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juan ignacio zoido

«Me temo que habrá sorpresas muy desagradables, pero todo se sabrá»

Tras dar la campanada de la mayor victoria electoral en una plaza política clave como el Ayuntamiento de Sevilla, ha llegado su hora. Hoy empieza a gobernar

«Me temo que habrá sorpresas muy desagradables, pero todo se sabrá» raúl doblado

JUAN J. BORRERO

—¿Cuando creyó verdaderamente que viviría este primer día como alcalde Sevilla?

—Hace cuatro años, cuando empezamos a trabajar en la oposición después de ganar las elecciones con la misma ilusión.

—¿Hay que tener mucho valor para presentarse a alcalde en estas circunstancias de crisis?

—Hay que tener mucha ilusión. Yo le pierdo dinero al cargo de alcalde, pero soy inmensamente feliz y no habrá horas en el día que no se las dedique a mejorar Sevilla.

—Ha preferido una transición sin ruido, mientras su partido ha denunciado ilegalidades en el traspaso de poderes en distintas comunidades y ayuntamientos, una transición tranquila a pesar de que el Gobierno en funciones ha reconocido cantidades ingentes de deuda, ha realizado adjudicaciones millonarias y colocado a personal. Usted ha permanecido callado, ¿a que viene ese buenismo, esa comprensión? ¿es una estrategia calculada?

—Yo creo en los traspasos tranquilos y normales, pero mucho me temo que nos vamos a encontrar con sorpresas muy desagradables, en cuyo caso serán de conocimiento de la opinión pública. Porque no vamos a callar nada, voy a gobernar la ciudad con una obsesión: la transparencia en la gestión y todo aquello que nos encontremos será hecho público. Lo que se haya hecho bien así se dirá y lo que se haya hecho mal también se resaltará

—Usted ha dicho que se iban a levantar las alfombras, pero también que se abrirían las ventanas ¿no entrará un viento de conveniencia que se lleve lo que haya debajo de las alfombras y no nos enteremos?

—He dado muestras de seriedad en los últimos años. Hemos peleado para conocer todo lo que sucedía en el Ayuntamiento y cuando hemos encontrado algo que creíamos ilícito lo hemos llevado a los tribunales y no son decisiones agradables. La obligación al tener conocimiento de supuestos hechos delictivos es ponerlos en conocimiento de la autoridad judicial, como hemos hecho. Que los ciudadanos estén tranquilos del aire nuevo que va a entrar en el Ayuntamiento, investigaremos hasta el final y no se va a ocultar nada.

—¿Cómo piensa realizar la fiscalización de la gestión del Ayuntamiento que recibe una vez que ha tomado posesión?

—El interventor nos hará entrega en primer lugar de la liquidación del Presupuesto del Ayuntamiento sus organismos autónomos y sociedades y en cada una de las sociedades y organismos autónomos llevaremos a cabo una auditoría para comprobar el estado real al día concreto de la situación y procederemos a solicitar las auditorias de gestión al objeto de saber cómo y de qué manera se han gobernado.

—La oposición ha dejado claro que será implacable, ¿lo esperaba?

-Yo quiero que haya una oposición implacable. Lo que sí le pido que hay intereses generales de los sevillanos que tienen que quedarse a un lado. Y desde el primer momento, como he hecho en mi investidura, les tiendo la mano para que defiendan con independencia de su ideología todo aquello que sea bueno para Sevilla.

—¿Renunciará a alguna medida para evitar que le tachen de revanchista?

—No. Yo no soy revanchista. Ni lo soy en el plano personal ni tampoco en el plano político. Pero me he presentado con un programa político que ha tenido un amplísimo respaldo en las últimas elecciones y me voy a ajustar a lo comprometido en ese proyecto. Sin embargo, pienso escuchar a todo el mundo. No sólo a los partidos políticos, sino a la ciudadanía. Antes de actuar fomentaré el diálogo, tomada la decisión se explicará y seré firme a la hora de ejecutarla.

—¿Así revisará la licencia de la Torre Pelli?

—He dicho que la licencia tiene que ser ejemplar, modélica. No puede quedar ni un atisbo de duda de que cumple con todas los requisitos de la ley y que no va a resultar perjudicial a los intereses patrimoniales de la ciudad.

—¿Y el Plan Centro?

—Llevo meses diciendo que si era alcalde se derogaría en el primer Pleno ordinario. Ya he encargado que se hagan las modificaciones de la ordenanza para que se pueda cumplir una medida, comprometida en su día, incluida en el programa y avalada con su voto por 166.000 sevillanos.

