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La nueva arquitectura sevillana: casas que salen desde una fábrica
El estudio de arquitectura sevillano Hombre de Piedra está diseñando chalets que se producen de manera industrial en la empresa de construcción modular utrerana Cimpra

«Si los clientes exigen a las nuevas viviendas las calidades de un coche, tendremos que fabricarlas como un coche». Así lo afirma Juan Manuel Rojas Fernández , fundador del estudio Hombre de Piedra y profesor de la Universidad de Sevilla. ¿En qué ... consiste esa arquitectura industrializada? A grandes rasgos, se refiere a un proceso constructivo que se lleva a cabo en una fábrica, utilizando las últimas tecnologías y procesos, para su posterior transporte y ensamblaje final de todas las piezas en la obra. Todo empezó con la Terminal de Cruceros del Puerto de Sevilla, que el estudio llevó a cabo con la firma cordobesa Construcciones Cabello. Contenedores marítimos reutilizados sirvieron como base para una construcción donde la estrategia sostenible, el ahorro y el reciclaje conforman un todo.
Ahora Hombre de Piedra ha ido más allá y han llevado este concepto al terreno de la vivienda particular. «La arquitectura industrializada modular es una forma de responder a la grave crisis que está viviendo la construcción, dado que cada vez hay más problemas para encontrar mano de obra cualificada, los procesos se enternizan, multiplicando los costes, esta es una forma de responder a esos problemas». El objetivo es «tener una vivienda terminada en cuatro meses, con mayor precisión y calidad constructiva que las de una vivienda tradicional», asegura el arquitecto andaluz, que también es profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura.
Uno de los mejores ejemplos es «The Force Home» . Realizada por Hombre de Piedra Arquitectos en 2020, fue construida por Cimpra, una constructora con sede en Utrera especializada en casa prefabricadas y construcción industrializada, y se encuentra en el Pinar de la Juliana, junto a Bollullos de la Mitación. Los clientes, una familia amante de la naturaleza y con mascotas, querían una casa sostenible, respetuosa con el paisaje y la naturaleza . «Quizás una vivienda rural, tradicional y enraizada en la tierra sería la opción más obvia pero estaban abiertos a conocer otras alternativas», explica.
El resultado: un ejemplo de arquitectura hipertectónica (ligera y tecnológica), que es el mejor ejemplo de «liviana» en construcción: construir muros de piedra o ladrillo conlleva el transporte de pesados materiales al sitio de la obra y excavaciones. En cambio, la arquitectura industrializada se «posa en el suelo» sin tocarlo ni alterarlo. «Una casa bien aislada con fachadas industrializadas tiene mayores prestaciones que las tradicionales», asegura Rojas.
Lo más destacable, la disminución de los plazos y la predictividad. «En la arquitectura tradicional hay más incertidumbre, tanto en los plazos como en los costes. En este método no caben esos riesgos», afirma el arquitecto de Hombre de Piedra. Ni siquiera el transporte «encarece los costes», ya que todo se fabrica para que se pueda llevar en transporte estándar.
Respecto a los costes, esta manera de construir ahora mismo no supone ahorro de costes. Sin embargo, teniendo en cuenta que las industrias permiten optimizar los procesos en pocos años (la productividad por trabajador industrial ha mejorado en los últimos años), el ahorro será cuestión de tiempo. Hombre de Piedra tiene actualmente en producción 30 construcciones basadas en este diseño. «Andalucía, y Sevilla son un referente en este tipo de construcción, tenemos que aprovechar esa pujanza y seguir avanzando, la arquitectura industrializada es el futuro, no es demasiado lógico que sigamos haciendo casas como hace un siglo si la tecnología y la sostenibilidad ya están presentes en todos los sectores económicos», insiste Rojas.
«The Force Home» no es el único proyecto que Hombre de Piedra ha realizado en los últimos años. Desde Andalucía a Ávila, a un pequeño pueblo, Medinilla de Ávila, ha viajado «La Casa Escondida», que desde el estudio de arquitectura definen como «un emocionante viaje en muchos sentidos».
Hombre de Piedra y el arquitecto Juan Ignacio Vilda Marín han llevado una de sus viviendas industrializadas (también producida en Sevilla) hasta la España Vaciada, en un ejemplo de cómo «revivir» la España más rural. «La España Vaciada no pasa por vivir como lo hacían los labradores y pastores de antaño. Hay que aprovechar los estupendos valores originales, pero también es necesario aportar otros», aseguran.
Al final, «serán las exigencias de los clientes, junto a las necesidades productivas del sector, las que inclinen la balanza a favor de la arquitectura modular industrializada», predice Rojas.
«Nadie duda de que la industrialización de la construcción es un proceso inevitable, lo que resta por saber es cómo se producirá la transición en España». En Suecia es el 90% del sector, en Holanda el 50%, en Alemania un 10% y Reino Unido un 7%. En España apenas llega al 1%, con lo cual está todo por hacer.
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