Hazte premium Hazte premium

TRIBUNALES

El testimonio clave del crimen del parque: «Eso eran pruebas y no se podían dejar. Había que recogerlas»

Carmen Moreno, limpiadora en el parque de María Luisa, rescató las pruebas donde se encontró el ADN del acusado

El acusado se tapa el rostro el día que fue detenido y trasladado a los juzgados ABC

SILVIA TUBIO

Un error policial pudo complicar la identificación del presunto autor de la brutal violación del parque de María Luisa . El ADN de Francisco Morillo apareció en unos pañuelos de papel impregnados de sangre de la víctima. Esas muestras no fueron recogidas en un primer momento por la Policía Científica sino por una limpiadora del parque , Carmen Moreno, a quien no se le pasó por alto que «aquello eran pruebas y que no se podían dejar» .

Así lo ha declarado este martes en el juicio que sienta en el banquillo a Francisco, quien se enfrenta a la prisión permanente revisable . Es la primera vez que la Fiscalía solicita esta pena en una sala de vistas de Sevilla.

Carmen Moreno ha prestado declaración junto a sus compañeros de cuadrilla y el capataz que dirige los trabajos. Éste último ha relatado cómo la Policía determinó en un primer momento que la muerte de la víctima, una joven de 32 años , de nombre Sara y cuyo cuerpo apareció en un banco cerca de la glorieta de Juanita Reina, había sido un suicidio . «Le encontraron una carta en el bolso y la leyeron allí. Cuando terminaron nos dijeron que limpiáramos todo».

A esa primera conclusión errónea llegó la Policía cuando comprobó que la joven había enviado un mensaje de despedida por el móvil a sus amigos y que además llevaba en su bolso un bote de barbitúricos. No le llamó la atención entonces que junto al cadáver hubiera papeles llenos de sangre o que los pantalones de la víctima estuvieran también manchados. Al menos eso fue lo que vieron los trabajadores que descubrieron el cuerpo nada más abrir el recinto e iniciar las tareas de limpieza.

El lunes, cuando declaró el jefe de la investigación, este agente aseguró que esos rastos de sangre podían ser compatibles con los restos de una menstruación o de un aborto .

«¿Seguro que hay que limpiar todo eso?»

«Nos dijeron que quitáramos los restos de sangre del albero y del banco, que baldearamos. A mi me sorprendió ¿seguro que hay que limpiar todo esto?, se preguntó extrañado el capataz Miguel Ánguel Guerra , que lleva 25 años desempeñando ese puesto en el parque. Y al recibir la respuesta afirmativa de la Policía, dio la orden a la cuadrilla.

Carmen Moreno, gran amante de la serie de ficción «CSI» como contaría a los medios que reprodujeron su acción días después del crimen, asegura que tomó una bolsa de plástico con la que se protegió una mano y fue recogiendo «uno a uno» los papeles. «Había muchos cuajarones en el suelo. También había compresas y salvaslip junto a los pañuelos. Eso eran pruebas y no se podía dejar ahí. Eso había que recogerlo». La trabajadora dice que lo metió todo en una bolsa, le hizo un nudo y lo dejó a los compañeros para que lo depositaran en el vehículo que traslada la basura a un contenedor.

La Policía defiende que la cadena de custodia no se rompió y que los restos biológicos no se contaminaron

La Policía sostiene que a la hora del hallazgo del cuerpo de Sara se descartó la hipótesis del suicidio . El forense alertó de que la joven presentaba unas brutales lesiones internas y que probablemente había fallecido desangrada. Para entonces la bolsa con los restos biológicos estaba en un contenedor.

Los agentes que han prestado declaración en el juicio defienden que la cadena de custodia de las pruebas no se rompió en ningún momento porque la bolsa donde Carmen guardó los papeles manchados de sangre la rescataron del contenedor y seguía cerrada .

Sin embargo, la defensa está explotando esa vía, la única quizás que tiene en el juicio para intentar generar duda en el tribunal. Así todas las preguntas del letrado de Francisco iban dirigidas a cuestionar si la bolsa que empleó Carmen era reutilizable o si el plástico que usó de guante procedía de la basura. Carmen ha admitido que era una bolsita «típica de los chiquillos para los bocadillos».

No era una chica desinhibida

El padre y la hermana de Sara testificaron a petición de la defensa, que quiere demostrar que el suicidio pudo ser la causa del trágico desenlace. Ambos admitieron que la víctima estaba atravesando un momento complicado. «Estaba muy estresada por el trabajo y cansada», describía la hermana. Su padre admitió que en la adolescencia Sara había tenido un par de intentos de autolisis: «Mi hija tenía ataques de ansiedad». Pero en la familia no creen que aquella noche en el parque quisiera acabar con su vida . «Habíamos hecho planes para hacer este verano el camino de Santiago».

Su hermana también confirmó que Sara era bisexual, que le atraían más las mujeres. Una de las agentes de Policía que indagó en su círculo más íntimo completó el perfil psicológico de la víctima: «Había tenido un novio durante la carrera pero no consta que tuviera relaciones sexuales. No era una chica desinhibida ».

La acusación particular subrayaba en sus preguntas esa descripción que hacía la familia y la Policía de Sara. No era una chica desinhibida y le gustaban las mujeres. Algo incompatible con la versión que había ofrecido el acusado. Francisco dijo en la primera jornada que fue la víctima quien le propuso practicar sexo en el parque.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación