El decreto de evaluación degrada a los docentes y acentúa las diferencias sociales

Según dicen, los profesores, lo que pretende la Administración con la nueva normativa es solucionar el elevado índice de repetición y de abandono escolar sin haber consultado previamente con el profesorado.

En este sentido, los profesores recuerdan que la repetición se considera una medida excepcional y que lo que propone el Ministerio para evitar la acumulación de repetidores la solución es que promocionen al curso siguiente «hagan lo que hagan». «Los alumnos pasarán de curso y recibirán el título porque eso es más barato que asignarles los recursos necesarios para atender sus necesidades», dice APIA.

Sobre el hecho de que se eliminen los exámenes extraordinarios ( los de recuperación) en la ESO, los profesores de instituto consideran que con ello «se les quita a los estudiantes» la oportunidad de aprobar por sus propios medios. De hecho, los docentes consideran que el Ministerio está «pasando la pelota» a los profesores, que se encontrarán en la tesitura «de llevar la contraria a la Administración o quitarse el problema de encima regalando aprobados y títulos». Por ello recuerdan que, si algún profesor no está de acuerdo, como la medida debe ser colegiada. «El discrepante será silenciado por la mayoría, algo con lo que la Administración ya cuenta», dicen.

Además los profesores consideran que estas medidas «acentúan la degradación» de la figura del profesor y su asignatura al eliminarles su valor en la evaluación. En este sentido, insisten en que en la obtención del título de la ESO, desaparece cualquier criterio objetivo y que sólo dependerá de la decisión del equipo docente, independientemente del número de asignaturas suspensas o aprobadas y cuestionan el hecho de que las facilidades para la obtención del título lleguen al Bachillerato permitiendo la titulación hasta con una asignatura suspensa.

APIA critica que el Gobierno no proporcione más recursos materiales de apoyo y refuerzo ya que el decreto no implica un incremento de dotaciones ni de retribuciones ni de otros gastos de personal e insiste en que la oportunidad de dar una educación de calidad queda «desmantelada» debido al deterioro del clima de enseñanza alentado por «la menor importancia de aprobar» y la despreocupación que esto provocará en una parte del alumnado.

Los profesores consideran que algunos centros, especialmente los privados y concertados «intentarán mantener» el nivel educativo para garantizar que «los hijos de la clase media española sigan llenando sus aulas». Sin embargo, otros centros de la educación pública quedarán «convertidos en guarderías».

«Las familias se encontrarán con que si tienes dinero, tendrás educación , ya sea para acudir a un privado/concertado o a uno público en una buena zona escolar. Para muchos estudiantes, la realidad será que si van a la pública, los entretendrán hasta que llegue el momento de pasar a ser mano de obra barata.