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Elecciones en Andalucía

Un nuevo Gobierno andaluz frente a las eternas asignaturas pendientes de Sevilla

El equipo que lidere la Junta de Andalucía tras las elecciones regionales tiene ante sí demandas cruciales para Sevilla, como el protocolo para la línea 3 del metro

El metro sevillano, en su tramo de San Juan Vanessa Gómez

Eduardo Barba

El nuevo Gobierno andaluz que salga de las elecciones autonómicas de este fin de semana tendrá por delante una ingente labor en lo que a proyectos pendientes en Sevilla capital se refiere. La ciudad es probablemente, y en términos cualitativos, la más castigada de toda la región por la inacción de la Junta de Andalucía , que mantiene desde hace años postergadas las principales iniciativas de su competencia en la capital de la comunidad.

Del nuevo gabinete que ocupe los despachos del palacio de San Telmo dependerá que se reactiven o sigan quedándose en los cajones un grupo de medidas cruciales para el avance de Sevilla, cuyos responsables llevan años reclamando al ejecutivo autonómico el empuje político definitivo para las mismas; con más fuerza cuando ha gobernado en la Plaza Nueva el PP, con menos cuando lo ha hecho el PSOE, por motivos lógicos.

El gabinete del socialista Juan Espadas , con todo, se ha encontrado en los dos últimos años con cierto viento a favor por aprobaciones de proyectos o, al menos, mensajes y gestos simbólicos de la Junta de Andalucía que están ayudando bastante al alcalde en sus maniobras de aproximación a las elecciones municipales del próximo mayo. El informe de la Consejería de Medio Ambiente que aprobó hace varias semanas el proyecto del tranvía a Santa Justa es un ejemplo claro de ese cable que Susana Díaz ha lanzado a Espadas para afianzar la plaza.

O la nueva y favorable posición de esa misma consejería con respecto a la antigua comisaría de la Gavidia, que tiene ya vía libre al cambio de uso a falta de inversores decididos. O el espaldarazo económico a los eventos del Año Murillo , que meses atrás se consideraba por la Junta como «falto de concreción». Incluso para los grandes planes de la ciudad, el ejecutivo andaluz ha diseñado una estrategia mediante la que, con meros gestos, anuncios y ruedas de prensa, se ha generado una apariencia de que vuelven a estar vivos, cuando la realidad es el camino hasta una supuesta ejecución es aún sideral. Pero de una forma u otra, las deudas del Gobierno de Andalucía con la capital siguen siendo no sólo numerosas y duraderas sino, sobre todo, importantísimas.

Las cuestiones pendientes están encabezadas, indudablemente, por el metro y la ampliación de su red. En concreto, y al menos, el siguiente paso, la línea 3 . Durante el gobierno del popular Juan Ignacio Zoido, la Junta se negó rotundamente a hablar del futuro del suburbano por falta de fondos. Al poco de llegar Espadas, eso sí, el consejero de Fomento, Felipe López , propuso ejecutar la mitad de la línea tres, tal y como estaba planteando el nuevo equipo municipal, que prefiere reclamar sólo media línea y no la red completa para poder avanzar con realismo y sin tantas trabas.

Por ello, las dos administraciones terminaron convenciendo incluso al Estado y sus principales representantes se fotografiaron juntos a finales de enero para refrendar que se iban a sentar a «realizar los estudios» para ese proyecto redimensionado: la línea 3 de Pino Montano al Prado de San Sebastián, donde ya se uniría con la línea existente, la 1. La segunda mitad de esa línea 3, el tramo sur, hasta Bermejales pasando por el complejo hospitalario Virgen del Rocío, quedará para más adelante.

El proyecto asumido, el tramo norte, tendría una inversión de unos 700 millones de euros . Ahora bien, tras aquella escenificación de acuerdo se produjo el cambio en el Gobierno central, que pasó a manos del PSOE, y la rúbrica del protocolo general para la línea 3 que la Junta situaba en septiembre no ha llegado.

La ralentización de las negociaciones se topó con el período electoral, que ha obligado a postergar definitivamente esa firma del acuerdo básico para poder avanzar con la obra más crucial que espera la ciudad. ¿Cuándo se rubricará? ¿Tendrá la misma posición el nuevo gabinete autonómico o habrá nuevos cambios? ¿Cuál es el horizonte de la red completa que se había previsto? El consejero López expuso a finales del verano que el nuevo ministro del ramo, José Luis Ábalos , había «ratificado su compromiso con esta infraestructura» y que «una vez se firme el acuerdo político comenzará la labor técnica». Compás de espera. Como de costumbre.

Vuelta a empezar

Junto al metro, Sevilla capital espera también avances o el mero desbloqueo de varios proyectos «eternos», convertidos en bucle de lustros para los que se producen anuncios esporádicos repartidos a través de los años pero ninguna realidad tangible. Uno de enorme envergadura es la famosa Ciudad de la Justicia , de la que se lleva tratando prácticamente desde el año 2000 y con el que nunca ha habido verdadera voluntad por parte del gobierno andaluz, más allá de las limitaciones económicas. Después de años de cambios de ubicación y proyectos de ida y vuelta en función del interés mayor o menor de cada gobierno municipal, en primavera se llegó a la conclusión de que no es viable el suelo escogido, el de Los Gordales .

