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«El Pali fue el mejor historiador popular que ha tenido Sevilla»

Antonio Ortega_Periodista y escritor

«El Pali fue el mejor historiador popular que ha tenido Sevilla»

El próximo día 3 se presenta en Sevilla el libro «El último trovador» un estudio amplio y concienzudo de la obra y vida de Paco Palacios, «El Pali»

—¿Qué edad tiene usted?

—39 años

—Pues con esos años lo más lógico es que se hubiera apasionado por escribir la biografía de Nacho Cano, de Santiago Auserón o de Alaska. ¿Por qué la del Pali?

—Soy aficionado al flamenco desde pequeño. Un buen día escribí un libro del Bizco de Amate, y me di cuenta que el Pali lo mencionaba en una sevillana, cuando la encontré me di cuenta que El Pali era el mejor historiador popular que había tenido Sevilla.

—O sea que el Pali cantaba y contaba historias…

—Sacó del anonimato a una nómina de personajes populares que se hubieran perdido. El Bizco Amate, la Qué te brillan las espuelas, Vicente el del Canasto, Pepe el Escocés, Paco el Campanero, La Malena…Gracias a aquellas sevillanas siguen vivo esos personajes.

—¿Qué es lo que ha pretendido contarnos en el libro sobre El Pali?

—Revivir la historia de un personaje popular, quizás el más popular, del siglo xx.

—¿Llegó a conocerlo personalmente?

—No, no. La única vez que lo vi fue en una actuación la barriada de la Oliva. Me sorprendió contemplar cómo lo presentaban y el Pali no salía. La gente empezó a gritarle de todo. Y tuvieron que sacarlo entre dos personas. Pero El Pali no rompía a cantar. Un tipo comenzó a llamarlo gordo y le pedía que cantara. El Pali respondía con desprecio diciendo que estaban afinando la guitarra. La bronca fue gordísima. Pero rompió a cantar «Sevilla tuvo una niña…» Y los mismos que le increpaban le gritaron Pali eres el mejor.

—Tuve la oportunidad, incluso, de vivir con él sus mejores momentos gin tonic. Era singular…

—(Risas) El gin pali que le decía él…También decía yo soy dos veces bético porque soy diabético.

—Y a veces un tanto irreverente ¿verdad?

—Muy irreverente. En los últimos años sobre todo. Tenía un poder enorme en Sevilla. Las señoras llevaban a sus chiquillos a su casa para que El Pali los escuchara cantar. Y al que no servía le decía a la madre: señora su hijo a los albañiles. Decía lo que pensaba.

—¿Qué aspecto del personaje le ha sorprendido más?

—Su personalidad. Lo mismo era un tipo simpático que un esaborío. Esos dos extremos de su carácter me sorprendieron mucho.

—En Sevilla era todo un símbolo. Conozco a gente que, con el paso del tiempo, han sido figuras políticas muy señaladas, que de estudiantes vivían cerca del Pali y que abrían las puertas de la cocina para oírlo cantar cuando se arrancaba…

—-¡Qué arte! Me sorprendió mucho que la gente que lo conocisteis sentado en la calle Aduana no se arrancaran para biografiarlo. Cuando me dijeron que no tenía biografía alguna me sorprendió.

—No creo que se hayan dado muchos casos como el del Pali en la prensa local. De ABC recuerdo un par de portadas dedicadas a él…

—Fíjese. Dos portadas a un cantaor. El Correo también se las dedicó. Y un serial de José María Gómez dedicada a sus memorias. Antonio Burgos lo bautiza como El Trovador. Y desde entonces El Pali lo llamó Padrino.

—¿Cree que alcanzó la gloria en vida de ser el símbolo generacional de una época?

—Sí. Creo que alcanzó esa gloria. Pero no se sintió nunca reconocido. Realizó una denuncia social constante de cómo se iba perdiendo la Sevilla popular. Fue el primer cantaor protesta de las sevillanas. Llegó incluso a reivindicar Ceuta y Melilla como españolas en unas sevillanas.

—Me podría adelantar una de sus muchas anécdotas…

—Estaba en la Trocha sentado con Manolo Melado. Llegó Paco Gandía y le dijo: Pali estás más gordo. Parece que la corbata está sentada. El Pali le contestó que estaba más delgado. Entonces fue cuando Gandía le dijo que se podía escribir en el pescuezo el Quijote con una maja.

—Recuerdo una muy buena. Paco Palacios por la Feria acompañado por un amigo de Sanlúcar. Iban alicataditos. Y el de Sanlúcar lo subía por todos los montones de albero. Hasta que El Pali le dijo que si se creía que era Pérez de Tudela…

—(Risas) Genial. Qué personaje

—Una de las polémicas locales más vivas en torno a un artista tuvo como protagonista a Paco Palacios cuando se le quiso hacer Hijo Predilecto de Sevilla…

—Felipe González, como presidente de gobierno, apoyó la propuesta. Entre 1988 y 1995, se recogieron quince mil firmas. Mandaron cartas de apoyo todos los ayuntamientos de Sevilla. Pero no se hizo. El asunto se politizó.

—¿Quién politizó aquello?

—Los propios partidos. Entre todos.

—¿El Pali era de derechas, de izquierda o de su barrio del Arenal?

—El Pali era de Sevilla y de su barrio del Arenal.

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