—¿Y así eliminará la Fundación DeSevilla?

—Absolutamente. Está en causa de disolución Y me temo que nos quedan muchas sorpresas que ver en esa fundación.

—¿En cuanto a organismos autónomos, cuáles eliminará?

—Hay algunas fundaciones que se agruparán, pues no tiene sentido que actúen de forma autónoma. Pienso que con que haya dos fundaciones en Sevilla con un contenido altamente profesional y que tengan una amplia representación de la sociedad civil, con menos políticos, basta. La idea es contar con dos fundaciones: una que investigará nuevos mercados y oportunidades para Sevilla, donde poder desarrollar las inquietudes para la ciudad de su sociedad civil. La segunda será la Fundación Alberto Jiménez-Becerril que permanecerá para salvaguardar la memoria y los valores de Alberto y Ascen.

—¿En qué espacio ideológico de la derecha se encuentra Zoido?

—En la defensa de los intereses de todos los sevillanos. Soy un liberal profundamente convencido, con un pensamiento social comprometido con los más necesitados. En definitiva, con los valores en los que me educaron y en los que cada día confío para fortalecer mi espíritu.

—Le hacía la pregunta porque su antecesor, Alfredo Sánchez Monteseirín, le sitúa en lo que denomina la «derecha extrema», en una especie de liderazgo de un sector de la derecha heredera de los golpistas, racista y xenófoba ¿Qué le inspira esa declaración?

—Me da pena que una persona que ha sido alcalde de Sevilla sea capaz de descalificar de esa manera, sin motivo, sin base, sin causa. Que le haya ganado dos elecciones no puede ser causa para descalificar. Respeto a todo el mundo, a todos los credos, todas las lenguas y como no puede ser de otra forma a todas las razas. Me enseñaron y me educaron en el respeto a los demás, en el sacrificio y en el esfuerzo como valores para crecer y en el cumplimiento de la palabra dada, como instrumento de transmitir confianza.

—¿Echó de menos ayer a Monteseirín en su toma de posesión?

—No, porque ya había anunciado que no iría. Creo que quien ha sido alcalde durante doce años debería tener un poco más de respeto por las instituciones en las que ha estado. Son los sevillanos a los que representa. Hay que saber llegar pero tan importante es saber irse.

—Los resultados del 22-M le hicieron todavía más popular. ¿Cuántos amigos le surgieron aquella noche?

—Como no puedo dejar de ser sincero, le diré que sigo teniendo los mismos amigos, pero es cierto que tengo un mayor número de personas que dicen ser amigos mios. Para mí eso es anecdótico. Me voy a dedicar en cuerpo y alma a todos los sevillanos, sean amigos o no, me hayan votado o no, y tengan la misma forma de pensar que yo o no.

—¿A quién le preocupa más defraudar, teniendo en cuenta la responsabilidad que le otorga esta amplísima mayoría?

—Me da miedo defraudar a todo el mundo, a los que confiaron en mí hace cuatro años y, a pesar de la dificultad del momento, a aquellos que sin coincidir ideológicamente han confiado en mí para sacar adelante Sevilla.

—Su gobierno, defínalo.

—Un gobierno no para contentar a un partido sino un grupo de personas serias para gobernar Sevilla cada una desde sus conocimientos, experiencias y capacidades.

—¿Tiene decidido el resto del organigrama?

—Esta semana se conocerá.

—¿Será muy diferente al que había hasta ahora?

—Al objeto de ser eficaces durante el proceso de transferencias utilizaremos el mismo modelo que tienen actualmente y a medida de que tengamos las auditorías de gestión tomaremos el camino mas conveniente para buscar eficacia y eficiencia desde cada una de las empresas reduciendo los gastos de las mismas. Habrá como hasta ahora un gerente que coordinará todas las empresas municipales.

—Ha dicho que no habrá aumento de sueldo ¿lo mantiene?

—Habrá bajada de los mayores sueldos del Ayuntamiento.

—Usted reconoce que pierde dinero en la política. ¿Cómo ha trasladado este mensaje a quienes ha fichado y perderán dinero en relación al que ganaban en su actividad privada?

