En otoño de 2010 a Alberto Anaya, un joven de 16 años, le diagnosticaron un tumor cerebral que le obligó a someterse a una operación a vida o muerte en el hospital Carlos Haya de Málaga, que afortunadamente salió bien, pero tras la intervención llegó lo más difícil recuperar la movilidad de la parte izquierda de su cuerpo que había quedado paralizada.Alberto llevaba desde los ocho años aprendiendo a tocar el piano en el conservatorio y su reto tras salir del quirófano fue volver recuperar la funcionalidad de su brazo izquierdo, para poder continuar con su pasión.Durante casi un año ha estado trabajando duramente con el equipo de Rehabilitación Neurológica del hospital Vázquez Díaz de Huelva y hoy, por fin, Ángel ha podido ofrecer un concierto en ese mismo hospital como agradecimiento a la dedicación de todos los sanitarios que le han ayudado a alcanzar su objetivo.