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Objetivo Sevilla

Los yihadistas de Sevilla: una radicalización invisible y a distancia

La Fiscalía recurre la puesta en libertad de Salah Eddine T. M., el segundo detenido por su presunta implicación en una célula en ciernes que pretendía atentar en la capital

Silvia Tubio

Sevilla ha dejado de ser un territorio hipotético en el que podría actuar el terrorismo yihadista para ser el escenario elegido por un grupo de jóvenes que estarían dando los primeros pasos para conformar una célula con capacidad de atentar en la capital hispalense. La investigación que desarrolla en estos momentos la Comisaría General de Información y que ha supuesto, por ahora, la detención de dos universitarios, ha servido para confirmar los temores que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad albergaban desde que se elevó el nivel 4 de alerta terrorista en el país en junio de 2015, después de varios ataques a Francia, Túnez y Kuwait.

Es la primera vez que se producen detenciones vinculadas al yihadismo en Sevilla. Desde que se incrementó el nivel de seguridad en el país por la amenaza de sufrir un ataque, la inteligencia española y los servicios de información han vigilado de cerca fechas señaladas en el calendario cristiano, monumentos con gran afluencia de público e infraestructuras sensibles.

En la Semana Santa de 2017 se ordenó la instalación de maceteros y bolardos en puntos estratégicos de la capital por donde pasan procesiones. Se pretendía evitar réplicas de ataques en los que el terrorista había dirigido un vehículo contra una masa humana como había ocurrido meses antes en Berlin. Las Fuerzas de Seguridad se negaban a ofrecer datos sobre los dispositivos por razones lógicas de seguridad , pero al ciudadano de pie no se le escapaba el aumento de la presencia policial en la calle.

El viaje: Salah Eddine viajó a Marruecos en abril con su compañero El Bouhdidi, quien fue apresado allí. Él sí pudo regresar a España donde fue detenido

La operación que se viene desarrollando hace unos meses en la capital andaluza está revelando los planes de un joven vecino del barrio de La Plata , que habría contactado a principios de año con el Estado Islámico (EI). Zouhair El Bouhdidi, de 23 años, recibió órdenes de conformar una célula y definir cuáles iban a ser sus objetivos, desaconsejando actuar como un lobo solitario. La estrategia no es otra que obtener la mayor repercusión posible con el ataque y sumar más víctimas a la campaña de terror.

Esos contactos a través de la red social Telegram , sus consultas acerca de cómo elaborar explosivos e incluso alardear de sus intenciones en foros yihadistas son pruebas que pesan en su contra y que le han llevado a una prisión de Marruecos . Si bien, la confesión ha sido clave para el avance de las pesquisas.

El Bouhdidi, que fue apresado el pasado 9 de abril en Casablanca, confesó su intención de inmolarse durante la Semana Santa de Sevilla a la Policía marroquí . El Viernes Santo, los servicios de seguridad alauita lo presentaban ante la Fiscalía General del Tribunal de Apelación de Rabat , encargado de los casos de terrorismo. Después fue trasladadao a la cárcel de Salé , cercana a Rabat, donde se encuentra en estos momentos preso. Los cargos que pesan sobre él son los de intregación en banda criminal, preparar la comisión de un atentado, apología, incitación a otros a incorporarse a una organización terrorista y propaganda de esta organización.

El riesgo: Esta vía de reclutamiento a través de redes sociales permite a la organización terrorista captar a posibles muyahidines en cualquier punto del mundo

Además dio el nombre de varias personas con las que habría ya intercambiado información sobre sus planes. Uno de esos nombres fue el de Salah Eddine T. M. , de 21 años, amigo suyo y compañero de universidad. La detención de este joven, adelantada este jueves por ABC de Sevilla, no es la única que esperan cerrar los investigadores, que siguen desentrañando una célula en estado embrionario .

Este segundo sospechoso, según fuentes de la lucha antiterrorista, viajó a Marruecos junto a El Bouhdidi en abril. Según la familia de éste, que niega la vinculación del joven universitario con la yihad, el motivo del viaje era por estudios. A diferencia de su compañero, Salah Eddine T. M. sí salió sin problemas del país alauíta y regresó a Sevilla en plena Semana Santa. Que se filtrara la noticia del arresto de El Bouhdidi sentó mal en el seno de la investigación porque se temía por el desarrollo de las pesquisas

El miércoles pasaba a disposición del juzgado central de Instrucción 4 de Sevilla y su titular José Luis Calama Teixeira lo ponía en libertad con cargos aunque acordaba una serie de medidas que restringen sus movimientos como la retirada del pasaporte y la prohibición expresa a salir del territorio nacional.

Una joven almonteña fue apresada en 2015 antes de que viajara a Siria para combatir ABC

La Fiscalía había pedido el ingreso en prisión y va a recurrir el auto del juez porque considera que hay indicios incriminatorios suficientes como los que habrían llevado a prisión preventiva en Marruecos a El Bouhdidi.

Ambos jóvenes comparten rasgos comunes y habrían iniciado el proceso de radicalización de manera invisible y a distancia. A través de internet se habría producido ese reclutamiento incipiente que habría alertado a los servicios de información españoles. El papel que están teniendo las redes sociales es fundamental no sólo para los cuerpos policiales que las rastrean sin descanso en busca de pistas; sino también es la vía por la que llega la organización terrorista del Estado Islámico a posibles muyahidines dispuestos a inmolarse por la causa y que están perfectamente instalados en territorio infiel.

58 detenciones en 2018

El perfil de los dos presuntos yihadistas detenidos responde al de unos universitarios, perfectamente integrados en Sevilla, que llevaban años residiendo en la ciudad y que de confirmarse los delitos por los que están siendo investigados, se habrían radicalizado en Sevilla sin que su entorno percibiera ninguna señal de alarma; lo que supone una dificultad añadida para los agentes que combaten esta lacra.

Su caso recuerda al de los integrantes de la célula de Ripoll, causante del último atentado yihadista en suelo español. Los doce integrantes eran hermanos y amigos de la infancia que seguían un estilo de vida muy alejado de la imagen creada en Occidente del radical islamista. Crecieron en familias perfectamente integradas en la localidad catalana. Jóvenes, deportistas, sin antecedentes, que también sufrieron un proceso rápido de radicalización. En esa investigación se señala a un imán, Abdelbaki Es Satty , que murió en la preparación de los atentados de las Ramblas, como responsable de dirigir a una pandilla de amigos que acabó causando una masacre.

El terrorismo yihadista dejó al menos 10.598 víctimas mortales en todo el mundo en 2018, según los datos del Anuario del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) . Los grupos talibanes fueron los terroristas más letales, provocando 2.493 muertes, y Europa fue escenario de seis atentados de inspiración yihadista, cuando en 2017 hubo 15.

En España, se practicaron 58 detenciones el año pasado, la cuarta cifra más elevada de toda la década, encabezada por los 102 arrestados de 2015. El 64% de los arrestados tenía nacionalidad marroquí.

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