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ENTREVISTA

Miguel Cuéllar: «La tardanza de la Justicia es enorme en España pero en Sevilla es mayor, con juicios para 2023»

El presidente de Guadaliuris, Miguel Cuéllar, cree que la falta de medios humanos y materiales provoca «grandes injusticias que suelen afectar a las personas más vulnerables»

Miguel Cuéllar en su despacho profesional de Zurbarán Abogados Juan Flores

Jesús Álvarez

Miguel Cuéllar Portero (Sevilla, 1965) forma parte de la tercera generación familiar de una tradición jurídica casi centenaria en la ciudad que se remonta al bufete que fundó su abuelo, Adolfo Cuéllar Rodríguez, que fue decano del Colegio de Abogados , y continuó su padre, Adolfo Cuéllar Contreras , que fue concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla y adalid de la democracia y de los derechos de los trabajadores cuando esa defensa entrañaba el riesgo cierto de acabar en la cárcel o inhabilitado profesionalmente.

Cuéllar, que es bético y semanasantero pero no tiene cuenta en facebook ni twitter («tengo poco tiempo para malgastarlo en las redes sociales», dice), es presidente de Guadaliuris , una asociación que agrupa a una treintena de despachos sevillanos que pone su acento en la formación y en la ayuda social.

Lleva ejerciendo de abogado más de treinta años en Sevilla. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido en este tiempo?

Que para ser un buen abogado hay que ser muy humilde. Y también he aprendido que verdaderamente merece la pena trabajar por intentar que se haga justicia , a pesar de que esta profesión es muy dura y te produce muchos sinsabores.

¿Esto es porque los abogados viven siempre en el conflicto?

Los abogados no sólo vivimos en el conflicto sino que estamos sometidos a un examen continuo. Intentamos llegar a acuerdos pero al final casi siempre dependemos de la decisión de un tercero , que es el juez. Y se producen muchas decepciones, a pesar de lo cual le digo que merece la pena trabajar en esto.

El bufete que fundó su abuelo lleva casi cien años abierto. Su padre matuvo ese despacho con una gran inquietud social y política que le llevó a poner en peligro su carrera.

Mi padre llegó a su compromiso social por pura convicción cristiana . Llegó a presentarse como candidato a alcalde como independiente en las filas de Izquierda Unida por su trayectoria cristiana. A quello causó mucha conmoción en la Sevilla profunda y hay mucha gente que no lo entendió nunca, siendo, además, hijo de una persona de derechas, de la Sevilla clásica , que era mi abuelo, un magnífico abogado.

Supongo que habrá mamado esas convicciones cristianas en su casa.

Sí, lo he mamado, sobre esto, esa parte de compromiso. Hay que tirarse al ruedo para hacerlo , aunque yo no llego a la altura de la suela del zapato de mi padre en eso, aunque su época fue muy distinta a la que yo he vivido como abogado. Yo tenía 12 años cuando se murió Franco y mi padre se jugó el pellejo en el proceso 1.001 y otros para defender la libertad y la democracia. Comisiones Obreras de Andalucía se fundó en su despacho.

¿Qué imagen conserva de él a los veinte años de su muerte?

La de una persona muy calmada que siempre estaba trabajando y leyendo. Un cliente le regaló una reproducción del pensador de Rodin con un placa que decía: « A los hombres que tienen poco tiempo y del que disponen lo utilizan para pensar». Yo asocio a mi padre con eso, aparte de a su extraordinaria ética y bondad

El mayor tesoro de un abogado, según Manuel Olivencia.

Sin duda, lo es . Tú puedes ser un abogado técnicamente buenísimo y hacer los mejores juicios pero al final lo que genera confianza son los comportamientos decentes.

El imaginario popular, tal vez por influencias cinematográficas, no se corresponde enteramente con esa imagen de los abogados.

He leído encuestas en España sobre la valoración popular de distintas profesiones y los abogados no salimos tan mal parados. Creo que existe una leyenda negra sobre nosotros pero hay que reconocer que una parte de ella puede estar justificada, porque hay muchos abogados más preocupados por el dinero y por no resolver los conflictos que por arreglarlos.

