Sanidad
Una plataforma telemática coordinada por el Virgen Macarena logra reducir la mortalidad por ictus
El Centro Andaluz de Teleictus (CATI) trata a más de mil pacientes de cada año de una enfermedad que es la primera causa de muerte en la mujer y la primera de discapacidad en el adulto

El ictus es la primera causa de muerte en la mujer, la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia, tras el Alzheimer. Cada año, más de 18.000 andaluces sufren un ictus, de los cuales se ... estima que la mitad quedan con secuelas o mueren. La mortalidad y discapacidad ha disminuido en los últimos años gracias a la detección precoz de los síntomas y a la introducción de medidas terapéuticas como las unidades de Ictus y las terapias de reperfusión que han revolucionado el manejo de estos pacientes. Y tras la puesta en marcha del Centro Andaluz de Teleictus (CATI) , coordinado por neurólogos del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, la mortalidad de esta enfermedad se ha reducido de forma significativa.
Ana Barragán , su coordinadora, explica que atienden a unos mil pacientes al año y a un 30 por ciento de ellos se les aplica un tratamiento. « Es bastante mas de lo que hacíamos antes de la creación del centro y hemos logrado romper la barrera del 20 por ciento de tratamientos que se logran en los grandes hospitales. En los hospitales pequeños están consiguiendo gracias al teleictus superar este porcentaje y salvar la vida o evitar secuelas graves permanentes a casi uno de cada tres pacientes. Los dos restantes mueren o no se les puede desbloquear la arteria colapsada.
En toda Andalucía se dispone 72 camas para pacientes de ictus, el número más elevado de toda España. J oan Montaner , jefe de Neurología de este hospital sevillano y director del Plan Andaluz de Ictus, recuerda también que hace pocos años «no había ni un solo neurólogo dedicado al cien por cien al ictus y ahora tenemos neurólogos muy especializados que saben muchas cosas sobre esta enfermedad. Es un cambio importantísimo que nos ha permitido bajar la mortalidad de un 12 a un 8 por ciento en este último año. Estamos hablando de miles de vidas».
Soledad Pérez Sánchez , coordinadora de la unidad de ictus del Virgen Macarena, destaca que «el gran cambio del hospital es que ahora tenemos siempre camas libres para atender y tratar a estos pacientes lo más rápido posible. Porque el ictus es una lucha contra los minutos. La coordinación que hemos implantado en el hospital permite ir sacando rápidamente enfermos que están estables y estudiados para dejar las camas libres para atender a los que nos llegan».
En cada minuto con un ictus se pierden casi dos millones de neuronas, que se traducirán en secuelas, discapacidad y mortalidad. Las últimas campañas de concienciación lanzadas en el mundo insisten en que el ictus es una emergencia médica con lemas como «Conoce los síntomas. Avisa de que es un ictus. Gana un tiempo precioso » o «Unos minutos pueden salvar vidas, memoria, movilidad y autonomía». En todas ellas se hace hincapié en la necesidad de identificar los síntomas (dificultades para hablar o entender, pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo o alteraciones de la coordinación o visión) y la necesidad de avisar a los equipos de emergencias para hacer un traslado inmediato al centro hospitalario.
Ana Barragán, coordinadora del CATI, subraya que se está dando servicio a treinta hospitales share o comarcales que no tienen neurólogo de guardia. «Cuando llega un paciente con un ictus a cualquiera de estos centros s e ponen en contacto con nosotros y los atendemos como si estuviéramos allí de forma presencial a través de un sistema de videoconferencia. Lo primero que hacemos es explorar de forma completa al paciente a través de una plataforma telemática tipo skype, como si estuviéramos a pie de cama. Luego vemos las imágenes por internet gracias a otra plataforma que pasamos por un sistema de inteligencia artificial para que nos ayude a tomar la decisión terapéutica adecuada». El resultado de esta consulta, basada en una tecnología muy avanzada, es una respuesta muy rápida, a veces más rápida que en los grandes hospitales que sí tienen neurólogos de guardia pero que están más saturados de pacientes, según dice la doctora Barragán.
Montaner asegura que con la implantación del CATI «unos tres millones y medio de andaluces que viven en zonas rurales y que antes no recibían ningún tratamiento, ahora sí son atendidos. Tenemos un mapa de zonas y el 99 por ciento está en color verde, lo que quiere decir que hay un centro de tratamiento a menos de una hora».
Antes de la creación de este centro que se coordina desde el Virgen Macarena había un porcentaje significativo de zonas sin atención especializada a un tiempo razonable. «Nunca habíamos conseguido tratar a ningún enfermo de ictus de Constantina ni de esa zona de la provincia de Sevilla. Se nos morían muchos y los que no quedaban con secuelas graves permanentes y ahora, gracias a esta plataforma, logramos tratar a muchos a tiempo».
