Sevilla
El juez ve indicios de delito en el desalojo de Pinillos y deja regresar a los okupas
Ordena a la Policía que investigue la forma de proceder de la empresa de desocupación que sacó a la fuerza a seis personas que viven en un bloque del histórico edificio

El desalojo a la fuerza de las personas que viven como okupas en varios pisos de un bloque del edificio Pinillos , en el distrito Nervión, está siendo investigado por un juez de Sevilla, que ha visto indicios de delito ... por parte de la empresa de desocupación que intervino el pasado jueves. En el auto firmado por el titular del juzgado de Instrucción nº 2 de Sevilla, el magistrado ordena a la Policía «que restaure a los denunciantes en la situación en la que estaban y si no es posible que les permitan recoger sus enseres ». La decisión judicial se acordó el mismo día del desalojo y ya por la noche, los seis afectados pudieron regresar a las viviendas que llevan años ocupadas.
Aquel día, varios miembros de la empresa Desalojo Exprés (DSKE) se presentaron en el número 13 de la calle Luis Cadarso para desalojar a la fuerza a las personas que residen allí. Según denunciaron los afectados en el juzgado, este personal de la firma DSKE los sacó de manera violenta de las casas, portando bates de béisbol y provocando destrozos en la finca. No había orden judicial ni tampoco comunicación previa de que tenían que abandonar los pisos. Estos testimonios son los que han motivado la apertura de diligencias previas . El juez ha ordenado a la Policía Nacional que indague en lo que ocurrió el pasado jueves.
La denuncia de los okupas se dirige contra la empresa de desocupación y la propietaria de los pisos, Maben Itálica, la última dueña de unas viviendas que con anterioridad habían estado en manos de una inmobiliaria que quebró y con posterioridad estuvieron bajo el control de un administrador concursa l. Tras la disolución de la anterior empresa propietaria, los pisos salieron a subasta .
La ocupación de parte del edificio Pinillos es uno de los problemas que lleva años arrastrando un edificio que goza de protección patrimonial por la singularidad de su construcción. Sin embargo, se encuentra en gran parte en avanzado estado de abandono . En este inmenso inmueble que coge toda una manzana de uno de los barrios con mejor renta per cápita de la ciudad, conviven varias realidades: vecinos dueños de sus pisos, inquilinos de renta antigua y okupas. El Ayuntamiento ha realizado en los últimos años varias batidas en la zona para eliminar los enganches ilegales de luz y agua . Los vecinos llevan años reclamando soluciones, sobre todo cuando se recrudeció el fenómeno de la ocupación de pisos que pasaron a manos de clanes rumanos y de personas llegadas de las Tres Mil Viviendas. Sospechaban entonces que desde la anterior propiedad se podría haber facilitado la llegada de esas familias para provocar que los dueños vendieran de una vez por todas sus pisos y dejar libre el camino para poder vender todo el inmueble.
Los okupas desalojados la semana pasada han contado con el apoyo de colectivos como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), que emitió un comunicado mostrando su «absoluto rechazo al recurso de la violencia como método para recuperar viviendas habitadas, máxime cuando se recurre a métodos gansteriles amparándolos en un supuesto derecho a la propiedad».
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