—Todos pierden dinero. Se lo he dicho a la cara y aunque es difícil de entender les he explicado las circunstancias y me he encontrado en ellos un total compromiso. Es lo que hay y así les contaremos a los sevillanos que el alcalde y los concejales son de los que menos ganan de los cargos de responsabilidad del Ayuntamiento, pero a la política no se puede venir a ganar dinero, sino a servir, el que venga a la política a vivir bien se ha equivocado. Ser un buen alcalde y querer vivir bien es una equivocación. Es verdad que los sueldos están muy por debajo de los que se cobra en otras capitales, pero hoy por hoy las circunstancias son estas y hay que asumirlas.

—¿Esta será la bandera para aplicar el duro plan de austeridad que anunció durante la campaña?

—El plan de austeridad estará en la reducción de muchos altos cargos, en la reducción del sueldo de algunos altos cargos, eliminación de coches oficiales y de todo tipo de gastos no necesarios para el funcionamiento de la ciudad. Los gastos de propaganda desaparecerán todos, no va a quedar ni un gasto de propaganda y los de publicidad quedarán para publicitar los servicios públicos.

—¿Sabe cuántos laborales y cargos de confianza sobran en el Ayuntamiento?

—A lo largo de esta semana se concretarán. Le puedo decir que desde luego sobran bastantes puestos.

—Eso obligará a emplear dinero en despidos e indemnizaciones ¿cree que va a estar justificado este gasto?

—Nosotros tomaremos siempre este tipo de decisiones con el apoyo de los informes jurídicos y siempre que no se produzca perjuicio patrimonial para el Ayuntamiento de Sevilla. Es decir, lo contrario que se ha venido haciendo en los últimos años.

—¿La situación está como para solicitar un ERE?

—No. La situación no pasa por un expediente de regulación de empleo. Todos los funcionarios de carrera tendrán su sitio, van a recuperar el protagonismo que deben tener. Voy a apostar por los funcionarios de carrera.

-El 23 de mayo usted desayunó con el tendero de Su Eminencia ¿Tendrá que abandonar ahora esa forma de hacer política en la calle que ha desarrollado en la oposición?

—El alcalde tiene una agenda como la tiene el portavoz de la oposición. Yo he tenido muchas horas de despacho en estos últimos cuatro años, supervisando proyectos, reuniones con comité de empresa y he tenido que desarrollar mi actividad como parlamentario para pedir allí cosas que se le deben a Sevilla y eso no está reñido en absoluto para también estar en la calle con los vecinos mirándoles a los ojos para saber cuáles son los problemas de verdad, compartiendo sus problemas y buscando las soluciones de forma conjunta. Eso lo tiene que hacer un alcalde, y el día que se pierde la calle se pierde el contacto con la realidad.

—¿Seguirá en el Parlamento?

—De momento puedo ser útil a Sevilla en el Parlamento, porque creo que hay muchas cosas que le debe la Junta de Andalucía a Sevilla y yo voy a ser ese alcalde reivindicativo que desde la lealtad institucional no va a bajar la guardia y permanecer callado ante la deuda que se tiene contraída con los sevillanos.

—Al menos, el consejero está dispuesto a escuchar su proyecto de Ciudad de la Justicia.

—Se lo explicaré, como haré con la consejera de Obras Públicas sobre el proyecto de Metro. Lo único que pide el PP y que suscribí en las alegaciones es que no queremos un metro que no sea subterráneo. Aunque estemos en una época de crisis tenemos que diseñar un metro moderno porque tiene que dar respuesta a las próximas generaciones. Jamás le he puesto a la Junta una fecha de comienzo y terminación de la red, lo que sí quiero es se haga bien. Sevilla no puede aguantar más improvisaciones.

—¡Qué difícil se lo está poniendo a Javier Arenas!

—Esto lo sabe Javier Arenas que tuvo oportunidad en Madrid de conocer por el propio Alberto Ruiz Gallardón, el alcalde que más kilómetros ha construido de metro, que el proyecto de Sevilla tiene el aval de su equipo de metro de Madrid.

—Las ocho capitales andaluzas tiene alcaldes del PP ¿nos es una oportunidad para sacar adelante definitivamente una ley de capitalidad para Sevilla?

—Voy a defender con absoluta lealtad y respeto hacia todos la capitalidad de Sevilla como tenemos comprometido y creo que será avalado por todos los alcaldes de capitales andaluzas porque esta iniciativa no va contra nadie.

—¿Se ha dado cuenta de las obras que en el primer año de mandato va a poder inaugurar porque su antecesor no fue capaz de terminar?

