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El rincón de....

Rocío Lacave: «Escribo de lo bueno y lo malo. Lo bueno para potenciarlo y lo malo para superarlo»

Más de cincuenta mil personas interactúan con sus reflexiones en redes. Ha publicado con Arcopress el libro que las recoge: «Cumple tus sueños»

Rocío Lacave J.M. Serrano

Félix Machuca

Usted ya ha cumplido el sueño de publicar un libro. ¿Y ahora qué?

Ahora a por el segundo. Me siento satisfecha con el primero pero siempre hay que aspirar a más.

El libro lleva como subtítulo “Píldoras para endulzar la vida”. ¿Tanta amargura le llega de sus seguidores?

No, no, no me llega amargura. Me llegan ganas de encontrar esa dulzura, quizás por lo que hemos vivido, la gente tiene ganas de disfrutar y de cosas bonitas.

Una de las cosas que más me fascinan de las redes es la ausencia de pudor. La gente abre su corazón y enseña sus heridas a personas que ni siquiera le pone la cara…

Quizás es consecuencia de la rapidez en la que vivimos. Nos hemos acostumbrado a vivir lejos de la gente que queremos, que no vemos a diario y utilizamos las redes para hablar con ellos y ampliar los círculos de relaciones con gente que no conocemos.

Eso es: no las conocemos y nos desnudamos…

Quizás el medio es el mensaje. Las redes generan este tipo de relaciones.

En una de sus reflexiones le leo en su libro: “Quien abraza fuerte tiene la capacidad de encajar de nuevo las piezas que otros rompieron en el camino…” ¿La obligan a ser un consultorio sentimental?

Recibo mensajes que me piden escribir sobre ciertos temas y este es uno de ellos.

¿Sus seguidores de qué le piden que escriba?

Sobre la distancia física, las personas que se fueron, la idea de memoria selectiva y acordarnos solo de lo bueno. Sentimientos que todos compartimos.

Lo más extraño y extravagante en lo que le hayan pedido consejo ¿me lo puede decir?

La monición de entrada de una boda, palabras dirigidas a los novios antes de empezar la ceremonia. Flipé. Pero no lo hice.

¿Y lo más duro, lo más amargo?

En plena pandemia una chica me escribió muy afectada porque era Navidad, tenía unas ganas enormes de reunirse con la familia y no podía. Le escribí expresamente para ella y lo compartí con todos mis seguidores. Fue bonito.

En otra de sus reflexiones del libro se expresa así: “Quien no sabe mentir es mucho más feliz”. Y he pensado en los infelices que deben ser determinados políticos del momento ¿no le parece?

(Risas) Efectivamente. Mantener una mentira en el tiempo exige esfuerzo e inteligencia. Y no todos la tienen.

¿Le importaría colaborar con alguna sigla política?

No me gustaría. Lo que yo escribo va dirigido a todo el mundo. Independientemente de lo que cada uno piensa

¿Cuál es el perfil de sus seguidores?

Eminentemente femenino y transversal en la edad. De nacionalidad española y latinoamericana. Pero también hay hombres interesados en mis reflexiones.

¿Cultiva el buenismo, la moralina, la vida naif?

Yo no quiero que se me relacione con el optimismo vacío. Escribo de lo bueno y lo malo. Lo bueno para potenciarlo y lo malo para superarlo.

Me sorprende que, treinta años después, algunas de sus reflexiones en redes, me recuerdan a las que Jesús Quintero hacía en la madrugada de la radio española. La vida pasa pero los sentimientos son parecidos…

Son siempre los mismos. Lo que cambian son la formas de digerirlo y de transmitirlos.

Eso la convierte, quizás de forma ajena a su voluntad, en una especie de confesora de un supermercado espiritual. El Loco se agobiaba, a veces, con el feedback que le llegaba de sus oyentes…¿Y usted?

Siendo sincera, no. El tipo de mensajes que me llegan son de agradecimiento. Los otros mensajes menos optimistas son puntuales.

¿De las respuestas agrias, agresivas o detestables cómo se defiende?

Siendo yo. No hay ni trampa ni cartón. Si hay alguien que no comparte lo que escribo tiene libertad de irse. Agradeciéndole el tiempo que ha permanecido ahí.

Resulta curioso que esas respuestas fuera de tono se hayan dado, precisamente, con temas como el día de la Hispanidad.

Así es. Hay gente que solo quiere leer lo que piensa. Y cuando no lee lo que piensa se irrita. Sucede mucho en las redes sociales.

Todo esto comenzó hace unos ocho años con un blog que, ahora, ya no utiliza. Parece que caducó el tiempo de los blogs. ¿Pasará también con las redes?

Creo que surgirán nuevas redes sociales que serán diferentes a las que hoy conocemos. Esto va muy de prisa. Y los canales que utilizamos hoy caducarán. Los nuevos no tengo ni idea cómo serán. Pero serán.

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