Su colega Lourdes Sivianes dice que los abogados podrían evitar mucho sufrimiento «si quisieran».

Tiene razón. Y a veces, para ello, hay que saber imponerse al cliente, que ve las cosas de una determinada manera y quiere ir al Juzgado cuando lo mejor es lo contrario. A menudo he de decirles que si vamos a juicio se van a gastar más dinero y se van a estrellar contra un muro. A los abogados jóvenes del despacho siempre les digo que hay que tener mucho sentido práctico en esta profesión.

¿Es mejor un mal acuerdo que un buen pleito?

Ese es un buen refrán que se ajusta a la realidad de la Justicia española. A mí me gusta mucho otro refrán gallego que dice «¡Tengas pleitos y los ganes!».

¿Recuerda algún caso en el que se sintió orgulloso de haber evitado mucho sufrimiento a su cliente?

Sí, sobre todo en los procedimientos de familia , que tienen un componente emocional importante. Con mano izquierda, pueden solucionarse. También hace falta un poco de suerte y que la defensa de la otra parte quiera también ir por ese camino. Hemos alcanzado muchos acuerdos que ahorran sufrimiento y permiten a las dos partes en conflicto seguir viviendo.

La Justicia tardía

¿Ve a diario en su despacho o en los tribunales muchas injusticias?

Sí, a diario. Y hay unas capas desfavorecidas de la población muy vulnerables que suelen ser las que las padecen.

¿Y le duelen tanto como cuando se hizo abogado hace 30 años?

Con 25 años todos somos más ardorosos pero yo le diría que me duelen incluso más que entonces. La convicción y la energía para deshacer una injusticia con el tiempo crece. Antes era más explosivo, más corredor de cien metros; con la edad, ya soy un corredor de fondo. A mí me enervan las injusticias con personas débiles.

¿Cuál es la que le enerva más?

En el mundo laboral, me enervan los temas de pensiones, las declaraciones de incapacidad o discapacidad. Me enerva la tardanza inconcebible de la Justicia en dilucidar estas cuestiones.

Un discapacitado sevillano murió hace unos días mientras esperaba que la Justicia reconociera su dependencia.

Me parece una injusticia escandalosa. Una justicia tardía no es justicia porque descontextualiza la necesidad que la impulsó. Y no es culpa de los jueces, que hacen lo que pueden. Es un problema estructural que los políticos no resuelven . Una escandalosa falta de medios humanos y materiales.

¿Debería tratarse la Justicia como una prioridad pública, al mismo nivel que la sanidad o la educación?

Sí, sin duda. Las «ratios» de jueces por habitantes no soportan la menor comparación con las de los países de nuestro entorno.

¿Somos más litigantes en España que en el resto de Europa?

Sí, eso es cierto. Somos un país de peleones . Litigamos mucho y eso tiene que ver con alguna peculiaridad procesal española pero si somos como somos creo que es necesario poner los medios para resolver esos litigios .

¿La mediación podría mitigar el colapso judicial?

Puede servir para determinadas cosas y se han hecho mucho esfuerzos en mediación. Pero la mejor mediación son unos juzgados ágiles y profesionales que resuelvan los conflictos con velocidad.

¿En Sevilla estamos peor que en otras ciudades españolas?

Sí. Sevilla y Andalucía occidental están a la cabeza de España en retrasos judiciales . Que se señalen juicios para dentro de cuatro años no es algo habitual en el resto del Estado. La comparativa entre lo que tarda en Sevilla un procedimiento por despido con lo que se tarda en Bilbao o en San Sebastián , por ejemplo, es tremenda. De llevarse las manos a la cabeza.

¿El diferencial de renta de Andalucía con el norte de España se aprecia también en la calidad de los servicios públicos?

