Cicloturismo en el Guadiamar: ruta por la naturaleza y la historia a golpe de pedal

Este Corredor Verde, a las puertas de Doñana, ofrece senderos y caminos en los que poder disfrutar de una jornada saludable de cicloturismo en la provincia de Sevilla

Una de las opciones para disfrutar de este corredor verde es sobre una bicicleta ABC

Manuel J. Fernández

El Corredor Verde del Río Guadiamar es hoy una fuente rebosante de vida, «el río de príncipes», como lo llamaran los musulmanes y el último gran afluente del Guadalquivir. Nace cerca del municipio del Castillo de las Guardas, en Sierra Morena, y discurre por la cornisa del Aljarafe, entre tierras de cereal y olivo hasta adentrarse en las arenas y pinares de Doñana. Más abajo, en las inmediaciones de Aznalcázar, el bosque galería cobra gran fuerza alternando con marismas y cultivos de arroz. En su visita se disfruta de lo mejor de la naturaleza, la cultura y la historia en una escapada de fin de semana o en un día festivo.

Hay un Guadiamar para cada exploración y aventura. Así , el ciclismo, por ejemplo, es una actividad consolidada y popular en los caminos que rodean el curso de este río en toda su extensión, y particularmente en su tramo medio. Los senderos ideales para la práctica de este deporte son anchos , compartidos con el rodaje de turismos autorizados, y bordean el bosque de ribera, internándose en él alternativamente por breves tramos.

Además la suavidad de la pendiente y la calidad del pavimento permiten realizar cómodamente esta actividad, para que cada uno ponga su límite allí donde sus energías y las condiciones del entorno. En definitiva, el ciclismo aquí es fácil y natural.

En sus más de 70 kilómetros, el carril cicloturístico del Guadiamar , también apto para pie o caballo, muestra las diferencias y la diversidad de los tramos medio y bajo del río. En su tramo medio, el río pasea por la campiña del Aljarafe, por pueblos como Gerena y Huévar, donde aún se conservan termas y canteras romanas o iglesias medievales. En Aznalcázar, por su parte, están situados el Centro de Visitantes Guadiamar y el Jardín Botánico de Buitrago . También se disponen de dos áreas recreativas.

Según la velocidad, se pasarán bajo las ramas de los chopos o desfilarán los tallos de los carrizos en silencio. El sonido de la bicicleta sobre el árido se mezcla con el piar de las aves o el soplar del viento entre las ramas. En todo su trayecto hay presencia de una gran diversidad de aves, entre las que destacan el milano negro o el aguilucho cenizo. Y entre tanto el Guadiamar siempre está a un lado para proporcionar refresco a los deportistas, ya sea para un descanso, o por el simple placer de contemplar las vistas de la campiña y el bosque galería, desde los alrededores del Vado del Quema o Buitrago , por ejemplo.

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