Gracias a un acuerdo con la empresa Brainomix, vinculada a la Universidad de Oxford, s e ha incorporado al CATI la herramienta 'e-Stroke Suite', un software de inteligencia artificial que evalúa las imágenes de pacientes con ictus e informa con claridad sobre el tejido cerebral dañado y la localización de la oclusión arterial, permitiendo una mejor interpretación de las imágenes entre los profesionales y agilizando la toma de decisiones en estos pacientes.

El CATI permite que todas las noches, incluso en Navidad y Fin de Año, haya un grupo de veinticinco neurólogos de guardia de los mejores hospitales andaluces que sólo se dedican a ictus, los cuales deciden el tratamiento y a dónde se envía a los pacientes para que le saquen el trombo, si es viable esa operación. « Este es otro de los grandes cambios porque estas terapias de reperfusión han sido muy revolucionarias y cambiaron para siempre el tratamiento del ictus. Antes, en muchos casos, se le daba una aspirina y se le dejaba porque no había nada que hacerle y ahora se trata, se abre la arteria y se cura en un significativo porcentaje de casos», explica el doctor Montaner.
Para practicar una terapia de perfusión (trombectomía) hace falta una tecnología muy avanzada y neurólogos muy capacitados no se dispone de ellos en todas las provincias de Andalucía . Hay seis centros de trombectomía en Andalucía y de los pacientes de Huelva se encargan en el de Sevilla y de los de Jaén en el de Córdoba. En el Virgen Macarena se han hecho este año más de 500 tromboectomías, «el centro que más ha hecho de toda España», destaca el jefe de Neurología del Virgen Macarena, desde el que se cubre una población de 2,5 millones de habitantes, pues incluye a Sevilla y Huelva. Soledad Pérez Sánchez, coordinadora de la Unidad de Ictus del Servicio de Neurología del Hospital Virgen Macarena, destaca que desde 2018 ha crecido un 40 por ciento el número de tromboectomías q ue se hacen en el hospital sevillano. «A nivel de terapias nos estamos poniendo a la par de Barcelona y Madrid», asegura.
Otro de los grandes avances registrados se refiere al tratamiento del Ataque Isquémico Transitorio (AIT), un episodio breve de isquemia cerebral de comienzo brusco que da lugar a síntomas neurológicos de duración habitualmente inferior a una hora. Se trata de una urgencia médica donde una atención rápida previene nuevos episodios, para lo cual el Virgen Macarena puso en marcha un protocolo novedoso denominado RUN-AIT, pionero en España, que cuenta con la participación de los servicios de Radiodiagnóstico, Urgencias y Neurología.
La sintomatología del AIT es igual que la del ictus (dificultades para hablar o entender, pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo o alteraciones de la coordinación o visión) aunque en estos casos los síntomas se resuelven en poco tiempo. « Estaríamos ante un ictus en aquellos pacientes en los que permanecen los síntomas, aunque éstos sean leves. El interés fundamental del AIT es que el riesgo de ictus es mayor en el primer año, sobre todo el primer mes y las primeras 48 horas», explica la doctora Pérez Sánchez.
Los neurólogos del Hospital Virgen Macarena, a donde llegan cada año unos seiscientos pacientes con ictus , explican que se trata de dar respuesta en las primeras 24 horas con un estudio completo de las causas que lo provocan, incluyendo resonancia y un manejo terapéutico personalizado enfocado en la prevención. «Es conocido que la administración de antiagregantes reduce el riesgo de un nuevo ictus y si éste se da, es de menor gravedad. Así cabe destacar dentro del protocolo y, como novedad, la administración de forma muy precoz de antiagregante s, incluso antes de disponer de las pruebas de imagen», explica esta neuróloga, que reconoce que «esto no se hacía antes en Urgencias y ahora sí hay un circuito rápido de tratamiento con resonancias magnéticas inmediatas y demás imágenes y los tratamos sobre la marcha».
El 90% de los ictus podrían evitarse con una adecuada prevención y control de los factores de riesgo vascular: hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia , obesidad, evitar la vida sedentaria, abandono del tabaco y el consumo de alcohol y también el control de enfermedades cardiacas previas.
Los ictus no respetan edades y se producen también en niños y bebés. No son frecuentes pero es la primera causa de daños cerebrales en esta franja de la población. El 20 por ciento de los ictus tienen causas genéticas. « Tenemos muchas familias en Sevilla que se heredan de los padres, es como una moneda en el aire, el 50 por ciento », destaca el jefe de Neurología del Virgen Macarena.
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