El proyecto, muy reclamado por jueces, fiscales y abogados, jamás ha tenido un céntimo de presupuesto porque lleva tres lustros encallado en el papeleo administrativo y en la tramitación del suelo. Y al cabo de quince años de burocracia alrededor de los terrenos, la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Hacienda ha resuelto este año que no se puede construir allí esta infraestructura porque habría que cambiar la Feria de sitio. Una resolución que se produjo a raíz de una petición del alcalde en torno a la titularidad de cada parcela y que habría ahorrado años de debate si se hubiera emitido cuando el proyecto se planteó por primera vez.

De esta forma, la Ciudad de la Justicia se encuentra de nuevo en la casilla de salida mientras que la Junta sí ha construido otras como las de Málaga o Almería. Tras ocho consejeros y tres alcaldes, hay que volver a empezar y proponer nuevamente suelos para la ubicación del proyecto para después tramitar todas las modificaciones urbanísticas.

Un hospital menos

Hospital Militar M. J. LÓPEZ OLMEDO

Casi el mismo tiempo, dieciséis años, lleva abandonado el Hospital Militar , un auténtico gigante de doce plantas y seiscientas camas que la Junta de Andalucía no reabre pese a sus mensajes de la etapa en que se hizo con esta infraestructura tras un acuerdo con el Ministerio de Defensa. Hace un año, hasta diecisiete ayuntamientos de la provincia —incluido el de la capital—, en una moción conjunta reclamaron al ejecutivo andaluz que reabriese este centro, instándose a la Junta a incluir en sus presupuesto del año en curso «las inversiones necesarias para que el Hospital Militar vuelva a su uso asistencial hospitalario, de acuerdo a las necesidades y demandas de la población». El gabinete de Susana Díaz no ha movido un dedo. La petición del rescate del Vigil de Quiñones fue aprobado en Pleno en octubre de 2017 con el apoyo de todos los grupos municipales a excepción del PSOE, que se abstuvo. La moción fue demandada por la plataforma ciudadana Marea Blanca, que exige a la Junta reanudar un proyecto anunciado a bombo y platillo hace más de diez años y que continúa en el limbo político y administrativo.

El sector turístico

El gobierno municipal comenzó a elaborar a finales del año pasado el II Plan Turístico de Sevilla , en el que debe contar con la Junta de Andalucía, al igual que ocurrió en el primero de ellos, que sirvió para relanzar parte de la dársena del Guadalquivir (pantalanes, centro de visitantes de Marqués de Contadero...). La Consejería de Turismo que quede conformada tras las elecciones municipales de este fin de semana tendrá, por tanto, un papel decisivo en ese nuevo plan, que el Ayuntamiento tiene casi ultimado y a punto de enviar al ejecutivo andaluz y que estará centrado en la promoción de dos zonas de la ciudad hasta ahora menos mimadas por las administraciones en este sentido: Triana y la zona norte del Casco Histórico. Este proyecto será cofinanciado por ambas administraciones y está previsto que suponga unos 5 millones de euros de inversión. De ese montante, se limita la inversión en nuevas infraestructuras a un 30%, destinando el resto a creación de nuevos productos y a promoción para mejorar la «marca Sevilla» en mercados de larga distancia.

El nuevo plan turístico de Sevilla se centrará de manera muy especial en Triana , aunque también en la Alameda de Hércules y la zona norte del Casco Histórico como áreas prioritarias, sirviendo además para crear una nueva oficina para la defensa del turista y el Consejo Local de Turismo, de carácter consultivo para aumentar la colaboración con las empresas y que complemente la labor que se realiza desde el Consorcio de Turismo.

Vista de Triana desde el puente de Isabel II Raúl Doblado

El plan se compondrá, según se informó desde el equipo de gobierno municipal, de medio centenar de medidas derivadas de las demandas de los agentes y entidades turísticas para atender la consolidación de la ciudad como «un destino urbano sostenible social, laboral, económica y medioambientalmente». Por otro lado, se ampliará el espacio turístico, para distribuir a los turistas y evitar una excesiva concentración en el Casco Antiguo y el entorno monumental hacia Triana y el norte de la ciudad, destinos que cuentan con una oferta patrimonial y cultural que «es también de enorme atractivo para los viajeros», según destacaba el Ayuntamiento. Y además, el segundo plan turístico abordará la cuestión crucial de la convivencia entre turistas y residentes, que en muchas ciudades es objeto de debate y polémica; en este sentido, se buscará propiciar «una alianza con la ciudadanía» y «eludir las posiciones de rechazo a los turistas». Otro eje del plan será «continuar desarrollando productos turísticos con la puesta en valor del amplio patrimonio tanto monumental como medioambiental, aprovechando las efemérides», como ha pasado con el Año Murillo.

Este nuevo plan turístico se prevé desarrollar durante tres años , un periodo breve frente a los ocho que duró el anterior y que tenía una inversión de 20 millones, cuatro veces más, ya que se centraba en la construcción de nuevas infraestructuras turísticas, especialmente en el entorno del río Guadalquivir, como el centro de visitantes de Marqués de Contadero y la reforma urbanística de ese muelle. El segundo, que está a punto de enviarse a la Consejería de Turismo, se volcará en medidas menos materiales.

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