Sevilla
El perito judicial cifra el fraude del 'caso Marismas' en 14'8 millones de euros
Tras dos años de trabajo sobre el terreno, el informe pericial concluye que se desvió casi la mitad del coste
Esta prueba cierra ocho años de instrucción y confirma que las obras ejecutadas son inservibles

De los 41.845.240 euros que la Unión Europea destinó a las obras de modernización de las marismas del Guadalquivir s ituadas entre Dos Hermanas y Lebrija, los responsables del proyecto desviaron 14.880.474 . Casi la mitad. El informe pericial ... encargado por el juez de instrucción número 16 de Sevilla, Juan Gutiérrez Casillas, es muy rotundo y confirma todas las pesquisas llevadas a cabo por la Guardia Civil acerca del fraude en estas infraestructuras. Con él concluyen ocho años de instrucción de lo que se ha denominado «Caso Marismas». El juez decidió solicitar un estudio independiente al perito de la Universidad de Córdoba Francisco Taguas , que ha estado trabajando de manera detallada sobre el terreno para cruzar todos los datos y comprobar las certificaciones de obra, las facturaciones y la calidad de la ejecución de las infraestructuras que sí se han hecho. Y el resultado es demoledor. Se inflaron los costes por encima del 40 por ciento para justificar la subvención, razón por la que la Oficina Europea Antifraude ha abierto también una investigación para exigir la devolución del dinero.
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Según el informe que cierra una investigación judicial de casi una década, al que ha tenido acceso ABC, la certificación emitida «difiere respecto de la certificación comprobada en 14.880.474 euros» y la mayor parte del desvío se produjo en los movimientos de tierra. El documento firmado por el perito indica que «la diferencia en ejecución material correspondiente a la certificación número 39 menos la certificación a precios tras adjudicación asciende a 7.772.008 euros» y «de esa diferencia, un importe de 7.003.668 euros, con un 90 por ciento de la total, corresponden al alza exclusivamente de los precios de los movimientos de tierras de las balsas y a los movimientos de tierras y tuberías de la red de riego».
La mayor parte de los desvíos se produjeron en los movimientos de tierras, según destaca el perito en su informe
También se han detectado «diferencias por valoración nula en la certificación 39 comprobada, debido a unidades de obra ejecutadas que no se ajustan a la descripción de la unidad de obra aprobada en el presupuesto por importe de 2.860.115 euros». Esto demuestra que se llevaron a cabo obras a sabiendas de que eran inútiles con el único fin de justificar la subvención europea. Por lo tanto, el fraude no sólo afecta al dinero desviado, sino a la estafa constructiva que supuso el proyecto de modernización solicitado por la Comunidad de Regantes del Guadalquivir, ya que el dinero que sí se usó en los trabajos también se ha perdido porque el resultado final es una obra inservible que se hizo como mera coartada para acceder a los fondos.
La clave está en que era la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía la encargada de dar el visto bueno a las certificaciones para obtener las ayudas europeas aprobadas y desde este departamento público se validaron de manera sucesiva los justificantes falsos. Por esta razón están siendo investigados los agricultores que pidieron la subvención, varios miembros de la UTE que ganó el concurso y responsables de la Junta como el socialista José Luis Sánchez Teruel . En total hay 21 personas imputadas en el caso y el informe pericial las sitúa en una posición muy comprometida, ya que se enumeran irregularidades como que los avales de la obra fueron «constituidos con posterioridad a la fecha contable» o que «en relación a la red terciaria ejecutada existe una diferencia de 2.063.852 euros que este perito judicial ha considerado como exceso de obra no subvencionable», entre otras muchas cosas.
El caso se cierra con 21 personas investigadas y la Oficina Europea Antifraude exigiendo responsabilidades
El perito también incide en que « existen errores en las mediciones de la última certificación emitida que pueden ser provenientes, en algunos casos, de las mediciones , y en otros, son atribuibles a la propia medición de dicha certificación». Estos errores abocaron al experto designado por el juzgado a la «comprobación de las mediciones finales incluidas en la certificación a partir de sus planos» y además aclara que la «valoración de la obra ejecutada se realiza independientemente de la falta de finalización y remates de las unidades de obra presupuestadas y certificadas según los casos; daños y desperfectos , por esta falta de finalización o debidos al diseño o indefinición en los proyectos y/o mala ejecución, pendientes de reparación (sobre todo los ramales reflotados , fosos inundados…); robos, hurtos; y el estado de deterioro y abandono de las obras tras el paso de los años». Es decir, no sólo se produjeron irregularidades en la justificación del gasto para obtener los fondos europeos, tampoco se ejecutaron las obras correctamente, lo que ha impedido su puesta en marcha a pesar la inversión millonaria. Y por si esto no fuera suficiente, desde que las obras se pararon en 2010, los trabajos que sí están bien hechos se han atrofiado o han sufrido robos , por lo que para recuperar hoy el dinero invertido habría prácticamente que empezar de cero. El resultado es un desastre en el regadío de las marismas, que mantiene el sistema de hace un siglo, y 21 investigados por fraude.
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