreso de la capital andaluza. A Sánchez le importa un pimiento la igualdad territorial, el trabajo de la administración autonómica y las carencias de la ciudad. Él no decide siguiendo los protocolos naturales del interés general, sino sus compromisos para guardar el sillón. Y aquí estamos los sevillanos esperando que el emperador nos muestre la dirección de su pulgar.
El alcalde ha anunciado que la ministra Raquel Sánchez vendrá a Sevilla el 26 de enero a darnos la respuesta. Hay ya voces que por lo bajini aseguran que va a anunciar que financiará la línea 3 y se acabará la polémica. Pero esta tensión entre administraciones para ver quién se pone la medalla es un espanto porque vamos a hacer, agachemos la cabeza, lo que diga el presidente. Como cantaban los Chanclas, señor 'Sanche Sanche' se llamaba él.
Lo que pasó...
Las plusvalías. El nuevo modelo de impuesto de plusvalías que promueve el Ayuntamiento para eximir a las casas del Centro tiene su miga. ¿Ayuda al patrimonio o beneficia al propietario?
El modelo de Sanz. José Luis Sanz ha empezado a pisar el acelerador para llegar al Ayuntamiento. El candidato del PP ha presentado una campaña para denunciar la falta de eficacia municipal. Queda mucho, pero va fuerte.
Lo que pasará...
La Palmera. La denuncia de los vecinos para que se frene la última residencia de estudiantes en La Palmera tendrá consecuencias. Hay preocupación en el Ayuntamiento.
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