Patrimonio de Sevilla
La familia que fundó el cine Lloréns en Sevilla lo recuperará como sala de espectáculos
La sentencia de 2019 que exige proteger el edificio impidiendo hacer pisos ha animado a los descendientes de Vicente Lloréns a reflotar el histórico local de Sierpes, que quieren adquirir

Sevilla puede recuperar el viejo e histórico cine Llo réns , aquella sala de la calle Sierpes cerrada a comienzos de los años 80 pero que durante décadas fue un referente del espectáculo en la ciudad, primero como teatro y después como cine. ... Y puede hacerlo, además, de la mano de la misma familia que la fundó a comienzos del siglo XX. Según ha confirmado ABC, los descendientes de Vicente Lloréns tienen entre mano un proyecto para comprar de nuevo el inmueble y reabrirlo como sala de espectáculos en pleno centro de la ciudad, una idea que mantienen a pesar de las circunstancias actuales generadas por la pandemia de coronavirus y al consiguiente crisis económica. Consideran, de hecho, que es una oportunidad única de recuperar el patrimonio familiar y la propia memoria de los fundadores de la sala.
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La familia García de Artacho , descendientes de los Lloréns (nietos, bisnietos y tataranietos), pretende montar una nueva sala de espectáculos y, para ello, han considerado que la ocasión es idónea recuperando el histórico cine de su antepasado pues se dan unas condiciones que antes no existían: el respaldo de los tribunales a la protección del recinto como tal, confirmado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) el año pasado. La Justicia dictaminó en el mismo sentido en que lo había hecho poco antes sobre el cine Trajano a raíz de un recurso que los antiguos propietarios de esa sala (Flamenco Hotel S.A.), que son los mismos que en el caso del Lloréns, una conocida familia que regenta otros muchos locales de la capital andaluza. En ambos casos los propietarios solicitaban anular una modificación urbanística efectuada por el Ayuntamiento y que mantenía la catalogación en los dos inmuebles de «suelo de interés público y social» (SIPS) para que se le concediese el uso «residencial Centro Histórico», como ha ocurrido con otros tres cines céntricos e históricos: el Avenida, el Cervantes y el Alameda . En este último caso ya se ha anunciado la construcción de un hotel, lo mismo que pretendían los dueños del Trajano para ese señero edificio de Aníbal González. Pero los tribunales respaldaron la posición municipal de conceder más protección a esos espacios, con lo que ni en el Trajano ni en el Lloréns se pueden construir pisos ni alojamientos turísticos.

Los dueños, que mantienen el inmueble cerrado después de haber albergado un salón de juegos, pedían la recalificación como residencial aludiendo a lo ocurrido en los cines Avenida, Cervantes y Alameda y alegando que se trata de «las mismas circunstancias», pero la Justicia apreció una diferencia palmaria: mientras que en los tres primeros la calificación en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) era de SIPS «de carácter privado» , en el caso de los dos edificios que eran propiedad de Flamenco a esa calificación tiene «carácter público» , de ahí que las sentencias hayan respaldado que se mantenga ese uso público. En el caso del Lloréns, la sentencia firme del TSJA es del 2 de febrero de 2019 después de un recurso por parte de los propietarios contra el acuerdo del pleno del Ayuntamiento que excluyó esa finca del cambio de calificación aprobado para otros antiguos cines del centro (que obtuvieron la condición de «residencial en Centro Histórico»). Por el contrario, las propiedades de los cines Alameda, Cervantes y Avenida obtuvieron en 2013 sentencias por las que se ordenaba devolver a esas fincas la calificación de «residencial» que les daba el PGOU de 1987, anterior al de 2006 actualmente vigente que las calificó como SIPS. Esa era la esperanza de los dueños actuales del Lloréns, que ahora ya no pueden edificar.
El problema, la salida de emergencia
Esas circunstancias actuales son las ideales para la familia García de Artacho en su anhelo de recuperar la vieja sala de sus antecesores para reflotarla como sala de espectáculos. Eso sí, los interesados en reabrir la sala se han topado con un problema más allá de la propia compra del inmueble, que sí podrían afrontar. En sus reuniones con la Gerencia de Urbanismo , a los posibles compradores se les ha comunicado que una cuestión impediría reabrir: la falta de una salida de emergencia , que el viejo Lloréns sí tenía justo hacia la calle Rioja. Esa vieja puerta «de atrás» es hoy un local comercial parte del inmueble completo, pero la familia García de Artacho cree que se trata de un escollo que podría superarse con el derribo del tabique que separa ese local del resto del antiguo cine. No es un obstáculo insalvable para los interesados, pero desde el Ayuntamiento han apuntado ese reparo como «prácticamente definitivo», lo que resulta bastante paradójico, pues por una parte la Administración pública obliga a que se proteja el inmueble y se conserve su uso cultural pero, por otra parte, frena de alguna manera el desarrollo de proyectos de recuperación.
Construido a partir del antiguo Teatro Lloréns y obra de José Espiau y Muñoz de 1913 , el Lloréns es todavía un exponente singular de las arquitecturas escénicas locales y constituye el escenario de la primera proyección fílmica sonora realizada en la ciudad , el 10 de enero de 1930. Un verdadero hito. Su estilo arquitectónico regionalista «con aire islámico» queda situado en un punto evolutivo intermedio entre las habituales soluciones de las salas de variedades y las salas de teatro a la italiana, o las salas de cine de los años 40 y 50. En su última reforma en profundidad, la sala se adaptó plenamente para el cinematógrafo, con cubierta opaca y cabina de proyección, si bien conservó su planta rectangular, con galerías perimetrales. Cerró como sala de cine en 1982, pero su interior conserva entero el teatro con su escenario, su embocadura, el patio (ya sin butacas) y el artesonado neomudéjar.
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