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Ruta de las encinas milenarias en Almería
En la Sierra de los Filabres hay numerosos itinerarios para descubrir el pasado del bosque mediterráneo
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En el espacio vegetal más extenso de Almería, la Sierra de los Filabres, podemos descubrir el pasado del bosque mediterráneo. Las encinas milenarias fueron víctimas de la sobreexplotación de la zona, pero aún quedan algunas en pie para poder contemplar su gran porte.
Un paisaje de montaña, cruzado por caminos forestales que son ideales para la práctica del senderismo. El sendero que proponemos se inicia en el Marchal del Abogado, a unos nueve kilómetros de Serón. Aquí se pueden apreciar los vestigios de la encina milenaria conocida como 'Carrasca de La Poza', desaparecida en la nevada de principios del año 2020.
Junto con la encina de 'La Peana' fueron catalogadas como Monumento Natural por la Junta de Andalucía en abril de 2019 y ambas se incluyeron en el inventario de árboles y arboledas singulares de Andalucía. La ruta continúa por diferentes cortijadas, algunas de ellas ya abandonadas, para adentrarse en una senda dentro de un trozo autóctono de bosque mediterráneo de encinar con un variado sotobosque.
Aquí se ha recuperado el antiguo sendero por el que la gente iba del cortijo del Pocico al del Serbal. El camino va ascendiendo en altura hasta llegar a unos llanos y una pista desde donde se puede subir para ver la estrella de la corona de esta ruta, la encina de 'La Peana'.
Este árbol destaca por el tamaño de su fuste y las proporciones de su copa, que le confieren una estructura monumental a la vez que perfectamente equilibrada. Con una altura de 18,50 metros, un diámetro de 20 metros de copa y una proyección de esta de 301,59 metros cuadrados, presenta una cruz muy amplia formada por cuatro ramas maestras que se subdividen en una tracería, constituyendo una copa redondeada. Produce una gran cantidad de bellota dulce y su nombre local se debe a una gran peana de casi 15 metros de perímetro que presenta la base y que hace que esta actúa como un pedestal.
De vuelta al camino para acceder al pinar de repoblación se observan otras encinas de considerable tamaño hasta llegar a los Sapos. En el trayecto hasta la pedanía de La Loma, que mantiene la iglesia de San Miguel de finales del siglo XIX, se ubica la encina de 'Las Trébedes', muy conocida por sus tres patas.
Descendiendo este camino se llega al único cementerio que hay en toda la sierra. Por diferentes tramos empedrados se va descendiendo, pasando por barrancos hasta volver de nuevo al punto de partida, el Marchal.
Un buen plan para terminar la jornada es la visita al pueblo de Serón, de origen musulmán que cuenta con una estructura piramidal con calles estrechas y sinuosas. La localidad está presidida por su castillo nazarí del siglo XIII. Casas encaladas se descuelgan por la ladera creando un bello pintoresco paisaje.
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