Sí, todo tiene que ver. Yo llevo tiempo diciendo que para dar por terminada definitivamente la Transición debería haber una reforma en profundidad de la Administración de Justicia. En los Pactos de la Moncloa se reformó el poder legislativo y el poder ejecutivo pero el poder judicial no se terminó de hacer y aún no se ha culminado . El tercer poder del Estado no está al nivel del país, fundamentalmente por falta de interés de los políticos y por falta de medios. Es un gran déficit democrático.

Situación laboral en España

Ha participado en diversos seminarios sobre abusos laborales. ¿La situación de los trabajadores en España es peor que la de los países de nuestro entorno?

Legalmente es asimilable a la del resto de Europa, aunque sí estamos uno o dos escaños por debajo en lo que es la renta salarial. En regulación del mercado de trabajo se avanzó mucho en la Transición con el Estatuto de los Trabajadores y la participación de los sindicatos en el mundo laboral. En materia laboral, la correcta negociación de un ERE puede solucionar muchos problemas y redistribuir mejor la carga entre toda la plantilla.

La reforma laboral recortó derechos laborales aunque sus promotores la consideraron necesaria por la dureza de la crisis y la galopante destrucción de empleo. ¿Es ahora el momento de devolver esos derechos?

Fue necesaria porque no se podía actuar como si no hubiera pasado nada. Los efectos de la crisis han sido devastadores en todos los ámbitos. Mi opinión es que puede ser el momento de plantear una contrarreforma pero siempre mejorando la productividad laboral . Si no, no funcionaría y tendría consecuencias peores.

¿Cree que para exigir servicios públicos como los de Noruega no podemos conformarnos con una productividad más cercana a la de Brasil que a la de un país nórdico?

No podemos conformarnos. Hay que mejorar mucho la productividad en España pero me temo que los impuestos que pagamos los españoles están más cerca de los que pagan noruegos que de los que se pagan en Brasil.

Penas de telediario

¿Los medios de comunicación condenamos a veces antes de tiempo a un imputado o investigado por la Justicia?

Sí, e s lo que se llama «la pena de telediario» . Cuando lo saca un medio, se puede decir que está ya condenado, aunque se trate de una denuncia falsa. Esto puede acabar con la carrera profesional de un político o de cualquiera de nosotros . Los abogados lo comentamos a menudo entre nosotros y hay veces que el caso al que se le da tanta repercusión mediática ni siquiera llega a juicio. Y en los casos que llega a juicio y sale absuelto el acusado, apenas sale una noticia breve en los medios. El daño que se le hace una persona en estos casos es irreparable. Para mí es una parte del déficit constitucional que tenemos en España respecto a la presunción de inocencia . No nos la creemos.

Tampoco nos la creemos siempre en el caso de hombres acusados de violencia machista. ¿No cree?

Está muy extendido el falso mito de que se instrumentalizan las denuncias para los temas matrimoniales. En la práctica no ocurre tanto, aunque por supuesto hay casos de denuncias falsas y se cometen excesos, incluso existen señoras semiprofesionales en esto de poner denuncias falsas pero opino que, en general, se respeta la presunción de inocencia en los juzgados de violencia de género

La granadina Juana Rivas convocó muchas ruedas de prensa para denunciar a su marido por malos tratos tanto a ella como a su prole y luego fue condenada por un tribunal por el secuestro de sus hijos. ¿Podría ser uno de esos casos?

Viéndolo desde fuera, lo parece, aunque sólo tengo la información que ha salido en los medios. También parece que esta pobre mujer estuvo muy mal asesorada y que fue utilizada por otras personas para una lucha pseudoideológica de las mujeres.

¿La legislación española respeta la igualdad de sexos en los casos de denuncias de maltrato?

Por supuesto, es mejorable, pero creo que hay que seguir protegiendo el eslabón más débil en estos casos, que es siempre la mujer.

Hay voces desde el mundo jurídico, no sólo político, que cuestionan la constitucionalidad de algunas normas sobre violencia de género, porque un mismo delito no tiene la misma respuesta penal según el sexo del que lo comete.

El principio de discriminación positiva está reconocido por el Tribunal Constitucional.

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