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Diez años sin Marta del Castillo

Marta del Castillo: un misterio aún sin resolver una década después

La familia reclama la revisión de un caso sin cuerpo del delito y con cabos sueltos: desde quiénes se deshicieron del cadáver a la hora en qué finalmente lo hicieron

El juez reabre el caso de Marta del Castillo y ordena investigar los documentos aportados por los padres

Marta del Castillo FOTO: ABC/VÍDEO: ANTONIO PERIAÑEZ

Mercedes Benítez

Parece que fue ayer pero han pasado diez años. Dos lustros desde que el 24 de enero de 2009 Marta del Castillo saliera de su casa para no regresar jamás. La joven, una niña de 17 años que vivía en la calle Argantonio de Sevilla (en la barriada de Tartessos) y estudiaba en un colegio concertado, tenía que volver a las once de la noche. No lo hizo y diez años después, pese a que existen dos sentencias firmes y el asesino cumple su condena en una cárcel lejos de Sevilla, los padres siguen sin poder enterrar a su hija.

Porque el cuerpo de Marta, asesinada de un golpe en la cabeza con un cenicero según la sentencia, y posteriormente llevada a un lugar desconocido por Miguel Carcaño en compañía de sus supuestos cómplices, sigue sin aparecer. Diez años después, no ha habido entierro, el proceso natural y que, según los psicólogos, es necesario para comenzar el duelo y la recuperación tras la pérdida de un familiar.

Desde entonces sus padres, Antonio del Castillo y Eva Casanueva han vivido «un infierno» que incluye dos juicios, dos revisiones de sentencia, varias búsquedas infructuosas del cuerpo, manifestaciones, entrevistas, programas de televisión, visitas a La Moncloa, a la cárcel a ver al asesino, peticiones de firmas y un sinfín de iniciativas que no han logrado mitigar su dolor pero han conseguido que el Caso Marta del Castillo no se haya olvidado y aún hoy sea noticia.

En wikipedia

Sólo hay que teclear su nombre en Google para que aparezcan más de treinta y cinco millones de referencias. El suceso y el relato de los hechos aparece en wikipedia y todos los medios de comunicación nacionales, incluidas televisiones en franjas de máxima audiencia, realizan cíclicamente programas especiales recordando todos los detalles y buscando nuevas pistas o nuevos testigos sobre el paradero del cuerpo.Esta semana se han emitido varios de esos programas en cadenas nacionales.

Entre esos millones de noticias destaca la cobertura que hizo ABC, el primer medio de comunicación en hacerse eco del caso cuando la familia puso la primera denuncia al día siguiente de que Marta faltara de su casa. Fue el 26 de enero de 2009, sólo dos días después de la fatídica noche, cuando se publicó la primera noticia en este periódico en las edición de papel y web . «Buscan a una menor desaparecida en la noche del sábado al regresar a su casa», era el primer titular de la información en la que se daba cuenta de las últimas horas de la joven y los padres ya apuntaban un claro sospechoso, el chico con el que, al parecer, había salido un tiempo, varios años mayor que ella:Miguel Carcaño.

Desde entonces hasta hoy miles de noticias se han hecho eco de lo ocurrido con un caso, juzgado y sentenciado con dos resoluciones firmes pero del que quedan flecos pendientes a los que la familia se aferra como un clavo ardiendo para pedir cíclicamente la revisión de la sentencia.

En el juzgado de instrucción número 4 de Sevilla, el mismo órgano que se hizo cargo de la investigación desde el principio, el juez Álvaro Martín (que sustituyó a Francisco de Asís Molina, hoy en una sala penal de la Audiencia de Sevilla) guarda una pieza abierta. Es la que se dejó aparcada por si apareciera cualquier pista nueva para iniciar una nueva búsqueda del cuerpo . Ya que, de hecho, la no aparición de los restos es una «espina clavada» en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que movieron cielo y tierra (en sentido literal) para encontrarla.

Además de ello, otro juzgado de instrucción abrió hace un par de años otra investigación por el supuesto falso testimonio en el que incurrieron los padres de Javier García Marín, el Cuco (entonces menor) para dar una supuesta coartada a su hijo. El juzgado imputó al matrimonio aunque el padre falleció hace meses . Y también imputó al Cuco, que está siendo investigado en esas diligencias pese a que ya cumplió la condena de internamiento por un delito de encubrimiento.

Con esa tesis del supuesto falso testimonio, la abogada que representa a la familia, Inmaculada Torres, considera que seria posible una futura petición de revisión del juicio.

Torres asegura que esa investigación se basa en unas conversaciones telefónicas grabadas a los padres del Cuco q ue dieron pie a la apertura de esas nuevas diligencias . Porque en esa grabación, realizada por un infiltrado, ambos planeaban la declaración que iban a hacer en el juicio acerca de la hora a la que el adolescente había llegado a casa.

Lo planeó todo

«La madre lo planeó todo», dice la letrada recordando que en el juicio presentó un parte médico para conseguir declarar ella la última y dejar su versión según la cual a la 1.30 de la madrugada el menor estaba en la casa y entraron en su cuarto a darle un beso de buenas noches. Sin embargo, en esas conversaciones grabadas, ambos reconocen que estuvieron hasta las 4.30 de la madrugada un bar , lo que suponía que podrían haber mentido para dar coartada a su hijo. Por ello la abogada Inmaculada Torres cree probable acreditar que el Cuco participó en las labores de desaparición del cuerpo de Marta. El procedimiento está parado hace meses después de que Torres pidiera la apertura de juicio y el abogado del Cuco, Rafael Ramírez, el archivo.

Ese supuesto falso testimonio y las contradicciones entre las horas a la que sacaron el cuerpo del piso de León XIII han vuelto a llevar al abuelo a pedir la revisión. Sin embargo, tanto la Fiscalía como la mayoría de los juristas ven pocas opciones de prosperar a esa petición. «Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho ;aunque haya pruebas nuevas, recuerda el magistrado José Manuel de Paúl. mientras que Paloma Pérez, abogada de Carcaño, cree que «no es viable». Porque, como dice el abogado Joaquín Moeckel, «por encima del dolor de la familia, está la seguridad jurídica de cualquier acusado».

Con esas premisas es poco probable un nuevo juicio. Carcaño sigue en la cárcel y no ha solicitado beneficios penitenciarios aunque ya podría disfrutarlos. Si lo hiciera, la familia sería advertida ya que tiene derecho a conocer cualquier cambio de situación del penado . Es cuestión de tiempo que el asesino de Marta, al que su abogada vuelve a preguntar donde está el cuerpo cada vez que habla con él, salga a la calle. «Con el tiempo que ha pasado, ya es difícil que lo diga», admite la letrada. Es el drama. Que el paradero del cuerpo sigue siendo un misterio sin resolver.

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