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Curiosidades

El secreto que esconde la escultura de Aníbal González en la Plaza de España de Sevilla

Los autores de la estatua incluyeron un pequeño homenaje a sus hijos recién nacidos

La Plaza de España de Sevilla, un abrazo al mundo

Escultura del arquitecto Aníbal González en Plaza de España ABC

ANTONIO PERIÁÑEZ

En mayo del año 2011 se descubrió el homenaje al arquitecto sevillano Aníbal González en el mismo emplazamiento que lo convirtió en un mito de la arquitectura. Desde un posición privilegiada, la escultura de dos metros y medio contempla la obra cumbre de este artista que marcó durante décadas el estilo constructivo de toda una ciudad. Sin embargo, pocos sabían aquel día que los tres autores de la estatua habían escondido un secreto.

En la cultura norteamericana llaman un «Easter Egg», es decir, un huevo de pascua a cuando los autores de una obra, como una película, esconden mensajes con los que hacen referencia a cuestiones personales o vinculaciones de la propia historia. Eso mismo es lo que hicieron Manuel Nieto, Guillermo Plaza y Manuel Osuna cuando estaban diseñando la efigie.

«En un principio, pensamos en ponerle una especie de pin en la solapa de la chaqueta y a partir de ahí decidimos ponerle algo escondido para que la gente lo buscara. Finalmente, decidimos hacer un pequeño homenaje a nuestros hijos , porque en el transcurso de la realización de la escultura, los tres fuimos padres. Así que le pusimos tres manos, una por cada uno de nuestros hijos» explica Guillermo Plaza.

Obviamente, esta idea no estaba contemplada en el diseño presentado al Ayuntamiento de Sevilla y con el que ganaron el concurso público. Lo hicieron a escondidas, sin decir nada a nadie. Sólo se enteró el fundidor que estaba implicado en el proyecto.

Manuel Nieto y Guillermo Plaza en su estudio. ABC

«La verdad es que después de inaugurarse le contamos a los responsables del Ayuntamiento lo que habíamos hecho y les hizo mucha gracia. No obstante, las manos están tan escondidas, que se no altera el diseño o imagen de la escultura », añade Manuel Nieto.

Hay que tener en cuenta que la figura de Aníbal González se ubica en uno de los espacios más protegidos, desde el punto de vista a rtístico y patrimonial, de Sevilla y que, por tanto, cualquier acción debe estar sujeta a la supervisión pertinente. De hecho, el diseño fue pensado como una escultura de corte clásico, basada en la propia personalidad del arquitecto . Por ello, ese «huevo de pascua» debía hacerse de manera disimulada, imperceptible a simple vista.

Lo que no quieren revelar los tres autores es dónde se encuentran escondidas las tres manos de sus bebés. Sólo una pista, hay mirar bien lo que guarda en sus ropajes el autor de la Plaza de España .

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