Gregorio XVIII, la secta tiene papa
Tras la muerte del sucesor del fundador de la orden sectaria, los palmarianos ya tienen nuevo pastor

Tras las exequias de Manuel Alonso Corral, conocido entre sus feligreses como Pedro II, la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, ha nombrado al padre Sergio MarĂa, nuevo papa de la iglesia palmariana del cisma, con el nombre de Gregorio XVIII, despuĂ©s del cĂłnclave celebrado esta semana «sin fumata blanca» que ha trascendido los altos muros de la Alcaparrosa, Ăşltimo reducto de una congregaciĂłn sectaria que se desmorona, en una finca ubicada en las proximidades del Palmar de Troya.
D Pese al secretismo que caracteriza a esta orden tildada de «integrismo mariano», que ha roto cualquier relaciĂłn con el poblado vecino y tiene prohibido a hablar a sus miembros con los habitantes de la pedanĂa, tambiĂ©n se ha conocido que el nuevo «pontĂfice apĂłstata», que ejerciĂł de abogado, secretario de estado y fue mano derecha de Manuel Alonso Corral, ya ha encargado su sello papal, en cuyo cuño figura la imagen del Cristo de la Sábana Santa de TurĂn, segĂşn señalaron fuentes cercanas a la basĂlica. No obstante, la iglesia palmariana atraviesa una grave crisis interna, agudizada por los problemas financieros, (actualmente viven del dinero obtenido con la venta de sus inmuebles en Sevilla y de las donaciones e ingresos de los ancianos que cuidan), además de los constantes abandonos de fieles en un «éxodo» que, segĂşn los expertos, se ha ido incrementando, primero tras la muerte en 2005 del fundador de la Orden de la Santa Faz, el autoproclamado Gregorio XVII, «supremo
pontĂfice del fanatismo más grotesco», y posteriormente durante el mandato de su sucesor, Pedro II, que trajo consigo una fractura entre los palmarianos al conocer su nombramiento.
Del nuevo papa, ha trascendido que ya se estaba preparando para ejercer de máximo pontĂfice, desde la muerte de Clemente DomĂnguez (Gregorio XVII), y aunque Manuel Alonso (Pedro II) era el sucesor natural designado por el «tragicĂłmico y megalĂłmano vidente de la Alcaparrosa», el padre Sergio MarĂa, un levantino con fama de «agresivo» esperaba paciente la sucesiĂłn ante la grave enfermedad que padecĂa Alonso Corral, desde hacĂa varios años. Con el nuevo «antipapa», muchos señalan que se recrudecerán las normas, hasta ahora marcadas por un «estricto cĂłdigo de conducta».
La fundaciĂłn de la Orden sectaria de los Carmelitas de la Santa Faz surgiĂł tras las apariciones marianas en la finca La Alcaparrosa en 1968, donde cuatro niñas de el Palmar cogiendo flores, al parecer, se encontraron a la Virgen en un lentisco, lo que fue aprovechado por Clemente DomĂnguez, quien declarĂł tener «visiones mĂsticas», y por Manuel Alonso, su cerebro y confidente, para comprar aquel espacio rĂşstico en 1972 con un donativo de 16 millones de pesetas por parte de una anciana baronesa.
A partir de ese momento, la ascensiĂłn de Clemente en su «particular empresa eclesiástica» fue fulgurante, siendo ordenado obispo, en 1976, por el arzobispo vietnamita Ngo Dinh Thuc Pierre MartĂn. En 1978 afirmĂł haber tenido una visiĂłn sobrenatural que le ordenĂł autoproclamarse papa, a la muerte de Pablo VI. Restablece el rito tridentino de la misa a perpetuidad y ordena 24 cardenales. La iglesia palmariana proclama santos a Francisco Franco, JosĂ© Antonio Primo de Rivera, Carrero Blanco, Escrivá de Balaguer o don Pelayo, entre otros, y excomulga a los dirigentes de la iglesia catĂłlica.
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