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Un médico que predica con el ejemplo

José Ricardo Ruiz Morales es paciente diabético desde hace 25 años y está en activo como internista en el área del Macarena

El doctor Ruiz Morales, afectado de diabetes tipo 2, da consejos para prevenir la enfermedad ABC

Amalia F.Lérida

Puede parecer ya banal a fuerza de tanto decirlo pero los expertos insisten en que una correcta alimentación, ejercicio físico moderado y ausencia de tabaco, alcohol y azúcares, previenen la aparición de muchas enfermedades.

Una de ellas es la diabetes tipo 2 que «constituye cada día más un problema sanitario de gran magnitud y que hace años ha sido calificada de pandemia», dice el doctor enMedicina Interna del área hospitalaria del Virgen Macarena, José Ricardo Ruiz Morales , quien añade que en España la progresión de la enfermedad es de 11. 58 nuevos casos cada año por cada 1.000 habitantes.

Este experto es paciente diabético desde hace más de 25 años , está en activo, y también es presidente de una asociación de reciente creación en la capital andaluza que tiene como meta primera y última la lucha contra la enfermedad.

La Asociación de Diabéticos de Sevilla (Adiasev) , tiene como asesor médico al doctor Antonio de la Cuesta Díaz , responsable de la unidad de Pie Diabético del hospital de San Lázaro durante más de 20 años y en la actualidad su sede se ubica en el hospital Victoria Eugenia de Sevilla, sito en la avenida de la Cruz Roja. Entre sus fines se encuentran asistir a los pacientes y familiares; llevar a cabo actividades de concienciación y prevención, generar acuerdos de colaboración con otras asociaciones homólogas y con colectivos o entidades de diversa índole: ortopedias, oftalmólogos, podólogos , profesionales del derecho o profesionales de la comunicación social; conectar con los grupos de investigación para participar y ofrecer a nuestros socios los posibles beneficios de los últimos avances científicos y colaborar con las administraciones públicas para que los pacientes reciban la atención sanitaria adecuada en todos los niveles de la cadena asistencial.

«Una diabetes controlada y bien llevada es sinónimo de vida normal», dice Ruiz Morales.

Porque no son pocas las necesidades que tienen, principalmente la puesta a disposición de todo el nuevo material tecnológico — sensores medidores de la glucosa y bombas de insulina — y que haya en todos los hospitales públicos unidades de pie diabético que sirvan para prevenir amputaciones.

«También hay que mejorar las campañas de prevención de hábitos saludables y el acceso a la información de esta enfermedad para todo el público y trasladar que una diabetes controlada y bien llevada es sinónimo de vida norma l», dice Ruiz Morales.

Afirma que, en Sevilla y provincia, «existen 380.000 diabéticos diagnosticados y 46.560 que, padeciendo ya la enfermedad, lo desconocen».

«Del total de los diagnosticados —sigue— 30. 400, aproximadamente, serían diabéticos tipo 1, es decir nacen siendo portadores de la enfermedad o se les manifiesta en la primera infancia».

En este sentido hay que resaltar que la diabetes es un proceso crónico que consiste en elevadas cifras de azúcar (glucosa) en nuestra sangre. Puede estar causada porque no somos capaces de producir la sustancia que la contrarresta (insulina) , la tipo 1, o bien porque, aunque la producimos, es insuficiente en cantidad o nuestro organismo es resistente a su acción, la tipo 2. Existen, al menos, dos tipos más pero la 2 es la más frecuente y está íntimamente relacionada con los hábitos de vida poco saludables.

«En Sevilla y provincia existen 380.000 diabéticos diagnosticados y 46.560 que, padeciendo ya la enfermedad, lo desconocen»

La diabetes, según el doctor De la Cuesta, —también es investigador en el grupo de Bernat Soria , pioneros en el tratamiento con células madre— fue incluida hace años en el catálogo de «procesos asistenciales» , es decir aquellas enfermedades que cumplen al menos estas tres características: gran incidencia entre la población, necesidad en su tratamiento de más de dos especialistas, y con complicaciones predecibles en el tiempo y la forma.

Estas características hacen que no sea complejo abordarla y configurar el sistema sanitario para su correcto tratamiento de forma integral.

El abordaje multidisciplinar empleado casi en exclusividad en la unidad que se configuró en el área del Macarena por De la Cuesta evitó reducir casi hasta cero durante 20 años de funcionamiento una de las mayores y más dramáticas complicaciones de la diabetes la amputación de los miembros inferiores.

Hay que tener en cuenta que el 25% de los diabéticos padecen ulceraciones que se hacen crónicas en los miembros inferiores y de ellos el 20% sufrirán algún tipo de amputación.

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