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La maldición de las tuneladoras

La que hizo el metro se averió, la del AVE se suspendió y estas tienen futuro incierto

M.D.ALVARADO

La historia de las tuneladoras en Sevilla no habla de buena sintonía, sino de retrasos, averías y decisiones con marcha atrás.

La primera tuneladora que llegó a la capital hispalense también lo hizo, como la que atravesará el Guadalquivir, en barco. Fue la del metro. Aquella máquina fabricada en tierras canadienses se había construído, como las dos que deberían hacer los túneles bajo el Guadalquivir para la SE-40, expresamente para esa obra y teniendo en cuenta las especiales características del suelo sevillano. Llegó al puerto en septiembre de 2004 y como la de ahora se trasladó, por piezas, hasta el lugar en el que se montaría, en su caso los terrenos de la Feria, en Los Remedios.

Su montaje, y la ejecución del pozo de ataque, no permitió que empezara a trabajar hasta un año después y cuando lo hizo empezó a dar problemas que la mantuvieron parada durante semanas en República Argentina: un fallo en el montaje de las piezas le hacía perder aceite. Cuando se solventó ese problema y logró alcanzar la Plaza de Cuba un problema en el uso de las picas provocó un socavón e hizo necesario fabricar una nueva corona, lo que paró su avance de nuevo. Cuando cruzó el río, para lo que se habían tomado todas las precauciones posibles, sin problemas se pensó que todo discurriría bien hasta San Bernardo, pero entonces se produjo otro fallo que provocó un desvío en su trayectoria. La ejecución del segundo túnel fue mucho más rápida, pero, curioso, la Junta no se plantea usar tuneladora en la ejecución de la línea 3 de metro.

La siguiente tuneladora que tenía que haber llegado a Sevilla sería la del tren de alta velocidad. La Consejería de Obras Públicas había asumido el tramo entre Sevilla y Antequera del eje transversal ferroviario andaluz y eso incluía la ejecución de un túnel entre la estación de Santa Justa y el aeropuerto. La obra se adjudicó a finales de 2009 y entonces la adjudicataria ya tenía claro que la tuneladora que haría ese tubo, el doble más ancho que el del metro y que debería adecuarse también a las especiales características del suelo sevillano, sería alemana. Entonces se dijo que, una vez que se firmase el contrato, el topo estaría terminado en un año.

Los problemas económicos que empezaban a salir a la luz por esas fechas provocaron en primer lugar un retraso en el inicio de las obras que luego se supo que obedecía a otra cuestión de mucha más enjundia. A primeros de 2011, la Consejería de Obras Públicas anunciaba que debido a los recortes en inversiones se aplazaba la ejecución del tunel y se optaba por usar la bifurcación de Utrera para que el AVE que comunicará Sevilla y Málaga llegara a Santa Justa. La tuneladora alemana se quedó en suspenso.

En el caso del paso del Guadalquivir entre Dos Hermanas y Coria, acaba de llegar una de las dos tuneladoras que deben ejecutar los túneles, de la otra, de momento, no se sabe nada. Ahora se inicia el proceso de montaje, pero, de momento, a falta de un proyecto definido, se desconoce si empezará a funcionar y cuando lo hará.

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