La Universidad de Sevilla instaló en agosto cámaras de Inteligencia Artificial en aulas y bibliotecas
Profesores de Arquitectura, uno de los cuatro centros monitorizados, piden su retirada y acusan al Rectorado de ejercer de «gran hermano digital»
La Universidad de Sevilla lleva cinco años perdiendo alumnos mientras crecen en los centros adscritos

La Universidad de Sevilla ha instalado cámaras de grabación en las biblioteca y aulas de al menos cuatro centros o facultades, entre ellas las de las escuelas de Arquitectura e Ingeniería de la Edificación además de la facultad de Filología. La instalación de ese ... mecanismo, que permite la grabación de imágenes tanto de profesores como los alumnos no ha gustado a la comunidad educativa a la que, además no se consultó antes de poner en marcha esos equipos.
Concretamente lo que ha hecho según la Dirección General de Espacio Universitario es poner en marcha un programa de «Integración, operación, soporte y mantenimiento de sistema de monitorización de ocupación de espacios lectivos y de una plataforma para su gestión e integración con los espacios corporativos de la Universidad de Sevilla». Se trata de una instalación que fue aprobada por el consejo de dirección (un órgano más reducido que el consejo de gobierno) y que supuso que los sensores, unas pequeñas cámaras que se pueden apreciar en el techo de las aulas muy cerca de la pizarra, fueron instalados a finales de agosto y sin avisar previamente a los directores de los centros.
Se trata, según las explicaciones dadas por la Dirección de Espacio Universitario de la Hispalense, de una «prueba piloto» que pretende la mejora de la eficiencia energética así como la optimización del uso de espacios lectivos.
Es una «monitorización del uso de estos espacios a partir de sensores que indican el porcentaje de ocupación en el caso de los espacios docentes, o la ubicación de puestos libres en el caso de salas de estudio y bibliotecas.
Las dos funciones para las que se ha contratado este servicio es «la optimización del consumo energético y la ayuda a la planificación de espacios de la Universidad de Sevilla». Sin embargo, el sistema capta instantáneas aunque luego se procesen y se descarten. Según se insiste el tiempo de vida de la imagen es menor a un minuto y «las instantáneas se transmiten cada 5 minutos a los servidores, se procesan y destruyen« mientras que se almacena el dato del número de personas o la situación de ocupado/libre del puesto.
Contra la libertad de cátedra
Sin embargo la instalación de esas máquinas no ha gustado nada en Arquitectura, donde varios grupos de profesores del departamento de Proyectos Arquitectónicos encabezados por su directora Carmen Martínez Quesada llevaron el asunto a una reunión del departamento y expresaron su rechazo a lo que consideran una «medida unilateral de control» y pidieron la retirada de las cámaras tanto al director del centro como a la Dirección General de Espacio Universitario por 33 votos a favor, 2 en contra y 10 abstenciones.

Por ello hicieron un debate por un hecho que consideran que afectaba «de manera directa a su derecho a la salvaguarda de su propia imagen ya que no quedaba claro que la instalación no haga de cámara« y tuvieron que avisar, una vez iniciadas las clases a los estudiantes, quienes mostraron »signos de extrañeza«:
A esa protesta se unió otra carta firmada por otros 19 profesores del mismo centro enviada a la dirección de la Escuela en la que expresaban su «preocupación y perplejidad» no sólo por la instalación sino también por el hecho de que habían sido informados de ello con posterioridad a su puesta en funcionamiento del sistema
El aspecto que les preocupa a los profesores es la instalación de esas cámaras en las aulas, una intervención que consideran «ambigua». Además tachan de «invasiva» esa instalación que comparan con la que se incorporan a los vehículos no les parece oportuno. Sobre todo porque se trata de unas imágenes que, tal y como recuerdan, se quedan un tiempo «en la nube».
Además los profesores aseguran que los estudiantes y los profesores «deberían haber sido informados» antes del inicio de las clases de la existencia de esas cámaras por lo que insisten en que no les parece oportuna esa instalación de cámaras «sean del tipo que sea» ya que ello contribuye «a la idea de gran hermano digital» y que ello «atenta contra la privacidad y la libertad de cátedra» .
Además los profesores califican de «desproporcionado» el uso de ese sistema ya que creen que hay otros métodos para contabilizar el número de personas que están en un aula que sean «más sencillos, menos invasivos y más económicos». Igualmente ven «problemático» que esos datos sobre los alumnos y profesores los gestione una empresa privada ya que creen que se trata de una «privatización de lo público». Por todo ello solicitan a los responsables de la Universidad de Sevilla la retirada de las cámaras, una solicitud para la que aún esperan respuesta.
Ayer el decano de otro de los centros donde están esas cámaras, el de Filología, Javier Martos, dijo estar «a la espera de recibir información detallada« por parte de la Dirección General de Infraestructuras de la US, que es la promotora de esta acción.
Por su parte la directora de Ingeniería de la Edificación, Rosario Chaza, aseguró que en su escuela el sistema no está aún operativo mientras que desde el Rectorado aseguraron que los centros «tendrán la última palabra para decidir si se activa o no. Y quién decida apuntarse al proyecto se le seguirá instalando».
En este sentido aseguraron que el próximo día 28 habrá una reunión sobre el tema para que decidan, que la US lo tendrá activo en las salas de estudio para mediados de diciembre y que es un tema en el que están «divididos» ya que hay algunos que lo quieren y otros que no. Además recordaron que el sistema está en otras universidades públicas y privadas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete