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Semana Santa de Sevilla

Manuel Garrido, escritor: «El Papa antes de venir a Sevilla conocía por el padre Estudillo las sevillanas del adiós»

Manuel Garrido, escritor, poeta, guionista radiofónico y letrista de sevillanas. DÍAZ JAPÓN

Junto con su compañero y amigo Manuel García escribió unas sevillanas que jamás imaginó que llegaran tan lejos y tan alto, al mismísimo cielo de la plaza vaticana de San Pedro. Sonó allí para despedir a un pontífice que siempre que vino a España la escuchó como la muestra más alegre de la amistad.

-¿Y me dice usted que no escuchó a Ayarra...?

-Así es. Despiste. Puro despiste. Me lo habían dicho, estuve pendiente, pero se me olvidó.

-Pero perderse algo así es como no ver a tu hijo jurar la presidencia de gobierno por un problema de tráfico...

-La verdad es que podría considerarse así. Una letra es como un hijo tuyo.

- ¿Lo ha podido ver y oir ya?

-Aún no. Espero encontrarme con alguien que lo tenga grabado.

-¿Imaginó alguna vez que su Adiós llegara tan lejos y tan alto?

-Nunca. Hasta el extremo de que en aquel disco del 75 de los Amigos de Gines, el adiós iba en tercer lugar y no abriendo el vinilo.

-Pero el caso es que el Adiós se convirtió en el abrazo musical con el que Sevilla y España han saludado siempre al Papa...

-Así es. Pero le diré que el Papa, antes de venir a Sevilla, ya conocía las sevillanas. Me lo contó Pérez Estudillo. Un grupo de sacerdotes sevillanos fueron a visitarlo a Roma y al final de la visita se la cantaron y el Papa, con la tercera, ya repetía el estribillo.

-Eso fue en Roma ¿Y en Sevilla?

-En Sevilla, en su primera visita, el periodista López Murcia me llamó para que autorizase que el Adiós sonara, en los tiempos muertos, como cama musical de los actos que se celebraron en Los Remedios. Y claro que lo autoricé.

-¿El Adiós le dio más dinero que fama y reconocimiento?

-Me da la mitad del dinero que me debería dar. Tengo cedidos la mitad de los derechos a la casa discográfica. Nunca pensé que fuera un pelotazo.

-¿Es confesable quién le inspiró un adiós tan sentido?

-Perfectamente. Nace de una situación en el Rocio, hace muchos años, con un inglés que estaba solo. Tenía que regresar para trabajar en Sevilla y cuando se fue lo despedí así: algo se muere en alma cuando un amigo se va...

-¿Por qué tan buenos y grandes escritores de coplas y sevillanas están considerados poetas menores?

-Y a mí me parece perfecto. El poeta popular tiene que cantar las cosas del pueblo que el pueblo no puede cantar. A los grandes poetas no los entienden casi nadie.

-Usted le ha escrito a la Sevilla de la Feria y de la Semana Santa. ¿Nunca sonó para pregonero?

-Más de una vez. Pero le diré una cosa: yo haría un pregón que no le gustaría a nadie. No hablaría de hermandades. Escribiría solo de Sevilla.

-¿Reconoce alguna composición suya mejor que el Adiós pero con peor suerte?

-Para mi son todas iguales. Y las que no me parecen buenas las rompo.

-¿Y rompe mucho?

-Nunca, porque las enmiendo.

-Si tuviera que salvar tres letras de sevillanas inmejorables ¿quiénes serían sus autores?

-Aurelio Verde, Paulino González y Juan de Dios Pareja Obregón. Pero no me olvido de Manuel Melado.

-¿Y usted qué se considera: letrista, juglar, poeta?

-Poeta entre comillas. Quiero decir: poeta modesto. La palabra poeta es inmensa, grandiosa y yo no soy así.

-¿Y a usted le deben algo las sevillanas?

-Tanto como deber...Pero si mantengo que cuando en los sesenta estuvieron a punto de desaparecer luché para rescatarlas del olvido frente a la invasión foránea de otros ritmos. Y esa medalla es mía.

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