—No he pensado en eso. Lo que estoy pensando es en la cantidad de cosas que tengo que hacer para mejorar las condiciones de vida de los sevillanos, el poco dinero que voy a tener y la necesidad de agudizar el ingenio que tenemos que desarrollar todo el equipo, las inauguraciones que las hagan otros. Una cosa que tengo claro es que las obras no se pueden convertir en una pesadilla para los ciudadanos, están diseñadas para hacerlas en un tiempo, con un presupuesto concreto y en un plazo, y para mejorar las condiciones de vida de los sevillanos.

—Con tanta ruina será difícil poner en marcha proyectos singulares sin la iniciativa privada ¿no confía mucho en esta tabla de salvación?

—Va a ser difícil poner proyectos en marcha, pero lo vamos hacer. También consiguiendo fondos europeos y porque estoy convencido de que vamos a ganarnos la confianza de la inversión privada.

—Usted, no obstante, y así lo resaltaba en su discurso de investidura, vincula el desarrollo no sólo a la economía sino también al talento ¿cómo se cultiva el talento?

-Sevilla es la ciudad del talento y como tal tenemos que venderla hacerla referencia. Tenemos que ser además capaces de captar talento de fuera y fidelizarlo en nuestra ciudad. Quiero que Sevilla, que es mundialmente conocida por nuestras costumbres y patrimonio, sea igualmente referente en energías renovables, porque lo somos con empresas líderes a nivel internacional, como Abengoa, porque tenemos magníficas empresas en I+D, magníficas ingenierías y porque estamos en disposición de ser una referencia mundial en industria agroalimentaria. Que todo el mundo sepa que en Sevilla hay talento y que está a disposición del cremcimiento de la ciudad, para relanzarla como marca y para generar riqueza.

—¿Para aglutinar talento hay que tener pocos prejuicios y complejos?

—No vamos a tener ninguno. En la Universidad y en la empresa privada lo tenemos y vamos brindarles apoyo institucional para que saquen todo lo que tiene dentro sin complejos y con igualdad de oportunidades. En Sevilla se han primado mucho los intereses de partido sobre los intereses generales. No me canso de decir que desde el 22 de mayo el único carné válido en Sevilla va a ser el de indentidad. No voy a preguntarle a nadie de dónde viene sino adónde quiere ir y si quiere trabajar por y para Sevilla defendiendo los intereses generales de los sevillanos tendrá un sitio privilegiado en la ciudad donde poder hacerlo, el Ayuntamiento tiene que ser su colaborador, su cómplice, porque es el responsable de crear el clima adecuado para captar la inversión, sin trabas, sin desconfianza, sin inseguridad jurídica y máximo respeto al cumplimiento de la ley, certidumbre en las decisiones y firmeza a la hora de la resolución de los proyectos. Vamos a invertir la tendencia que hasta ahora ha imperado en Sevilla: menos partido y más sociedad civil; menos afiliados a los partidos y más talento que desarrollar nuestra sociedad.

—Hablando de complejos y prejuicios.. Hay a quien le molesta que usted vaya a dar las gracias por el resultado electoral a la basílica de la Macarena y difunda la foto del acto ¿Cree que debe ocultarlo?

-No me he ocultado nunca. Soy católico y lo que tiene que saber todo sevillano es que fui a la Macarena porque tengo recuerdos imborrables, soy hermano de la Macarena, pero no sólo a la Macarena. Di las gracias a cantidad de advocaciones cuando me supe en la responsabilidad de ser alcalde de Sevilla: a la Esperanza de Triana, al Cachorro, la Virgen de los Estudiantes, donde mi hijo es costalero; estaba el Señor de las Tres Caídas, de la que soy hermano; estaba el Señor de la Buena Muerte, el Cristo de San Bernarndo, y el del Cerro, al que no puedo de verlo bajo la lluvia de aquel año... todas estas Imágenes pasaban por mi mente y les pedía que me dieran fuerza para abordar el gran reto que tengo por delante. La ilusión es mía pero pedía que me dieran la fuerza para poder desarollarla. No me avergüenzo de ser católico y es un comportamiento normal por mi parte. No hay que pedir permiso, no me he ocultado nunca y soy totalmente respetuoso con otros credos y con las personas que no creen. Sin la fe en la que me educaron no sé que hubiera sido de mí cuando me enfrenté a la mayor tragedia de mi vida.

—¿Cómo le gustaría ser recordado como alcalde de Sevilla?

—Como una persona que vino a trabajar para todos los sevillanos.

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